La arrogante ignorancia fascista del senador de Forza Italia
Hay cosas que nunca cambian. Una de ellas, inmutable, es la arrogante ignorancia del jefe de bancada en el Senado de Forza Italia, Maurizio Gasparri, que incluso este 19 de julio no perdió la oportunidad de atacar al fiscal nacional adjunto antimafia, Nino Di Matteo.
"Estamos cansados de las palabras de Di Matteo -dijo ayer, refiriéndose al discurso del magistrado en via d'Amelio, con motivo de las conmemoraciones de la masacre- En lugar de emitir juicios morales sobre Berlusconi, ofendiendo su memoria, que le pida disculpas al pueblo italiano por las acusaciones infundadas que hizo contra caballeros como el general Mori, el coronel De Donno y otros que fueron absueltos en los procesos que Di Matteo inició contra ellos". Y luego dijo: "Di Matteo ofende las leyes del Parlamento y ultraja al que consideramos un padre de la patria, Silvio Berlusconi. Su lenguaje y su arrogancia son intolerables. Llevó a juicio a personas inocentes y confundió a los que lucharon contra la mafia con amigos de la mafia. Di Matteo ofendió a todo el país".
¿Pero qué dijo ayer Di Matteo que fuera tan escandaloso como para provocar a Gasparri? Tras criticar las últimas reformas de la justicia y los nuevos proyectos legislativos, dijo que Italia es "un país al revés" en el que "personas como Silvio Berlusconi pudieron gobernar durante mucho tiempo y ser representado, tras su muerte, como un padre de la patria al que se le dedican días de duelo nacional y se le pone su nombre a los aeropuertos".
Los nuevos "fascistas" en el poder son así. Presumidos, arrogantes, ignorantes, prepotentes y, en ocasiones, incluso delirantes.
El senador Gasparri (ex fascista del MSI, Movimiento Social Italiano y ex AN, Vanguardia Nacional, hoy en Forza Italia) haría bien en leer las sentencias antes de decir palabras sin sentido.
Descubriría que, a pesar de las absoluciones, el general Mori y el coronel De Donno son todo menos "caballeros".
Sabría, por ejemplo, que el efecto que tuvo sobre los mafiosos el diálogo que iniciaron en 1992 con el alcalde Vito Ciancimino (como como dice la sentencia definitiva sobre las masacres de 1993), "fue convencerlos concluyentemente de que las masacres tenían la capacidad de traer beneficios a la organización. Esta iniciativa, más allá de las intenciones con las que fue tomada (...) ciertamente tuvo un efecto deletéreo en las instituciones, confirmando el delirio de omnipotencia de los líderes mafiosos y exponiendo la impotencia del Estado".
¿Sabe usted que en las absoluciones relativas a Mori por no haber registrado el escondite de Riina se ponen de relieve todos los fallos operativos cometidos al optar por no realizar inmediatamente la búsqueda y se identifica a esa conducta como "ciertamente adecuada para que surja una responsabilidad disciplinaria"?
*Foto de Portada: Antimafia Duemila