Jueves 2 Mayo 2024

En un nuevo libro Saverio Lodato entrevista al fiscal Nino Di Matteo sobre la sentencia de Casación

"Ahora que el juicio concluyó, reivindico mi derecho a hablar. Las sentencias deben respetarse, pero pueden ser criticadas". De esta forma el magistrado Nino Di Matteo (fiscal principal del proceso Estado-mafia que representó a la fiscalía junto con sus colegas Francesco Del Bene, Vittorio Teresi y Roberto Tartaglia), y el periodista y escritor Saverio Lodato, luchan contra el olvido sustancial que muchos quieren hacer caer sobre el tema de la Tratativa Estado-mafia.

Lo hacen en un libro-entrevista ("El golpe de olvido. La Tratativa Estado-mafia, el juicio que no debía hacerse", publicado por Fuoriscena-Libri Rcs), disponible hoy, que puede considerarse un auténtico vademécum sobre todos los hechos.

Desde hace casi un año en que el Tribunal de Casación absolvió "por no haber cometido el hecho" a los agentes del ROS de Carabineros, Mario Mori, Giuseppe De Donno y Antonio Subranni (los que en segunda instancia fueron declarados inocentes porque el hecho no constituía delito, y que habían sido condenados en primera instancia a varios años de prisión), al ex senador Marcello Dell'Utri (condenado en primera instancia y absuelto en apelación), así como a los jefes mafiosos Leoluca Bagarella y Antonino Cinà (condenados en los grados anteriores de sentencia y "salvados" por la prescripción, luego de que los Jueces Supremos reformularan el delito como "tentativa de amenaza a un órgano político del Estado") por un lado volvió el silencio y por el otro comenzó una campaña de descrédito contra magistrados y jueces que entendieron en el proceso.

Y todo esto sucede mientras muchos quieren endurecer las "mordazas" al periodismo de investigación y hacer que la magistratura sea cada vez menos independiente y esté cada vez más al "servicio" del poder político.

El magistrado Nino Di Matteo toma la palabra con valentía para retomar y comentar lo sucedido en los últimos años, destacando que la motivación de la sentencia de Casación (de sólo 91 páginas) no puede borrar lo que está consagrado en casi diez mil fojas de motivaciones de las sentencias de los jueces de primera y segunda instancia.

"Pocas páginas pretenden desmantelar el valor probatorio de los datos procesales surgidos a lo largo de años y años de trabajo -dice Di Matteo-, con jueces de mérito valientes y expertos que constataron hechos gravísimos".

La sentencia de la Suprema Corte "parece, en cambio, verse afectada por un antiguo vicio que muchas veces en el pasado caracterizó el abordaje judicial de los acontecimientos mafiosos más complejos. Y a este respecto, lamentablemente, existen ilustres precedentes negativos. ¿Cuál es el fondo de la cuestión? El fondo es que aislar los hechos unos de otros, fragmentar la evaluación, reducir y podar por principio, centrarse en los detalles perdiendo de vista el contexto, es una práctica muy extendida cuando no se quiere tomar decisiones delicadas que corren el riesgo de volverse disruptivas".

El golpe de olvido a la tratativa Estado mafia 2

Al responder a las preguntas de Lodato, Nino Di Matteo explica la gravedad de una sentencia que tiene muchos, demasiados, vacíos. "Algunos pasajes de la sentencia del Tribunal Supremo son realmente preocupantes. Por ejemplo, se afirma que los jueces de Palermo reconstruyeron los hechos 'según un enfoque metodológico e historiográfico'. Y de nuevo se hace referencia a la supuesta 'dilatación excesiva' -como dicen los jueces- de los fundamentos de las sentencias sobre el fondo. Estas sentencias mordaces del Tribunal Supremo asumen un valor injustamente ofensivo hacia la profesionalidad de otros jueces que, a pesar de la diversidad parcial de sus respectivas conclusiones, habían tenido el mérito de identificar el método más correcto. No un juicio atomizado, fragmentado en cada segmento individual, sino un enfoque completo y sistémico de una serie de conductas, a veces incluso omisiones, que sólo podrían entenderse en su verdadera extensión si se conectan entre sí y se evalúan como una unidad". Por lo tanto, según Di Matteo, "no hubo, ni en primera instancia ni en la apelación, motivaciones 'de enormes proporciones' o 'manifiestamente superabundantes'. Fueron el resultado de un análisis integrado y una síntesis de enorme material procesal. No se puede prescindir de él si realmente se quiere saber lo que pasó".

