Jueves 28 Marzo 2024

noitalia430Por Giorgio Bongiovanni - 05 de Diciembre de 2016

Querían amputar la Constitución, en cambio la victoria decisiva del “No” ha salvado nuestra Carta Magna con cifras netas e incontrovertibles. Un resultado que llega después de meses en los cuales ANTIMAFIADuemila se ha hecho portavoz y promotora, con todas las fuerzas democráticas del país, de las razones del “No”.

En cambio los defensores del “Si” se han quedado con un puñado de moscas. Y con esto no nos referimos a los electores que, casi todos con buena fe, se manifestaron favorables a la reforma Boschi-Verdini, sino a esas fuerzas políticas y económicas que apoyaron la campaña del Primer Ministro Renzi quien a este punto está por dimitirse. Nada menos que los nombres de los representantes de los poderes financieros internacionales: el embajador estadounidense, el Ministro de Economía alemán Wolfgang Schäuble, el Presidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker, Jp Morgan junto a otros bancos mundiales cuyas bases más fuertes se encuentran en los países offshore y que rozan la ilegalidad, y que presionaban para administrar económicamente las entidades de crédito y hasta la misma Italia. Nombres que van acompañados por Confindustria,Briatore, Marchionne, Vacchi, Confalonieri, Confindustria, Cicchitto, Alfano, Verdini, Casini, Ferrara, Feltri, Tosi, De Luca, Bondi.

Quienes también deseaban la victoria del “Si” eran las mafias para que Italia se convirtiera, según sus cálculos, en un país en el cual los grandes inversores, entre ellos los intermediarios de las organizaciones criminales, pudieran actuar libremente. Querían el Sí aquellos a los que les interesaba amordazar a la magistratura y así darle un duro golpe a nuestra Constitución, poniendo en grave peligro al ejercicio de la Democracia y de la soberanía que pertenece al pueblo. Es decir, aquellos a los que comúnmente  se los denomina “poderes fuertes” de quienes Renzi, consciente o no, había pasado a ser un instrumento de modo tal de poner al país, que aún es uno de los más ricos del mundo, al servicio de un grupo de poderes económicos. Y todo esto a cambio de promesas absurdas e irreales, desde el ahorro en la administración política hasta el aumento de la producción y de los puestos de trabajo.

Pero ayer Italia demostró que se sabe unir, no solo para ir al estadio, sino también para salvaguardar la Carta Magna de quienes la quieren modificar. Una Carta sagrada por la cual han muerto en su defensa no solo los partisanos, sino también nuestros Padres de la Patria más recientes. Por citar algunos, aunque estos tres nombres representan simbólicamente a todas las víctimas inocentes de la mafia, asesinadas porque creían en un país libre como el que ayer, en las urnas, demostramos que queremos: Carlo Alberto Dalla Chiesa, Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.

Foto originale © Fotogramma