Como un burro desquiciado, nuestra patria se dirige cada vez más hacia el abismo. Una carrera loca que se evidencia en los acontecimientos más recientes, dentro y fuera de los palacios del poder.
Lo denunciamos con fuerza.
Las escenas vistas en la Cámara fueron indecentes: un diputado fue agredido con empujones, patadas y puñetazos sólo porque quería entregar una bandera italiana a un miembro convencido de la Liga Norte, como el ministro Calderoli.
Un episodio que el Gobierno querría minimizar como "desórdenes en la Cámara", en lugar de calificarlo como lo que fue: un violento ataque.
Es inquietante el regreso a esas terribles ideologías, fascistas y nazis, nacidas de las mentes enfermas de Adolf Hitler y Benito Mussolini, que provocaron la muerte de más de 50 millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial.
La investigación de Fanpage, "Juventud Meloniana", ha mostrado lo que se está sembrando en el seno del movimiento juvenil en el que los Hermanos de Italia (partido mayoritario del país que obtuvo un 28,8% en las elecciones europeas) pescan a los "rostros del futuro".
Un documento que muestra claramente que las invocaciones al Duce, los saludos de los gladiadores y el reiterado "Sieg Heil" son todo menos episodios aislados.
En los últimos meses, representantes de la derecha y de la Liga han elogiado repetidamente a la "X Mas", también conocida como la "Décima", un cuerpo militar similar a los de los nazis, bajo las órdenes primero de Mussolini y luego del golpista Junio Valerio Borghese.
Una verdadera propaganda implementada de manera sistémica y coordinada que tiene como objetivo reescribir la historia y normalizar lo que no es normal.
Después de todo, ¿qué podríamos esperar de este gobierno fascista y amigo de los mafiosos?
Lo hemos dicho desde la asignación del cargo de gobierno a Giorgia Meloni.
Todos saben que, en el Senado, como presidente, hay un "matón fascista" como Ignazio La Russa.
Hasta la fecha no se ha pronunciado sobre la investigación de Fanpage, pero no nos cuesta creer que sienta orgullo.
Basta recordar su carrera, que comenzó en el seno del Frente de la Juventud.
Como secretario regional salió con sus camaradas fuera de las escuelas y a las plazas de Milán armado con cadenas y cuchillos.
Hay imágenes, que datan de abril de 1973, en las que aparece retratado durante la manifestación convocada por el movimiento social "contra la violencia roja", a pesar de la prohibición de la Prefectura. En esa ocasión fueron lanzadas dos granadas de mano Srcm que mataron al policía Antonio Marino, de 22 años. La Russa fue señalado como uno de los responsables morales de los atentados.
Pero los políticos de hoy, en su arrogancia, ni siquiera saben qué es la responsabilidad moral.
La Russa, que conserva en casa el busto del Duce que le legó su padre, en su posición de segundo funcionario del Estado, llegó a negar que la Constitución sea antifascista.
Con desprecio de los valores expresados en la Carta, se siguen proponiendo reformas absurdas, como la de la justicia.
Un Estado como el nuestro, que ha sufrido masacres y crímenes en su propia piel, debería poner la lucha contra la mafia en el primer punto de su agenda política.
Esto no sucede a pesar de que cada vez está más claro que el crimen organizado pone en riesgo la propia estabilidad democrática de nuestra nación y se ha convertido en una potencia económica tal que es la empresa líder en Italia, de la que no podemos prescindir.
Después de las intervenciones sobre la abolición del delito de abuso de poder, la introducción de nuevas restricciones a las intercepciones telefónicas y las restricciones a la capacidad de la prensa para publicar información sobre las investigaciones en curso, el nuevo paso es controlar en la medida de lo posible al poder judicial (ver la separación de carreras), último bastión en defensa de la Constitución.
Este es el primer paso que, en opinión del ministro de Justicia Nordio, debe ir seguido de la eliminación de la obligatoriedad de la acción penal, introduciendo criterios de discrecionalidad o prioridad en el ejercicio de la persecución penal.
Una lógica que estaba incluida en los planes de la logia P2 de Licio Gelli, ampliamente retomada por Bettino Craxi, primero, y Silvio Berlusconi, después.
Ha pasado un año desde la muerte del ex Caballero de Arcore. Pero Berlusconi y el berlusconismo siguen muy presentes hoy en día, no sólo en los carteles publicitarios de las elecciones.
El trabajo de beatificación y de revisionismo hacia él, incluidos los especiales de televisión, series y memorias en el Parlamento por parte de sus leales, se lleva a cabo de manera sistemática.
Pero no olvidemos que era un delincuente convicto, condenado en forma definitiva a cuatro años por fraude fiscal (pena reducida), además de "putero" y amigo de los mafiosos.
Tampoco hay que olvidar los numerosos escándalos ("Bunga bunga", "Papi girl" y similares) o que durante años ha calumniado, ofendido y deslegitimado, a través de sus "medios de desinformación" periodísticos y televisivos, a magistrados, periodistas e intelectuales que tenían el único defecto de contar los hechos o buscar la verdad.
Hoy sus "sucesores" hacen lo mismo proponiendo, a menudo por intereses personales, leyes injustas e inconstitucionales.
Su creación, Forza Italia, tiene un peso importante en el equipo de Gobierno y no hay que olvidar que se trata de un partido fundado por un mafioso como Marcello Dell'Utri (finalmente condenado a siete años por concurso externo en asociación mafiosa).
Marcello Dell'Utri hoy es retratado como un mártir, a pesar de estar siendo investigado en Florencia por el delito de masacre. E igualmente son considerados mártires Nicola Cosentino o Antonino D'Alì, también ex Forza Italia condenado por concurso externo en asociación mafiosa.
Después de haber tenido primeros ministros deshonrosos, ministros deshonrosos, subsecretarios, diputados y senadores deshonrosos, asistimos a la decadencia de un país que está siendo vendido, vilipendiado y esclavizado por los Estados Unidos de América con fascistas belicistas que siguen vendiendo armas y soplan sobre las llamas de un próximo conflicto mundial.
Ante todo esto, pedimos en voz alta una intervención del jefe de Estado, Sergio Mattarella, quien como familiar de una víctima de la mafia debería hacerse escuchar.
Así como la gente.
En las últimas elecciones, más del 50% de los italianos no acudieron a votar porque no se identifican con estos partidos. La esperanza es que pueda nacer un nuevo movimiento político, antifascista y antimafia, que sepa mirar sobre todo a los jóvenes, que representan el futuro, pero también el presente.
Un movimiento que salga a las calles. Que sepa encontrar el apoyo y la participación de las fuerzas sindicales, de los verdaderos antimafia, de los intelectuales, de los librepensadores, de los hombres y mujeres que realmente tienen en el corazón los principios de la Constitución.
Como decía Luigi Lo Cascio en el papel de Peppino Impastato en la famosa película I Centopassi: "Debemos rebelarnos antes de que sea demasiado tarde, antes de que nos acostumbremos a sus caras, antes de que ya no notemos nada".
Para iniciar finalmente una nueva resistencia popular.
"¡Resistir! ¡Resistir! ¡Resistir!" afirmó el fallecido fiscal de Milán, Francesco Saverio Borrelli. Y lo repetimos con él.
*Foto de Portada: Diseño gráfico de Paolo Bassani
*Foto 2: Marcello Dell'Utri y Silvio Berlusconi © Imagoeconomica