Y ahora arresten a los Benetton
Por Giorgio Bongiovanni - 20 de agosto del 2018
Felicitamos al gobierno de Conte por haber quitado la concesión de la autopista a los hermanos Benetton después del trágico colapso del puente Morandi que causó 43 muertes el pasado martes 14 de agosto.
Ahora, sin embargo, esperamos que el poder judicial investigue a fondo la responsabilidad de esta tragedia evitable y arreste a los Benetton por homicidio culposo (Art. 589 del Código Penal italiano), delito que una vez probado puede merecer hasta quince años prisión. Es difícil pensar que Benetton, el dueño de ASPI (Autopistas para Italia), no tenga ninguna responsabilidad, desde el momento que, a pesar de la advertencia y de la señalización del pilar 9 que luego se derrumbó, nunca se aseguró el puente. Una vez más, los Benetton han demostrado estar ávidos de dinero, sin prestar atención al hecho de que dejar el puente en ese estado podría llevar a la pérdida de vidas humanas. Un 'modus operandi' que a menudo parece caracterizar los negocios de esta familia empresaria del Veneto. Un ejemplo es la vergonzosa injusticia que la empresa Benetton sigue imponiendo al pueblo mapuche en Argentina, apropiándose de las tierras en las que ese pueblo nativo vive desde hace milenios. Son tierras que en los años 90 adquirió la familia Benetton a un precio irrisorio gracias al entonces presidente Carlos Menem, confinando a los mapuches a zonas marginales e improductivas o forzándolos a migrar a los centros urbanos. Pero sin embargo en el 2007, este pueblo nativo de la Patagonia, decidió recuperar sus tierras ancestrales y, si bien durante años tuvo que hacer frente a continuos y violentos intentos de desalojo, en el 2014 el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) reconoció el derecho de los mapuches sobre el territorio.
Esto bastaría para decir que el imperio de Benetton es uno de los peores ejemplos del empresariado italiano, una empresa que nos hace sentir avergonzados frente a todo el mundo debido a su falta de ética. El desastre del puente Morandi en la autopista A10, en el que murieron compatriotas de Benetton, pagada, como todas las autopistas italianas, con dinero de los italianos para garantizar un sistema vial seguro, confirma una forma empresarial concentrada en el enriquecimiento personal sin ningún interés por la seguridad de las personas. Por lo tanto, esperamos que este sistema sea bloqueado por el Gobierno y que los Benetton tengan la oportunidad de reflexionar, en la cárcel, sobre las vidas perdidas que podrían haberse preservardo con actuaciones correctas en lugar de elegir al frío dinero.
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*Foto de portada:desde la izquierda los hermanos Carlo, Giuliana, Luciano y Gilberto Benetton