Sábado 15 Noviembre 2025

El excoronel De Donno, amigo de los mafiosos, de Marcello Dell’Utri

¿Podrían las mentes refinadísimas de los vértices del Estado italiano dirigir la actividad de la Comisión Parlamentaria Antimafia? ¿Podrían esas mismas mentes refinadas influir en las familias de las víctimas inocentes de la mafia? Sí, puede ocurrir en este país.

Y esto es lo que se deduce al observar lo que está sucediendo, como lo demuestra Report, un programa presentado por Sigfrido Ranucci, con la investigación dirigida por Paolo Mondani, titulada Mori va a la guerra.

Tras los avances de los últimos días, publicados en Il Fatto Quotidiano, todos hemos conocido las escuchas telefónicas en las que el exgeneral del ROS (Reparto Operativo Especial del Arma de Carabineros), acusado y posteriormente absuelto en el juicio por la Tratativa Estado-mafia, así como en otros juicios, y hoy investigado en Florencia por las masacres de 1993 con el agravante de fines mafiosos y terroristas, porque "a pesar de tener la obligación legal, no impidió, mediante informes y/o denuncias debidamente presentadas ante la autoridad judicial, ni mediante la adopción de iniciativas de investigación y/o prevención autónomas, las masacres que había anticipado en múltiples ocasiones", conocía los sucesos que luego ocurrieron en Florencia, Roma y Milán entre mayo y julio de 1993.

Es evidente que el ex número uno del SISDE (Servicio de Informaciones y Seguridad Democrática) habría intentado influir en el trabajo de la Comisión Antimafia no solo intentando incluir a personas cercanas a él como asesores del órgano parlamentario presidido por Chiara Colosimo, sino también eliminando a figuras que no le gustaban, como el senador de Cinco Estrellas y ex Fiscal General de Palermo, Roberto Scarpinato.

Si estos son los hechos, es evidente que las audiencias celebradas en los últimos meses del propio Mori, así como del coronel Giuseppe De Donno, no son más que una farsa.

¿Por qué la Sra. Colosimo no interviene en este asunto? ¿Por qué no revela los nombres de los dos parlamentarios antimafia con los que Mori se reunió y que fueron citados en la investigación? Es evidente que, de comprobarse los hechos revelados por el Informe, esta Comisión Antimafia se encontraría ante un conflicto de intereses sin precedentes.

¿Quizás deberíamos creer que estas operaciones se llevaron a cabo sin su conocimiento?

Quizás deberíamos fingir que ignoramos que, en el pasado, el propio Mario Mori acompañó personalmente al abogado Fabio Trizzino, abogado de los hijos del juez Borsellino, a una delegación del Partido Radical "para expresar su solidaridad tras las críticas a su elección y esperar un cambio en la gestión política de la Comisión Antimafia que también tenga en cuenta a algunos miembros que presentan un claro conflicto de intereses con respecto a sus anteriores funciones".colosimo2

Dicho y hecho, el informe de ayer reveló otros pasajes de este escandaloso asunto, cuyo objetivo era dirigir uno de los órganos institucionales más importantes de nuestro Parlamento.

Pero también hay otros hechos que deben destacarse.

Las audiencias de los "testigos" Mario Mori y Giuseppe De Donno están llenas de elementos "falsos y engañosos", de los cuales la presidenta de la Comisión Antimafia (que debería ser imparcial) debe distanciarse de inmediato.

Basta pensar en la información falsa por la que los dos carabineros afirmaron que Alberto Lo Cicero, el arrepentido de la pista negra, "ya había sido juzgado como nada fiable por Falcone".

Hoy, gracias a un informe del Movimiento Cinco Estrellas, se ha revelado en documentos que Lo Cicero comenzó a colaborar el 24 de julio de 1992, dos meses después de la masacre de Capaci: por obvias razones temporales, Falcone nunca se ocupó de sus declaraciones.

¿Y qué decir de las absurdas justificaciones dadas para no registrar el escondite de Riina?

A Mori poco le interesa si los propios jueces destacaron una conducta "ciertamente propicia para el surgimiento de responsabilidad disciplinaria".

