Hoy acusa al Fiscal Di Matteo pero “ayer” se negaba a mantener conversaciones
y anulaba los congresos
Por Giorgio Bongiovanni y Lorenzo Baldo - 21 de Abril de 2016“La Constitución tutela la libertad de pensamiento y de investigación. La actitud del Fiscal es típico de una ideología de Estado autoritario, pero lo grave es que quizás él no se da cuenta de ello”. Y más aún: “Nos encontramos ante una censura preventiva. Según Di Matteo, evidentemente, para ser orador de un congreso hay que estar de acuerdo con él. No es suficiente con ser estudiosos, expertos de los argumentos tratados en el mismo. Pero ¿a dónde hemos llegado? Es una especie de censura cultural fascista”.
Una vez más el jurista Giovanni Fiandaca vuelve a la carga en contra del Fiscal Nino Di Matteo. En esta ocasión en respuesta a una reflexión que el magistrado, titular del juicio sobre la negociación Estado-mafia (junto a sus colegas: Teresi, Tartaglia y Del Bene) planteó a los organizadores de la Escuela Superior de la Magistratura luego de haber sido invitado para participar en un curso de formación para Fiscales y Jueces, que tendrá lugar en Palermo el 28 y 29 de abril, titulado “Le vicende del concorso cosiddetto esterno in associazione di tipo mafioso tra legislazione ed interpretazioni multilivello”. (“Los hechos del concurso así llamado externo en asociación de tipo mafioso entre legislación e interpretación multinivel”).
Aunque el nombre de Fiandaca no aparece es clara la referencia al profesor de Derecho Penal de la Facultad palermitana de Jurisprudencia. “Una pregunta que desde hace tiempo me hago con cada vez mayor insistencia: - escribió el Fiscal enviando un e-mail con copia también a todos sus colegas de la Fiscalía de la República de Palermo y de todo el Distrito judicial –¿el haber emitido juicios 'altamente críticos' en cuanto al aparato acusatorio de procesos judiciales que están en curso en este Distrito se ha convertido en un motivo de ulterior mérito para la elección de los oradores de los eventos de estudio organizados por la formación descentralizada?”.Una reflexión que nació justamente después de haber sabido que la conclusión del seminario habría estado precisamente a cargo suyo. Hoy en día, el jurista Fiandaca, junto al historiador Salvatore Lupo, autor del libro “La mafia non ha vinto - Il labirinto della trattativa” (La mafia no ha vencido – El laberinto de la negociación) en el que se pone en tela de juicioel proceso judicial que se está llevando a cabo en Palermo, acusa a Di Matteo de aplicar una “censura fascista”.
Más allá de que el Fiscal palermitano no haya hecho otra cosa que expresar una opinión sin reclamar censuras, ni anulación de eventos, el profesor no recuerda, o finge no hacerlo, que hace apenas un año intervino en primera persona para expresar cuáles eran sus “reglas” en cuanto a las modalidades de procedimiento que habríamos tenido que seguir en ocasión de la conferencia que había sido organizada en la Facultad de Jurisprudencia para el 23º aniversario del atentado de Capaci y que consecuentemente se desarrolló en una sede diferente. Específicamente Fiandaca criticó el título de la misma: “Ibridi connubi – Dal gioco grande intuito da Giovanni Falcone fino ai giorni nostri” (Híbridas connivencias – Desde el juego grande intuido por Giovanni Falcone hasta nuestros días), planteó sus reservas sobre los nombres de los oradores que habían sido invitados (considerándolos “dogmáticos y poco críticos”) e incluso llegó a solicitar una carta de pedido de disculpas por parte de Di Matteo (culpable de haberlo aludido a su persona durante el congreso del año anterior, en “su propia casa”, donde le consideró un “negacionista y justificacionista”) en el caso que hubiéramos decidido no renunciar a la solicitud del aula magna para la realización de la conferencia.
Ante esa “conditio sine qua non”, en nombre de la absoluta libertad de pensamiento y en defensa de nuestros oradores, decidimos realizar dicha manifestación en otro lugar. Por lo tanto a la luz de los hechos ¿quién es el que ha tenido un comportamiento de “censura cultural fascista”? ¿Quién es el que ha querido aplicar “una censura preventiva” y “una ideología de Estado autoritario” negando esa libertad cultural que tendría que estar garantizada en un lugar público como la Facultad de Jurisprudencia?
Vuelven a la mente las palabras del ex Fiscal Antonio Ingroia que, en una entrevista en el año 2014, había sido muy clarificador sobre los concretos prejuicios que animan el pensamiento del Profesor Fiandaca apenas se toca el punto sensible de la negociación Estado-mafia. Ingroia señalaba que el verdadero “rechazo prejudicial” de Fiandaca hacia una magistratura que “investiga sobre lo incognoscible” en nombre de una “supuesta “razón de Estado” que tendría que inhibir la acción judicial de esclarecimiento de la verdad”. Para el ex magistrado se trataba probablemente de la “misma matriz que ha inspirado, además, el conflicto de atribuciones planteado por el Presidente de la República”, Giorgio Napolitano. Que, a pesar de haber llegado al final (sin gloria) de su mandato, aún sigue ejerciendo su poder-sombra detrás del Primer Ministro Renzi. La actualidad del lúcido análisis de Ingroia no hace más que confirmar de dónde proviene esa culpable “censura fascista” que se intenta adjudicar a otros.
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