La historia de la mafia en Italia es una trama compleja que se entrelaza con la política, la economía y la sociedad del país. Uno de los máximos expertos en la materia es Saverio Lodato, periodista y escritor, quien ha dedicado toda su vida profesional a la divulgación minuciosa y precisa de sus mecanismos internos y externos. Su compromiso contribuyó a arrojar luz sobre uno de los fenómenos más arraigados y devastadores de la historia italiana.
Como corresponsal y enviado del diario L'Unità, durante años informó desde la ciudad de Palermo cuando cada día se producían masacres o muertos en las calles. Un trabajo difícil y crudo; entre la noticia y la historia. Lodato fue testigo de todo ello aún antes de ser un escrupuloso narrador.
Su último libro -Cincuenta años de mafia, reeditado por Bur-Rizzoli- y publicado originalmente en 1990 -Diez años de mafia, Rizzoli- sigue siendo un punto de referencia esencial para quienes deseen comprender la compleja evolución de Cosa Nostra. Esta nueva edición enriquecida incluye capítulos inéditos que abordan rigurosamente los desarrollos más recientes, manteniendo intacto el estilo documentado y oportuno del autor. Entre ellos, el proceso de la Tratativa Estado-mafia, que culminó con un golpe letal por parte de la Corte de Casación.
También vale la pena señalar que en Italia son muy raros los libros de actualidad que se reeditan periódicamente hasta más de treinta años después de su versión original.
En el inicio de este volumen, Lodato se apoya en el "hombre de la calle", definiéndolo como "el mejor termómetro para comprender nuestros tiempos". "El hombre de la calle" se convierte así en la interpretación ideal para explicar cómo fue posible pasar "de la retórica de la mafia en vísperas de su derrota" al cuadro desolador de hoy en el que la existencia misma de la mafia es prácticamente negada por las clases dominantes. Y es a través de él que Lodato recurre al lector para alinear algunas de las piezas más significativas de la lucha contra la mafia: en sentido positivo y negativo.
La captura y muerte de los tres grandes jefes -Bernardo Provenzano, Totò Riina y finalmente Matteo Messina Denaro- abre ahora nuevas reflexiones sobre el futuro de Cosa Nostra. Lodato invita al lector a reflexionar sobre cómo la mafia logró transformarse a lo largo del tiempo, sobreviviendo a sus líderes más carismáticos y manteniendo una influencia que aún sigue viva en nuestra sociedad.
Este volumen no se limita a un análisis histórico y judicial de la mafia y de las mafias. Va más allá. Intenta lanzar una advertencia constante y diaria, válida hasta hoy: la mafia sigue existiendo, a pesar de las investigaciones, los juicios y los arrestos.
"Hoy interesa poco -dice el autor en el libro- volver a dar cuenta al lector de tal o cual mafia o escándalo judicial, del resultado de una miríada de procesos que avanzan sin descanso, de grado en grado -el segundo, el tercero o el cuarto-, de sentencia tras sentencia, de condena o absolución, con partidarios contrarios y a años luz de la voluntad de que finalmente se haga justicia, en nombre de una reconstrucción fiable de la verdad de lo ocurrido". […] "Era el año 1992. Cuando los portavoces del poder convocaron a una asamblea general. Este no es un aspecto secundario de la cuestión y nos devuelve a nuestro razonamiento. A la cronología que a partir de cierto momento avanza milagrosamente sin más interrupciones sensacionales. Sin traumas. Sin páginas negras. En pocas palabras: sin masacres".
Saverio Lodato, repetimos, es un testigo de aquel tiempo. La vida, misteriosa pero perfecta, le ha trazado un destino: conocer a la mayoría de los hombres de las instituciones involucrados en las trincheras en los años 80, 90, hasta hoy: el general Carlo Alberto dalla Chiesa, Giovanni Falcone, Paolo Borsellino, todos ellos pagaron con su vida, pero también Antonino Caponnetto, Gian Carlo Caselli, Antonino Di Matteo y Roberto Scarpinato.
Con Falcone formó un vínculo particular de respeto y confianza mutuos, como se desprende de las fotografías históricas que hemos encontrado y como recuerda el autor en el libro cuando escribe que el 23 de mayo de 1992, en el ataque a Capaci, "murió mi amigo Giovanni". Falcone también fue uno de los oradores en la presentación del libro Diez años de mafia, de Saverio Lodato, que tuvo lugar el 16 de septiembre de 1990 en Módena, con motivo de la Festa de l'Unità. "Un hecho me parece importante -dijo el magistrado en esa ocasión- que este libro logró dar un hilo conductor a toda una serie de acontecimientos que tuvieron lugar durante un período de tiempo considerable, es decir, diez años, y sobre todo en un período en el que ocurrieron los hechos más significativos de represión estatal respecto del fenómeno mafioso (...) Creo que la característica de este libro es que finalmente ha conseguido dar una visión unificada de estos acontecimientos".