También se observaron fallas operativas en las evaluaciones de los jueces de apelación del juicio en que lo absolvieron "porque el hecho no constituye delito", junto con su fiel coronel Obinu, por el fallido allanamiento en Mezzojuso, donde se escondía Bernardo Provenzano.

La Comisión Parlamentaria Antimafia no considera estos aspectos, como tampoco las sombras sobre el pasado de Mori cuando trabajaba en el SID (Servicio de Información de Defensa, antes Sismi, ahora AISE, ndr), que surgieron de diversas investigaciones.

Mori actúa y va a la guerra, como tituló Report. Como un facilitador, realiza el trabajo de quienes quieren desviar la búsqueda de la verdad.

Y Colosimo acepta en silencio la doctrina, alimentando el escándalo de una Comisión Parlamentaria Antimafia que prefiere fragmentar y atomizar la historia de las masacres, centrándose únicamente en la de via D'Amelio, siguiendo el único hilo conductor del posible interés de Paolo Borsellino en la conocida investigación sobre las licitaciones públicas obtenidas por la mafia.

Precisamente la investigación del ROS de Mori y De Donno.

Nadie sintió vergüenza cuando el segundo admitió ser amigo de un mafioso de pura cepa: el exsenador Marcello Dell'Utri, condenado en forma definitiva por concurso externo en asociación mafiosa.

Cuando algunos senadores del PD le recordaron las conversaciones interceptadas en el 2012, en las que De Donno se alegraba con Marcello Dell'Utri por la anulación (con remisión) por parte del Tribunal Supremo de la sentencia de condena en apelación por concurso externo en asociación mafiosa, De Donno respondió: "Marcello Dell'Utri es una persona a la que respetaba y respeto porque creo que está fuera de ese concepto".colosimo3

Pero la historia de Dell'Utri, garante del acuerdo entre Silvio Berlusconi y Cosa Nostra, es indeleble y, al igual que las palabras pronunciadas en aquel momento, vergonzosas.

Los reprodujo ayer Report. De Donno y Mori se alegraron del golpe recibido por los fiscales de Palermo, a quienes el exgeneral del ROS declaró abiertamente no respetar.

La imagen que perdura es la de un mundo al revés, donde un mafioso condenado definitivamente (9 años por concurso externo en asociación mafiosa, condena cumplida) regresa para recibir, hoy, la estima de un excoronel de Carabineros.

No es ficción.

Al igual que otros hechos que siempre preocupan a Colosimo, no lo son.

Desde su elección, se ha visto en el centro de una fuerte controversia.

Ya en aquel momento se destacó la actitud amistosa que había mantenido (como lo demuestra la ahora famosa foto de ambos abrazados) con el terrorista subversivo de derecha y asesino en masa Luigi Ciavardini (miembro del grupo neofascista subversivo NAR, condenado en forma definitiva por el asesinato del policía Francesco Evangelista, el magistrado Mario Amato y, obviamente, por la masacre de la estación de Bolonia).

Recientemente, entrevistada por el colega Paolo Borrometi, Colosimo se disculpó por si esa fotografía pudo haber molestado, pero continuó minimizando el episodio dando su propia explicación.

Por otro lado, sin embargo, actuó de forma ridícula al demandar al periodista Saverio Lodato por lo que dijo durante un episodio de del programa Otto e Mezzo en La7, en octubre del 2024.

Y, sin embargo, basta con volver a ver ese episodio para darse cuenta de que Lodato no hizo más que recordar la polémica y hablar de algunos hechos que vuelven a estar de moda hoy en día.

Veremos qué pasa. Porque Lodato ya anticipó que ha recurrido a su abogado para demandar a la propia Colosimo por calumnia.

Ante tantos escándalos, la presidenta de la Comisión Antimafia debería darse cuenta de que las disculpas no son suficientes.

Y quizás ni siquiera la renuncia, que es cada vez más necesaria.

*Foto de Portada: Reelaboración gráfica de Paolo Bassani

*Foto 2: Fabio Trizzino © Paolo Bassani

*Foto 3: Marcello Dell'Utri y Silvio Berlusconi © Imagoeconomica