Matteo Salvini, que como todo miembro de la Liga Norte sufre de prepotencia política (por citar simplemente las palabras del ex líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, "La Liga la tiene dura", para indicar, en un léxico de argot, una supuesta especificidad "varonil" de su partido) ya había lanzado ayer sus desvaríos (junto con el Ministro de Deportes, Andrea Abodi y sus colegas Eugenia Roccella, Daniela Santanchè y otros exponentes de La Liga y de los Fratelli d'Italia) contra la boxeadora argelina Imane Khelif, acusada de ser "transexual", de "nacer hombre". "No es olímpico que un hombre luche contra una mujer", afirmó ayer Salvini.
El retiro de la italiana Angela Carini, después de apenas 45 segundos, desató una nueva polémica, transformando una cuestión deportiva en un nuevo caso político.
Imane es mujer, sufre de hiperandrogenismo, lo que hace que sus niveles de testosterona sean más altos de lo normal.
El COI (Comité Olímpico Internacional) la admitió en competiciones de boxeo a ella y a la taiwanesa Lin Yu-ting, que había sido excluida del Campeonato Mundial de Boxeo femenino hace poco más de un año debido a los exámenes médicos realizados por la Asociación Internacional de Boxeo, la Federación de Boxeo que no integra el COI y está en continuo conflicto con el Comité Olímpico Internacional. Imane luchó durante toda la competición y llegó a la final sólo para ser descalificada.
Bueno, se pueden discutir los criterios de admisión, pero el debate que se desencadenó va más allá.
Y figuras como el ministro Matteo Salvini, con su habitual grosería, muestran el bajo nivel cultural y la falta de respeto por toda forma de ser humano.
Dejando de lado el caso olímpico, volvemos una vez más a comentar las palabras de otro político: el senador Maurizio Gasparri, que simula ser ignorante (en el sentido de que ignora), pero que de manera venenosa y críptica vuelve a atacar indignamente al magistrado Nino Di Matteo.
El pretexto, esta vez, es la noticia de la investigación abierta por la fiscalía de Caltanissetta por complicidad con la mafia contra Giuseppe Pignatone, exfiscal adjunto de Palermo, protagonista de numerosas investigaciones importantes sobre la lucha contra los clanes, exfiscal de Reggio Calabria y Roma, que hoy preside el tribunal de la Ciudad del Vaticano.
Según el pool coordinado por el fiscal Salvatore De Luca, Pignatone (en los años 1990 fiscal adjunto de Palermo) habría desempeñado un papel en el encubrimiento de la investigación de 1992 sobre las relaciones entre los mafiosos de Palermo Antonino Buscemi, Francesco Bonura y el grupo Ferruzzi, liderado por Raúl Gardini, "en complicidad" con el fiscal Pietro Giammanco (fallecido en el 2018), con su entonces colega Gioacchino Natoli y el capitán (hoy general) Stefano Screpanti.
Pignatone fue citado y ante los magistrados hizo uso del derecho a no contestar.
¿Qué hace el presidente de los senadores de Forza Italia, Gasparri?
Vuelve a mezclar los hechos. Por un lado, le pide a Pignatone que le explique lo que ocurrió con el famoso dossier del ROS de Carabineros, sobre las licitaciones de la mafia, que se propone como el desencadenante de la masacre de via d'Amelio.
Por otro lado, ataca al magistrado Nino Di Matteo: "Mori y De Donno fueron torturados en un proceso injusto dirigido por Di Matteo, derrotado en el Tribunal Supremo con la absolución de Mori y De Donno. Pero Di Matteo todavía pontifica. Di Matteo que además trabajó en Caltanissetta en los años en los que se produjeron extraños despistes sobre la masacre de via D'Amelio. Nos gustaría que Di Matteo nos hablara también de esos años". Y luego concluye: "También he discutido varias veces con Scarpinato y volveremos a hacerlo en los pasillos del Parlamento y en la Comisión Antimafia. Y Pignatone también haría bien en bajar de los altares, dejando los inmerecidos cargos judiciales que obtuvo en la Santa Sede".
Escribimos sobre ello recientemente.
Gasparri, junto con todos los presumidos y arrogantes "fascistas", demuestra su ignorancia.
