Domingo 8 Diciembre 2024
arlacchidegennaroPor Giorgio Bongiovanni – 12 de mayo del 2017

Fue un muy lúcido Pino Arlacchi el que hemos escuchado hoy en el proceso de la tratativa Estado-mafia, llamado como testigo de la defensa (Nota: Giuseppe Arlacchi, más conocido como Pino, es un sociólogo y político italiano que fue diputado, senador y miembro del Parlamento Europeo, ndt). Sin duda, su interrogación quedó fuertemente acotada dentro de límites estrechos -los temas propuestos por el abogado Massimo Krog, defensor del ex ministro de Justicia Nicola Mancino- y, sin embargo, su testimonio hizo recordar las anteriores declaraciones de un hombre que compartió muchos instantes de la vida de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.

Fueron palabras que Arlacchi pronunció ante los magistrados de Caltanissetta, en el curso de un interrogatorio realizado el 11 de septiembre del 2009. En esa ocasión, el sociólogo proporcionó un detallado análisis de los años anteriores y posteriores a los asesinatos, corroborado por los dichos de Falcone y Borsellino, que recuerda en el acta de interrogatorio. Fue entonces que Arlacchi se refirió al hecho de que "las negociaciones entre el Estado y la mafia siempre han estado ahí" y "en esos años cruciales había más de una, incluso tres o cuatro". En cuanto a los homicidios del '92, Arlacchi estaba completamente convencido de que "Cosa Nostra en la ejecución de las masacres de Capaci y Via d'Amelio había actuado en sinergia con elementos desviados de las instituciones, especialmente del SISDE (Nota: Servicio Secreto Italiano,ndt)" que "tenía como punto de referencia al Dr. Contrada", luego condenado por complicidad con la mafia. Pero de esos entornos institucionales, aseguró Arlacchi, también formaban parte "algunos grupos pertenecientes a los carabineros, que tenían en el entonces Coronel Mori el punto de referencia" y que en opinión del distinguido sociólogo asumían "un accionar que definiría como poco transparente”.

Algunos años después, sin embargo, la opinión que da Arlacchi en una entrevista con "Panorama" respecto a la tratativa es paradójica: "Se basa en una hipótesis grotesca: una conexión entre Oscar Luigi Scalfaro, Carlo Azeglio Ciampi, Giovanni Conso y Nicola Mancino por un lado y los líderes corleoneses de Cosa Nostra por el otro",  afirmando que, en su opinión "no hay una sola prueba seria que la sostenga” en el proceso de la tratativa en cuanto "serían sólo las jactancias de un asesino, Gaspare Spatuzza, que en cuanto tal no podía sentarse a la mesa de las ‘negociaciones’ y que habla de oídas, más las bravatas de un calumniador patentado como Massimo Ciancimino".

Y, sin embargo, de la tratativa siguió hablando Arlacchi ante el fiscal de Caltanissetta, en referencia a algunos diálogos mantenidos en esa época con Gianni De Gennaro, ex jefe de la Dirección de Investigación Antimafia (Nota: Giovanni De Gennaro, más conocido como Gianni, es un doctor en jurisprudencia y político italiano, que fue Jefe de Policía, Jefe de la Dirección de Investigaciones Antimafia, DIA, y Subsecretario de Estado en la Presidencia del Consejo de Ministros, ndt). "Después de las matanzas de 1993 se consolidó en la cúpula de la DIA -declaraba Arlacchi- la idea de que las muertes tuvieron un significado político claro, con el fin de obligar al Estado a llegar a un acuerdo y establecer una negociación. En este punto llegamos con De Gennaro a la hipótesis, de que el grupo de Andreotti, a través de los referentes mencionados -el Grupo Contrada- fue uno de los terminales de negociación". Y también que "el doctor De Gennaro, ya entonces, me hablaba de contactos 'ambiguos' entre los miembros de la Cosa Nostra y Marcello Dell'Utri, que sirvieron como enlace entre la mafia y el mundo de la economía y la política", es decir la nueva estructura de poder que, con Silvio Berlusconi y su brazo derecho, ha gobernado Italia durante dos décadas. ¿Por qué este aspecto no se profundizó debidamente, ni por Arlacchi, ni por el ex jefe de la DIA?

De Gennaro ha negado siempre los hechos en los que lo involucraba el sociólogo,  ingresados sólo marginalmente al proceso de la tratativa Estado-mafia junto con los contactos anómalos de Bruno Contrada descriptos por Arlacchi como "entornos difusos", "personajes oscuros" y "cientos de confidentes" .

Mucho se podría haber profundizando, y una vez más hay preguntas sin responder. ¿Quién, entre Arlacchi y De Gennaro, es el mentiroso? Y si la DIA sabía que los homicidios "tenían el propósito de obligar al Estado a llegar a un acuerdo" ¿por qué en este tema ahora como entonces reina el silencio? Quienes quieran presumir del título de "amigos de Falcone" que de una vez digan toda la verdad, si es que realmente se preocupan por los jueces hermanos caídos en los atentados.