Sólo un año antes, Lodato había recopilado algunas de las revelaciones más dramáticas e inquietantes de Falcone. El magistrado quiso revelarle que detrás del fallido atentado de Addaura, en 1989, estaba la presencia de "mentes refinadísimas". Llevando así la atención más allá del horizonte mafioso de la familia Madonia, que gobernaba el distrito de Resuttana. Y le puso un nombre: Bruno Contrada, exjefe de la Escuadra Móvil de Palermo, entonces ex número tres del SISDE, condenado a 10 años por concurso externo, con sentencia firme declarada posteriormente inejecutable y sin efectos penales por la Corte de Casación. Una historia que Lodato reveló por primera vez durante la emisión del canal La7, en el programa Atlantide, conducido por el fallecido Andrea Purgatori, que se emitió el 18 de mayo de 2022, y que luego reiteró ante la Corte Penal de Palermo en el proceso Agostino y que, además, siempre consta en un episodio de Altantide por confirmaciones indirectas de la jueza suiza Carla Del Ponte.
"Me dijo 'mira, si la mafia decide matar a alguien, hace un plan, toma una decisión y no cambia el plan de asesinato en base a un cambio de hábitos de la víctima', es decir, si la víctima se cruza aleatoriamente en un día determinado con el asesino que después de dos días deberá matarlo, este último no está autorizado a matarlo. Y luego añade 'no nadaba en Addaura todos los días y no lo hacía a la misma hora'; lo que nos hace entender que todo se había organizado en muy poco tiempo. Entonces lo que quería decirme es que vio a pedazos del Estado -explicó Lodato a Purgatori-. Falcone no creía en el cuento de hadas según el cual la mafia, en Sicilia, había decapitado a toda una clase dirigente, haciéndolo todo por su cuenta, sin que el Estado italiano pudiera oponerse".
Y finalmente añadió: "Cuando le dije a Falcone 'que iba a dar el nombre de Contrada, porque en tal situación tendría un efecto perturbador', me advirtió que no lo hiciera. Y me dijo que si lo hacía 'diciendo que yo te lo había dicho, que es un personaje al que no le tengo mucho respeto ni confianza, no tendrás ningún otro tipo de relación conmigo'".
Contrada era mucho más que el jefe de los servicios secretos en Sicilia: representaba un sistema de poder; el más poderoso de la época. El mismo sistema que encabezaba Giulio Andreotti, la Democracia Cristiana, el aparato estatal, los servicios secretos, los masones y, con toda probabilidad, también la organización secreta Gladio.
Es cierto que Falcone no nombra a Gladio en sus conversaciones con Saverio Lodato, pero en los diarios post mortem publicados en el diario Il Sole 24 Ore por la periodista Liliana Milella hay varias referencias a esos escenarios. Se podrían haber encontrado más huellas en las notas de Giovanni Falcone si no fuera porque alguien (ciertamente no hombres de Cosa Nostra) logró manipular el soporte informático del juez (un ordenador personal situado en su despacho del Ministerio de Justicia).
La masacre de Capaci debe verse precisamente en este contexto. Falcone buscaba la verdad sobre esta organización criminal, clandestina e internacional. Fue en ese momento que fue asesinado.
Gracias a su trabajo, con el tiempo Lodato conoce a otros magistrados. Uno de ellos es Nino Di Matteo que, como ha escrito varias veces el periodista en ANTIMAFIADuemila, todavía hoy arriesga su vida en cuanto es el símbolo de un proceso contra el Estado mafioso que sigue siendo indigesto al poder. Afortunadamente (o gracias a Dios para los creyentes), el ataque no se llevó a cabo. Pero a pesar de ello, la fiscalía de Caltanissetta -en la solicitud de sobreseimiento- dice que no se puede descartar en absoluto esa posibilidad. En este volumen, Saverio Lodato explica en detalle por qué Nino Di Matteo no es del agrado de la mafia, de los sujetos externos a Cosa Nostra y de los hombres que todavía hoy conspiran dentro de las instituciones.
En Módena, en la Fiesta de l'Unità de septiembre de 1990, Falcone dijo, casi proféticamente, que "se muere cuando un dedo índice, que viene del interior de las instituciones, te ofrece a la mafia la venganza y esto sucede no sólo si se da un paso adelante, también cuando los que están cerca dan un paso atrás". "No es casualidad -añadió, recordando el sangriento ataque de la mafia contra policías, magistrados y jueces que tuvo lugar en los años 70 y 80- cuando todos los asesinatos se produjeron exclusivamente contra personas que estaban especialmente expuestas y no sólo por su actividad concreta, sino porque frente a su compromiso particular existía la inercia, la pereza y el desinterés de muchos otros que deberían haberlo apoyado y que en cambio no lo hicieron".
Cincuenta años de mafia da la posibilidad, pero no sólo al "hombre de la calle", de entender por qué la mafia no es un "anti-Estado", sino un sistema de poder criminal vinculado a los hombres de las instituciones desde hace más de 200 años. Y es de este hecho de donde debemos partir si realmente queremos derrotarla.
Leamos Cincuenta años de mafia, todos, jóvenes y mayores. Es solo un consejo.
*Foto de Portada: Diseño gráfico de Paolo Bassani.
*Foto 2: Giovanni Falcone en la presentación del libro Diez años de mafia en los años 90
*Foto 3: Nino Di Matteo y Saverio Lodato © Paolo Bassani