Fingen no saber que en primera instancia los agentes del ROS, Mori, De Donno y Subranni fueron condenados, así como Marcello Dell'Utri (antes condenado en forma definitiva por concurso externo en asociación mafiosa). En instancias posteriores, la sentencia fue revocada con la llegada de las absoluciones, pero como hemos escrito varias veces, esto no significa que no se produjeran tratativas entre el Estado y la mafia.
La fórmula utilizada nunca ha sido "porque el hecho no existe".
En lo que respecta a Mori, aún las sentencias absolutorias en los procesos por no registrar el escondite de Totò Riina o por no capturar a Bernardo Provenzano ponen en evidencia "defectos operativos", "zonas grises" y "dudas sobre la corrección del trabajo" con respecto a las "opciones de investigación adoptadas".
En el proceso en el que fueron acusados Mori y el Capitán Último, identificaron incluso conductas "ciertamente adecuadas para el inicio de la responsabilidad disciplinaria".
Pero el senador Gasparri (ex fascista del MSI y ex AN, ahora en Forza Italia) permanece en silencio y continúa con su perorata de palabras sin sentido.
Ahora bien ¿por qué Gasparri entra en acción con tanta virulencia, recitando el mantra habitual?
Porque en esta época de revisionismo y restauración se quiere abatir a los magistrados como Di Matteo que siguen buscando la verdad sobre las masacres de Estado que han ensangrentado a nuestro país.
Como hemos dicho en el especial "Via d'Amelio: nuestra verdad", creemos que la Fiscalía de Caltanissetta (esperamos que de buena fe), en un intento de dar respuestas sobre las masacres, apoya la opinión de los hijos de Borsellino y del Gobierno sin realmente darse cuenta de que nos estamos alejando de la verdad.
Todo el asunto de las licitaciones mafiosas, en el que puede ser legítimo profundizar más, tiene el límite de reducir las masacres que devastaron Sicilia e Italia en los años 1990 a una cuestión de intereses económicos de mafiosos, empresarios y políticos de la primera república.
El objetivo es claro: distanciar la búsqueda de la verdad sobre los autores intelectuales externos que fueron los verdaderos beneficiarios políticos de las masacres de 1992 y 1993, que sentaron las bases del actual poder político.
Está claro que este gobierno tiene en su mayoría a Forza Italia, que tuvo entre sus fundadores al senador Marcello Dell'Utri y al ex "Caballero", el difunto Silvio Berlusconi, que le pagaba a la mafia.
Está claro que los fascistas quieren evitar cualquier tipo de investigación en profundidad sobre la participación de la subversión de derecha en las masacres.
Le hicimos algunas preguntas a la Fiscalía de Caltanissetta, sin recibir respuesta.
Esperamos que al menos responda a los treinta y dos puntos indicados por la jueza de instrucción de Caltanissetta, Graziella Luparello, para continuar las investigaciones sobre los instigadores externos. Entre ellos, es necesario abordar elementos sobre la muerte de Nino Gioé y el papel de Paolo Bellini.
Luego hay que profundizar en la llamada "pista negra", basada en posibles connivencias entre la mafia y la derecha subversiva.
Se pidió que se dispusieran nuevas investigaciones sobre lo que surgió de los procesos sobre la masacre de Bolonia (el de la estación de 1980) y el denominado 'Ndrangheta Stragista para verificar si hubo un "papel desempeñado en las masacres por hombres de las instituciones".
Y de nuevo la jueza de instrucción pidió investigar la "presencia de un partido político (en referencia a Forza Italia, ndr) que podría haber contribuido a definir la estrategia de tensión, con el objetivo de vincularse, en un mutuo do ut des, a Cosa Nostra y aprovechar la base electoral que había pertenecido a la Democracia Cristiana, con la que Riina había cerrado todas las ventanas de diálogo".
Tarde o temprano alguien tendrá que responder a estos aspectos.
Hemos escrito ríos de páginas sobre el tema y hemos demostrado científicamente, con artículos y testimonios en mano, lo descubierto hasta ahora y lo que debería explorarse más a fondo.
Hasta que lleguemos a la verdad, siempre nos encontraremos siendo "una pequeña Italia" de fascistas, políticos prepotentes y amigos de los mafiosos.
*Foto de Portada: Diseño gráfico de Paolo Bassani
*Foto 2: Giuseppe Pignatone © Imagoeconomica
*Foto 3: Marcello Dell'Utri y Silvio Berlusconi © Imagoeconomica