El retorno del Caimán a la tierra que no quiere cambiar
Por Giorgio Bongiovanni - 07 de noviembre del 2017
La victoria de Berlusconi. El "día después" de las elecciones sicilianas le deja a Italia el regreso del Caimán a la escena política. Esta es la amarga realidad que surge al analizar el éxito del candidato de centroderecha, Nello Musumeci, en la carrera por "el trono" del Palacio de los Normandos. Antes de la votación Musumeci era considerado un fascista "de bien", honesto, pero hoy, después de los resultados, tal denominación parece excesiva. Con el regreso de Berlusconi ganó el lado más "oscuro" de la derecha, el que no renuncia a seguir en un partido con mafiosos (uno de sus fundadores, Marcello Dell'Utri, está en prisión condenado por concurso externo en asociación mafiosa) haciendo lo que haya que hacer. Y no sólo eso. Musumeci nunca podrá cancelar el rumor de que ha aceptado en sus listas a aquellos impresentables porque le llevaron "agua" a su molino, reforzando el 40% final (cerca de 870 mil votos).
No podemos saber si la mafia fue determinante en esta elección, y en qué medida. Podemos estar seguros de que la mafia no votó por Claudio Fava, el único que tuvo el coraje de dar los nombres y apellidos de los sujetos que de alguna manera están cerca de Cosa Nostra. Mafia que no habrá tenido tampoco ningún interés en votar a Giancarlo Cancelleri.
No es posible alegrarse por el resultado final, pero gracias a Fava la verdadera izquierda, aunque con un solo lugar, ha vuelto a sentarse detrás de las bancas del ARS (Assemblea Regionale Siciliana, ndt), mientras que el PD de Renzi-Micari ha caído irremediablemente por debajo del 20%.
Quien duplicó los votos recogidos hace cinco años es el Movimiento 5 Estrellas, el primer partido de la Región, que con Giancarlo Cancelleri ha recaudado 770 mil votos (35%). Pero los resultados, independientemente de los posibles recuentos de votos que puedan requerirse, no son satisfactorios. No es posible a la luz de la cifra que emerge de los números del verdadero ganador de estas elecciones: el abstencionismo. El 53.24% de los sicilianos decidió quedarse en casa y no votar. Una derrota para todos, incluso para el "victorioso" nuevo gobernador que "gobernará" Sicilia con el apoyo de aproximadamente el 18% de los que tienen derecho a votar. Paolo Borsellino dijo que "la revolución está en las plazas con la gente, pero el cambio tiene lugar dentro de la cabina electoral con el lápiz en la mano. Ese lápiz, más fuerte que cualquier arma, más peligroso que una escopeta y más afilado que un cuchillo". El resultado de las elecciones ha demostrado, una vez más, que el pueblo, descorazonado, no intervino para cambiar el estado de las cosas. Para saber si el resultado de las elecciones sicilianas se reflejará en las próximas políticas, solo tenemos que esperar.