por Giorgio Bongiovanni y Aaron Pettinari - 30 de enero del 2017
No es sólo una iniciativa para los niños de la Kalsa (Barrio histórico de la ciudad de Palermo, Sicilia, donde se mezclan los estilos barroco y árabe, de cuyo idioma toma su nombre, ndt), la "Casa de Paolo", inaugurada sólo un año y medio atrás por Salvatore Borsellino y Agende Rosse, quiso abrir sus puertas para dar cobijo a las personas sin hogar. Una forma de realizar la parte que les corresponde ante la emergencia creada por el gran frío de principios de enero.
"Estas paredes no sólo van a ser un lugar para la memoria -afirma Salvatore Borsellino- sino también un lugar de acogida para todos. Cuando me encontré con cuatro personas sin hogar que comían en la "Casa di Paolo" sentí una gran alegría. Desearía incluso quitar las puertas para que todos puedan entrar libremente en este lugar y encontrar el amor de mi hermano, el amor que sentía por la vida y por la ciudad. Fue con este espíritu que empezamos, después de la escuela, las actividades para los niños de la Kalsa y es con el mismo entusiasmo que queremos hacer nuestra parte, gracias al apoyo de la onlus (organización sin fines de lucro, ndt) Ángeles de la Noche y a nuestros voluntarios, ampliando la ayuda a las personas sin hogar e inmigrantes".
Desde el 8 de enero hasta este último fin de semana, quince han encontrado refugio en los locales de Via Vetriera cuyas puertas han permanecido abierta sin discriminación.
“Un refugio para hombres y mujeres, italianos y extranjeros, incluso para personas con discapacidades. Porque la solidaridad no debe hacer distinciones. Y debemos dar gracias a ellos, los voluntarios, que trataron de que no falte nada."En el momento en que empezó la ola de frío en Sicilia nos activamos inmediatamente –recuerda Simone Cappellani, quien con Davide Minio, Ferdinando Domé y Giovanna Pedroni asistieron a los alojados durante las noches- en nuestra casa hay camas, hay una cocina, un baño y en caso de emergencia podría darle refugio a ocho personas. Así que nos pusimos en contacto con la Policía Municipal y la Cruz Roja. En las últimas semanas los visitantes se fueron alternando y hubo incluso quienes pasaron aquí una noche. Lo más bello fue ver la solidaridad de todos los que nos han ayudado a ayudar a los necesitados". Cada voluntario ha hecho su parte al proporcionar mantas y alimentos, involucrando a su vez a otros. "Empezamos incluso colectas de alimentos en las escuelas –agrega Rosanna Melilli- así que elegimos pasta, galletas, lentejas, todo lo que podría ser útil para asegurar la cena y el desayuno. Hubo quien se hizo cargo de la limpieza de las habitaciones y de la ropa de cama. También hicimos todo lo necesario para poner condiciones la cocina para poder satisfacer todas las necesidades".
"En esta experiencia fue importante la colaboración entre todas las asociaciones -dice Julia Rizzuto-. En toda la ciudad se ha activado una red de solidaridad y fue así como entramos en la lista de centros abiertos para dar cabida a los que estaban sin hogar. En particular, esta iniciativa nos unió a la onlus Ángeles de la Noche, que son jóvenes de ambos sexos que tienen una vasta experiencia en ayudar a las personas sin hogar". Es el representante de la onlus, Davide Minio, quien explica el espíritu que ha movido y mueve a los voluntarios: "La nuestra es una asociación joven fundada por iniciativa de Joseph Li Vigni y Ferdinando Milella, que primero comenzó a llevar alimentos a las personas sin hogar en la calle. Las rondas se hacían semanalmente y así le llegó a crear una fuerte relación con estas personas. Es emocionante ver la sonrisa que se obtiene con un simple gesto, una palabra de consuelo, una manta, una charla, pequeñas cosas que pueden parecer simples o insignificantes, pero que para estas personas son muy importantes. Para nosotros puede ser poco, para ellos es todo".
El diseño de Borsellino
La relación que se crea en la acción de la solidaridad es excepcional y demuestra que no sólo se da, sino que también se recibe en la relación con aquellos a los que se ayuda. Y esto también sucedió en la experiencia de la Casa di Paolo. "Esta experiencia sin duda nos ha enriquecido a un nivel humano. Escuchar sus historias, sus vivencias, en la medida que se pueda, toca profundamente el alma -explica Rosanna-. Desafortunadamente no podemos hospedar a todas las personas en emergencia, pero hemos podido, gracias a las gestiones de uno de nuestros voluntarios, Gandolfo David, buscar alojamiento cercano para algunos de nuestros huéspedes con un camper (los cámpers son vehículos derivados de furgonetas que se usan para acampar, ndt) que pueda satisfacer sus necesidades". "Si hay una cosa que nos llamó la atención es el interés que todos demuestran por las cuestiones que nos ocupan -añade Simone-. Por ejemplo, en la noche que se conmemoraba el aniversario del nacimiento de Paolo Borsellino, nuestros huéspedes quisieron ver la transmisión por streaming. Y hubo otros, como José, que se sintieron inspirados por las pinturas que vieron en el lugar y quisieron dejar un recuerdo por ellos dibujado".
Nuevos proyectos
En el futuro la "Casa di Paolo" continuará con sus propios proyectos, desde los laboratorios de computación, los de inglés, más las creaciones artísticas y culturales. El deseo del fundador de Agende Rosse, Salvatore Borsellino, es que la misma se convierta en el símbolo de todas las asociaciones antimafia, y que en este lugar se unan para poner en práctica proyectos conjuntos en armonía fraterna. Actividades que se desarrollarán en los próximos meses. Mientras tanto, Salvatore Borsellino, vuelve a lanzar un llamamiento a la ciudad, como lo había hecho el pasado 19 de enero en el evento del teatro Santa Cecilia:
"Nuestra asociación está sostenida por el aporte de los voluntarios y los visitantes. Estos llegan a la Via Vetriera por los api calesse (api calesse, triciclos motorizados usados para el turismo, ndt) que se mueven en el interior del centro histórico. Hago un llamamiento al alcalde Orlando y a los concejales que puedan hacer algo concreto por estos conductores que actualmente se encuentran en grandes dificultades a causa de un reglamento que les produce un gran perjuicio (no está permitido que esperen a los turistas en la calle y si no cumplen con esta obligación corren el riesgo de perder la licencia) y por algunas disputas con los conductores de taxis que ofrecen un servicio completamente diferente a la de ellos. Espero que podamos encontrar una solución común que permita a todos trabajar en esta ciudad, ya que es gracias a los propietarios de los api calesse que la "Casa di Paolo", en este año y medio, ha tenido un crecimiento significativo de visitantes que quieran conocer la historia de mi hermano".