Se reúne el consejo de administración del grupo Benetton para aprobar los resultados financieros del 2023 con vistas a la reunión del 18 de junio.
Evidentemente, toda la atención se centra en el presidente Luciano Benetton, que el sábado pasado, en las páginas del Corriere della Sera, habló de una "bomba", un "agujero" presupuestario presentado "de repente" por los directivos que "dejaría sin aliento" y que rondaría los 100 millones.
Como pasó con el caso Atlantia y el derrumbe del Puente Morandi ¿de quién es la culpa? De los directivos que traicionaron la confianza. Y su única responsabilidad, como ocurrió en el 2019, es la de haber confiado en figuras que no eran "idóneas" para tareas tan complejas.
Y si por un lado se profesa la continuidad, por el otro los sindicatos ya están nerviosos, temiendo repercusiones sobre los trabajadores ante los "sacrificios a hacer" anunciados. Y a la espera de respuestas se encuentran 1.060 empleados, entre oficinistas y operarios, de los que hasta ahora Luciano Benetton ha sido el garante.
Fuentes cercanas al grupo, con vistas a la junta de accionistas del 18 de junio, quisieron aclarar que "la situación contable del Grupo Benetton no presenta un agujero en el balance, pero en las cuentas del año se ha producido una pérdida significativa respecto a las previsiones del plan trienal presentadas en el pasado por la dirección y confirmadas por la misma hasta hace pocos meses".
Más allá del caso concreto, para el que habrá que esperar a nuevas novedades, no debemos olvidar que los Benetton siempre han presentado un lado oscuro y criminal basado exclusivamente en la avaricia del lucro, pasando incluso sobre la vida de las personas.
Hemos escrito varias veces que, en nuestra opinión, deberían investigarse las responsabilidades de los altos directivos de Benetton.
Desde el colapso del puente Morandi (solo por mencionar uno de los casos más sonados en la actualidad) hasta la vergonzosa injusticia que esta familia sigue imponiendo al pueblo mapuche en Argentina, quitándoles las tierras donde los nativos han vivido durante milenios.
En nuestra revista proponemos a los lectores el editorial escrito tras la masacre del puente Morandi, en Génova, aunque desde el 2022, tras un largo conflicto con el Gobierno, el holding Atlantia ha revendido Autostrade a Cassa Depositi por 8.100 millones de euros, en realidad el mismo precio al que había sido privatizada.
Felicitamos al gobierno de Conte por haber quitado la concesión de la autopista a los hermanos Benetton después del trágico colapso del puente Morandi que causó 43 muertes el pasado martes 14 de agosto.
Ahora, sin embargo, esperamos que el poder judicial investigue a fondo la responsabilidad de esta tragedia evitable y arreste a los Benetton por homicidio culposo (Art. 589 del Código Penal italiano), delito que una vez probado puede merecer hasta quince años prisión. Es difícil pensar que Benetton, el dueño de ASPI (Autopistas para Italia), no tenga ninguna responsabilidad, desde el momento que, a pesar de la advertencia y de la señalización del pilar 9 que luego se derrumbó, nunca se aseguró el puente. Una vez más, los Benetton han demostrado estar ávidos de dinero, sin prestar atención al hecho de que dejar el puente en ese estado podría llevar a la pérdida de vidas humanas. Un 'modus operandi' que a menudo parece caracterizar los negocios de esta familia empresaria del Veneto. Un ejemplo es la vergonzosa injusticia que la empresa Benetton sigue imponiendo al pueblo mapuche en Argentina, apropiándose de las tierras en las que ese pueblo nativo vive desde hace milenios. Son tierras que en los años 90 adquirió la familia Benetton a un precio irrisorio gracias al entonces presidente Carlos Menem, confinando a los mapuches a zonas marginales e improductivas o forzándolos a migrar a los centros urbanos. Pero sin embargo en el 2007, este pueblo nativo de la Patagonia, decidió recuperar sus tierras ancestrales y, si bien durante años tuvo que hacer frente a continuos y violentos intentos de desalojo, en el 2014 el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) reconoció el derecho de los mapuches sobre el territorio.
Esto bastaría para decir que el imperio de Benetton es uno de los peores ejemplos del empresariado italiano, una empresa que nos hace sentir avergonzados frente a todo el mundo debido a su falta de ética. El desastre del puente Morandi en la autopista A10, en el que murieron compatriotas de Benetton, pagada, como todas las autopistas italianas, con dinero de los italianos para garantizar un sistema vial seguro, confirma una forma empresarial concentrada en el enriquecimiento personal sin ningún interés por la seguridad de las personas. Por lo tanto, esperamos que este sistema sea bloqueado por el Gobierno y que los Benetton tengan la oportunidad de reflexionar, en la cárcel, sobre las vidas perdidas que podrían haberse preservado con actuaciones correctas en lugar de elegir al frío dinero.
*Primera publicación: 20 de agosto del 2018
*Foto de Portada: © Imagoeconomica