Por Giorgio Bongiovanni - 13 de Enero de 2016
Por un lado tenemos las recientes investigaciones de la Dirección de Distrito de Palermo, que determinaron el arresto del abogado Marcello Marcatajo, por el otro la audiencia del Fiscal en Jefe de la Fiscalía de la capital siciliana, Francesco Lo Voi, ante la Comisión parlamentaria antimafia en la que se confirma que el proyecto de atentado en contra del Juez Di Matteo , que jamás fue descartado, es algo muy serio.
Las investigaciones coordinadas por el Fiscal adjunto Vittorio Teresi y por los sustitutos, Annamaria Picozzi, Roberto Tartaglia, Francesco Del Bene y Amelia Luise, no solo han sacado a la luz esos contactos entre Cosa Nostra y los cuellos blancos, sino que además se comprueba esa condena a muerte en contra del Fiscal que investiga sobre la negociación Estado-mafia.
El boss mafioso Vito Galatolo explicó con claridad que los 250.000 euros necesarios para la compra del explosivo necesario para asesinar al Fiscal surgieron de la venta de algunos garajes. Una transacción que habría visto involucrado en forma directa al profesional palermitano.
A pesar de la enésima prueba de este proyecto de muerte, para el cual se han estado recopilando elementos desde hace ya dos años, no se puede pasar por alto el sustancial y grave silencio institucional en relación al magistrado. Salvo rarísimas excepciones (el Presidente del Senado, Pietro Grasso envió públicamente una carta de apoyo y la misma fue leída por Salvatore Borsellino durante la manifestación que tuvo lugar en Roma, n.d.r.) el silencio ha sido ensordecedor.
¿Acaso eso significa que las instituciones mismas no creen que esté en curso un proyecto de muerte? ¿Acaso no ven el alto riesgo de que se repita la historia? ¿No han enseñado nada los casos de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, obstaculizados y aislados en vida y luego asesinados?
Es cierto, Nino Di Matteo goza del más alto nivel de escolta previsto en Italia, pero no es solo así que se levanta una cortina de protección alrededor de un magistrado.
De hecho más allá de la persona, un Estado que pretende definirse sano y democrático y que quiere extirpar el “cáncer” mafioso, tendría que ir hasta las últimas consecuencias en la búsqueda de la verdad sobre los atentados, sobre los ideólogos y sobre las “mentes refinadísimas” que se anidan en su interior. Para hacerlo la única forma sería que se pusiera a sus servidores en las condiciones de poder investigar y trabajar de la mejor forma.
Por el momento eso no ocurre en cuanto a Nino Di Matteo, actualmente excluído de la Dirección de Distrito Antimafia, y por lo tanto se ve obligado a ocuparse de una enorme serie de “pequeños juicios” que no tienen nada que ver con esas delicadas investigaciones que conduce de todos modos, junto al pool que se ocupa del proceso judicial sobre la negociación Estado-mafia. Algunos dirían que está bien que los magistrados se ocupen de todos los delitos, pero nuestro país no es normal y la búsqueda de la verdad sobre los oscuros casos de nuestra República no pueden, y no deben, quedar en riesgo.
Es un hecho que el Consejo Superior de la Magistratura, al excluir a Nino Di Matteo de la Fiscalía Nacional Antimafia, ha caído en una nueva contradicción en cuanto a sus mismas reglas sobre el nombramiento de los magistrados, en el mejor de los casos subestimando lo que podría significar un acto de dichas características. Una anomalía que aún hoy se verifica con el Tribunal Administrativo Regional que todavía se tiene que pronunciar con respecto al recurso presentado por el Fiscal palermitano.
¿Cuándo terminará esta opereta de lo absurdo? Todos sabían que Falcone y Borsellino eran dos condenados a muerte y en lugar de reforzar y apoyar su trabajo las instituciones optaron por aislarlos. ¿Acaso es ésta la estrategia que se pretende aplicar con Di Matteo? ¿Quizás como insinuaron sobre Falcone en relación con el atentado de Addaura, Di Matteo también “se puso la bomba a sí mismo” y todo este caso no es más que una gran invención? Que los altos cargos de las instituciones lo digan claramente, de manera tal de permitirnos comprender de qué lado están.
¿Será que finalmente le darán al Juez Di Matteo un cargo de mayor competencia como para poder enfrentar a las organizaciones criminales y a esas “organizaciones externas” que lo quieren muerto?
El Presidente de la República Sergio Mattarella, el vice Presidente del CSM Giovanni Legnini y el Fiscal en jefe de Palermo Francesco Lo Voi pueden y tienen que dar una respuesta a la inquietud de muchos ciudadanos honestos, de una vez por todas y sin hipocresías.
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*Foto de Portada: www.palermo república. it