No podemos borrar los testimonios que se brindaron durante el juicio y que revelaron un panorama inquietante de los años de las masacres.

Testimonios como los del ex presidente de la República, Giorgio Napolitano, quien declaró en una audiencia extraordinaria en el Quirinal el 28 de octubre del 2014.

"Napolitano aceptó ser interrogado por los jueces de Palermo. Y aquí quiero relatar textualmente mi pregunta y la respuesta de Napolitano quien, en el momento de las masacres en 1993, era presidente de la Cámara de Diputados. Le pregunté: "Presidente, ¿cuáles fueron las reacciones más inmediatas a esas masacres en el más alto nivel político e institucional? ¿Cuáles fueron las valoraciones más acreditadas en esos ambientes, es decir, en los más altos niveles institucionales, sobre el origen y la causa de aquellas masacres que tan profundamente sacudieron al país? El presidente respondió: "La evaluación común entre las autoridades institucionales en general y el gobierno en particular fue que se trataba de nuevos indicios de una estrategia de masacres del ala más agresiva de la mafia. En ese momento, se hablaba en particular de los corleoneses, y en realidad esos ataques, que luego afectaron a edificios de particular valor religioso, artístico, etc., se sucedieron según una lógica que parecía única y apremiante: dar a las autoridades públicas un ultimátum, para tener una salida y exigir una petición para aligerar ciertas medidas, especialmente la detención de mafiosos en prisión, bajo amenaza de conducir a la desestabilización político-institucional del país".

El golpe de olvido a la tratativa Estado mafia 3

Como bien dice Di Matteo, y lo reitera con fuerza, a Lodato: "Las palabras de Napolitano quedaron registradas. La suya fue una respuesta sumamente clara y precisa, que puso de relieve cómo no sólo el gobierno, sino todas las más altas instituciones del Estado habían comprendido bien la amenaza y los propósitos del chantaje. No fue una amenaza sólo intentada y no consumada. No correspondía la consiguiente absolución para los mafiosos. Para sustentar su tesis, la Corte Suprema debió ignorar la declaración testimonial de un presidente de la República".

Sin embargo, a pesar de todo, en las palabras de Di Matteo se trasluce el orgullo de quien no ha hecho más que cumplir con su deber, hasta el final, ni más ni menos. "No me siento derrotado -dice- simplemente intenté cumplir con mi deber, dejando de lado todo cálculo oportunista y toda ambición de una carrera fácil. Por eso, todavía hoy tengo la serenidad de quien, con todas las limitaciones y errores posibles, es consciente de haber contribuido, con otros valientes colegas, a sacar a la luz hechos serios e importantes, a intentar aportar un poco de claridad a los laberintos más oscuros de nuestra historia reciente".

No, no se puede olvidar la historia de las masacres de los años 1990 y la Tratativa Estado-mafia que tuvo lugar en aquella época. Y el libro también destaca los riesgos que afrontamos hoy, ya que otras áreas institucionales, como la Comisión Parlamentaria Antimafia, también están intentando reescribir la historia sin mirar el conjunto.

Quizás todo esté contenido en una amarga consideración final, que retoma las palabras de un gran pensador como Leonardo Sciascia: "Si el Estado italiano realmente quisiera derrotar a la mafia, debería suicidarse".

Página tras página, gracias a la exposición clara y lúcida del fiscal Nino Di Matteo, el ciudadano-lector tiene todas las herramientas para comprender el alcance de un análisis tan necesario como veraz.

Foto de portada: Antimafia Duemila

Foto 2: © Imagoeconomica