El periodista y escritor: "La antimafia ha retrocedido a antes de Giovanni Falcone"
¿Dónde se escondió? ¿Qué máscara llevaba? ¿Cómo se la reconoce? ¿En qué se ha convertido?
Attilio Bolzoni, firma histórica primero del diario La Repubblica y ahora de Il Domani, escribe en su último libro Inmortales, publicado por Fuori Scena, sobre una mafia irreconocible, que sobrevive a las tormentas de la historia y a los golpes de las fuerzas del orden, lejos de los estereotipos cinematográficos, cada vez más impalpables y, sobre todo, formadas por personas anónimas y sin antecedentes penales.
La mafia no dispara, corrompe; se moderniza, vota y hace votar, mueve montañas de dinero, participa en la economía y mantiene relaciones con el poder oficial.
Sin embargo, a pesar de que la situación es muy clara, el Estado retrocede y permanece anclado en instrumentos regulatorios ineficaces (en el mejor de los casos) o eliminándolos por completo.
Una Italia tortuosa, incapaz de dar con los verdaderos culpables, de buscar la verdad sobre la muerte de sus mártires. En esta tierra, después de las bombas, "la mafia volvió a ser mafia", escribió Bolzoni. ¿Y la antimafia? "Ha retrocedido peligrosamente, a antes de Giovanni Falcone".
Tan atrás que la actual Comisión parlamentaria, presidida por Chiara Colosimo, pretende reescribir la historia, borrando las verdades procesales sobre las masacres de 1992-1994 surgidas durante años muy difíciles de investigaciones y debates.
"Hay un general famoso (Mario Mori, ndr.) que es escuchado como un oráculo, hay una comisión parlamentaria antimafia dócil y prisionera de prejuicios, hay una fiscalía que va contra otra fiscalía, siguiendo pistas diferentes y contrarias.
Todo el interés investigativo se concentra en torno a un expediente sacado de archivos polvorientos, que fluye bajo tierra como un río cárstico para resurgir de vez en cuando con fuerza en la superficie.
"Es la obsesión del general", el expediente de las licitaciones de la mafia.
Y hoy, después de que el exgeneral Mori, junto a los otros acusados en el proceso de la Tratativa Estado-mafia, fuera absuelto, busca "su venganza" contra quienes lo pusieron en el banquillo de los acusados, como el actual fiscal nacional adjunto antimafia Nino Di Matteo y el ex fiscal general de Palermo y hoy senador Roberto Scarpinato.
Y lo hace también a través de una comisión "que no investiga porque ya tiene su propia tesis y su propia verdad", dice Bolzoni, "desarrolla una investigación unidireccional y por tanto no es una verdadera investigación; detrás de ella se cierne la sombra del general Mario Mori, todavía investigado por masacre por la Fiscalía de Florencia, el cual ignora las contigüidades del derecho en los crímenes anteriores y posteriores al asesinato de Paolo Borsellino", agrega.
¿Dónde quedan los atentados de Florencia, Roma, Milán y el fallido atentado al Estadio Olímpico?
¿Dónde queda aquella noche en la que el primer ministro Carlo Azeglio Ciampi temió un golpe de Estado?
"La Antimafia de Chiara Colosimo acepta servilmente los argumentos propuestos por las unidades especiales de los Carabineros y demuestra así que no tiene autonomía propia y, en consecuencia, autoridad propia.
"Se entiende inmediatamente el rumbo que quiere tomar. Y se entiende por qué Roberto Scarpinato es una presencia demasiado engorrosa para ellos en la Comisión. No es casualidad que Colosimo considerara buena idea inventar una ley 'ad hoc' para excluirlo del trabajo esgrimiendo un conflicto de intereses" inexistente y ridículo.
Una situación sobre la que Bolzoni da un juicio claro: "Me parece indecente para Italia que algunas personas condenadas por mafia sean hoy veneradas y elogiadas y, por el contrario, magistrados como Nino Di Matteo sean perseguidos por antiguos acusados y por comisiones parlamentarias, por generales vengativos, ridiculizados por lo que han hecho o no han hecho".
Es una de las paradojas de esta antimafia. Como fueron los casos de Antonello Montante y Silvana Saguto, ex líder de Confindustria Sicilia y exmagistrada responsable de la oficina de Medidas Preventivas del Tribunal de Palermo, respectivamente. Una sentencia definitiva condenó a Saguto el 19 de octubre del 2023. La Sección Penal Sexta confirmó definitivamente las condenas por los delitos más graves, entre ellos corrupción y extorsión, al tiempo que anuló algunos cargos menores, los recalificó o los declaró prescritos. Mientras que contra Antonello Montante sigue abierto el proceso penal en el Tribunal de Caltanissetta, tras haber recibido una condena definitiva el 30 de octubre del 2024 por algunos hechos de corrupción y accesos no autorizados después del 29 de junio de 2014, si bien en aquel momento, y cabe recordarlo, la acusación de asociación delictiva fue desechada, porque "el hecho no existe". Attilio Bolzoni describe este proceso como una "restauración política y cultural" que hizo que Sicilia volviera a estar dominada por una "gran tribu política" que durante treinta años ha mantenido el control de la isla sin cambios reales. A pesar de la imagen turística de una Sicilia fascinante, con sus centros históricos, su comida callejera y su ficción que minimiza a la mafia, la realidad es otra: la isla sufre un deterioro de sus infraestructuras, crisis medioambientales y un poder político inmutable que perpetúa la degradación.
Esta tribu, con raíces en la Democracia Cristiana de la Primera República, está liderada por tres figuras principales: Salvatore "Totò" Cuffaro, Raffaele Lombardo y Salvatore Cardinale, que creció bajo la égida de Calogero "Lillo" Mannino. A ellos se suman figuras como Saverio Romano, Renato Schifani o, incluso, Marcello Dell’Utri. Este último, es cierto, nunca volvió formalmente a la política, pero su intervención fue providencial cuando hubo que elegir al nuevo alcalde de Palermo, Roberto Lagalla. Apretando el razonamiento, las conclusiones sólo pueden ser amargas: quienes buscaron las verdades indecibles sobre las masacres del 92-94 son perseguidos, deslegitimados y condenados a muerte. La política declara la guerra al poder judicial, intentando reescribir la historia, y los condenados son aclamados y colmados de votos. La justicia parece haber perdido el impulso reformista de Giovanni Falcone y algunos periódicos se limitan a narraciones espectaculares, ignorando las complejidades procesales. Los resultados de los procesos Trattativa y Mafia Capitale son ejemplos más que apropiados.
"Alguien está reescribiendo la historia de la mafia y la antimafia de una forma que no les habría gustado en absoluto a Giovanni Falcone y Paolo Borsellino", es la amarga conclusión del periodista.
Y no podemos culparlo.
*Foto de Portada: Diseño gráfico de Paolo Bassani
*Foto 2: Mario Mori © Imagoeconomica
*Foto 3: Roberto Scarpinato © Paolo Bassani
*Foto 4: Chiara Colosimo © Imagoeconomica