Por Giorgio Bongiovanni - 21 de junio del 2018
Son días agitados para el Ministro de Justicia, Alfonso Bonafede. Ayer por la noche, las agencias han publicado la lista de nombres que le gustaría a su lado para completar su personal en via Arenula. Así nos enteramos de que propuso a siete magistrados a los que tiene la intención de confiar los más altos cargos del ministerio. Ellos son Mauro Vitiello, procurador general de la Casación, como Jefe de la Oficina Legislativa; Andrea Nocera, actualmente en la Oficina de Jurisprudencia de la Suprema Corte, como Jefe de la Inspección; Giuseppe Corasaniti, fiscal general adjunto en la Casación, como Jefe de Justicia y como su vice Marco Nassi, fiscal adjunto en Grosseto. Por otra parte, en el cargo de Jefe Adjunto de la Inspección al ministro le gustaría Liborio Fazzi, juez de Palmi, como Jefe del DAP (Departamento de Administración Penitenciaria) Francesco Basentini, actual fiscal adjunto en Potenza y como vice Lina Di Domenico, juez de vigilancia en Novara. Todas las solicitudes han sido enviadas al CSM (deberá expedirse la Tercera Comisión y posteriormente el pleno). Sin desmerecer a ninguno de los postulados no podemos dejar de notar que entre las figuras propuestas no está el nombre del fiscal nacional antimafia Antonino Di Matteo, a pesar de que "rumores" a finales de mayo y principios de junio, lo señalaban entre los miembros del equipo del ministro con un cargo en el DAG (Departamento de Asuntos de Justicia), en el DAP (Departamento de Administración Penitenciaria) o incluso subsecretario. ¿Qué pudo haber llevado a una elección diferente?
ANTIMAFIAduemila ha tomado conocimiento de un hecho que podría dar una respuesta. Las últimas semanas los agentes del Grupo Operativo Móvil (GOM), la unidad móvil del Cuerpo de la Policía Penitenciaria, enviaron un informe de servicio cuanto menos desconcertante acerca de algunas declaraciones de mafiosos condenados a cadena perpetua y recluídos bajo el régimen del artículo 41bis, que entre ellos comentaban las indiscreciones sobre los nominados a los ministerios del naciente gobierno de la Liga y M5S. Al parecer, todos estos mafiosos, respecto al posible nombramiento de Di Matteo al DAP, habrían expresado su extrema preocupación en forma clara: "Si asume Nino Di Matteo estamos listos, para nosotros se acabó". Estas serían las palabras captadas por los agentes y luego transmitidas a las autoridades judiciales. También propusieron hacer algo para manifestar su oposición, con protestas o huelgas. De hecho significa que se quiere que lo que sucede dentro de las prisiones también sea transmitido al Ministro de Justicia, precisamente porque el DAP depende directamente de él. Y aquí es donde surgen dudas y preguntas.
¿Por qué el ministro Bonafede no propuso como Jefe de Oficina al fiscal Di Matteo? ¿Acaso no pensó que, al nombrarlo, habría dado una fuerte y dura señal contra la misma mafia que con esas palabras demostró temor ante el eventual trabajo del magistrado? ¿Por qué eligió de manera diferente, proponiendo a otra figura? ¿Qué hace el ministro del "gobierno del cambio" tan proclamado por el primer ministro Conte? ¿Podemos realmente definirlo de esta manera?
La lucha contra la mafia y el crimen organizado también se hace con señales concretas y no solo con "coros en el estadio", o en el Senado, al grito de "fuera la mafia del Estado". Esas palabras parecen más como una señal "folclórica", mientras que la batalla se hace con actos de gobierno, haciendo uso de figuras como Di Matteo, especialmente si se tiene la prueba de que éstas son adversas para los jefes mafiosos (no hace falta mencionar que entre los detenidos bajo el régimen del 41bis también están los que ordenaron las masacres). Estas son las señales de un cambio real.
De lo contrario, para parafrasear la expresión de la famosa película "Los intocables", no son más que "cháchara e insignia".
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