salvatorePor Giorgio Bongiovanni y Aaron Pettinari - 1° de Julio de 2015
Título: “Justicia burla. Paga la causa con el dinero de Borsellino”. Subtítulo: “Salvatore, hermano del Fiscal asesinado en 1992, condenado por difamación ‘confesó’ haber usado el dinero recolectado por la ‘Casa di Paolo’.” De esta forma hoy por la mañana, el periódico iltempo.it publicó este fuerte ataque (aunque la noticia apareció en otros medios) contra Salvatore Borsellino. La culpa sería la de haber utilizado parte de los fondos que se juntaron para la realización de un centro para los jóvenes del barrio de la Kalsa por motivos personales. “Acusado de haber difamado a un magistrado y luego condenado al resarcimiento indemnización por daños y perjuicios – escribió el periodista de iltempo.it, Luca Rocca - Salvatore Borsellino, hermano de Paolo, magistrado-héroe asesinado por la mafia el 19 de Julio de 1992, ‘confesó’ haber pagado la sanción con el dinero de la colecta hecha por quienes admiraban a Paolo Borsellino mientras estaba con vida y que siguen amándolo después de muerto, trabajaron para obtener la cifra necesaria para crear la ‘Casa di Paolo’, un lugar dedicado a la memoria y de encuentros para no olvidar”.

La “confesión” habría ocurrido hace pocos días, en Trapani, durante la presentación del libro de Nino Di Matteo “Collusi”. Nosotros estábamos presentes en dicho evento.  Y podemos confirmar que no hubo ninguna “confesión”. No solo eso. En la sala también se encontraban presentes muchos miembros del Movimento delle Agende Rosse (Movimiento de las Agendas Rojas), junto a otras personas y a nadie le resultaron escandalosas las palabras de Salvatore. ¿Para el periodista de iltempo.it son todos cómplices de un engaño? Para darle fuerza al artículo se utilizaron algunas palabras pronunciadas por el hermano del Juez asesinado, pero no se tuvieron en cuenta algunos hechos fundamentales. Cuando Salvatore Borsellino supo que el cargo de Fiscal de la ciudad de Marsala, cargo que por un tiempo cubrió su hermano Paolo, sería asignado a Alberto Di Pisa, manifestó en una conferencia pública toda su indignación y su sorpresa. Y por ello fue condenado a pagar 6.000 euros ya que el juez civil del Tribunal de Caltanissetta, Gregorio Balsamo, reconoció el perjuicio padecido por Di Pisa. Inmediatamente, por iniciativa de la poeta palermitana Lina La Mattina, partió una iniciativa en Facebook titulada “Siamo tutti Salvatore Borsellino” (Todos somos Salvatore Borsellino) precisamente para llegar a pagar esa cifra.
“¿Será posible que sean siempre las personas mejores las que tienen que pagar? – dijo la misma poeta – muchos de nosotros compartimos su pensamiento, entonces si Salvatore es condenable todos lo somos, y todos pagaremos con él. Ese fue el slogan gracias al cual surgió la propuesta”. En poco tiempo se llegó a alcanzar la suma necesaria a tal punto que el pasado noviembre, precisamente en los locales en los que surgiría la “Casa di Paolo”, se realizó la ceremonia de entrega del dinero juntado entre los miembros, o no, del Movimento delle Agende Rosse, creado por el mismo Salvatore.
Fueron muchas las personas que, justamente, compartieron su estado de ánimo por haberlo logrado y que no se escandalizaron al momento de la colecta para ayudar a Salvatore. Sólo en un segundo momento, una vez que se alcanzó la cifra necesaria para el primer objetivo, la suscripción se mantuvo abierta para llevar a término el proyecto de la “Casa di Paolo”. Habría sido suficiente una pequeña búsqueda en internet, o incluso preguntarle a los directos interesados, pero la máquina de enfangar, como regla, no contempla que se averigüe. Entonces pasó a segundo plano que, si no hubiera existido la multa, esos seis mil euros que se juntaron para pagar la querella de Di Pisa se podrían haber utilizados para concretar el proyecto de la “Casa di Paolo”. No hay ni escándalos, ni misterios que ocultar.
Pero ¿cómo habría que leer este nuevo ataque en contra de Salvatore Borsellino? En el pasado hubo quienes lo compararon con “Caín”, quienes lo acusaron de estar “loco” y de tener “problemas de salud mental”, esta vez es una especie de deslegitimación. Eso ocurre diecinueve días antes de las conmemoraciones por el atentado de Via D’Amelio, diecisiete días antes de que la “Casa di Paolo” quede inaugurada oficialmente. ¿Será una casualidad? Es difícil de creer. Desde hace años Salvatore Borsellino grita en las plazas de toda Italia reclamando verdad y justicia no solo sobre lo ocurrido el 19 de Julio de 1992, sino por todos esos misterios (y en Italia hay realmente muchos) que han martirizado nuestro desgraciado país. ¿Es posible que sea justamente este el grito perpetuo lo que da fastidio? ¿Será por ello que se encendió la máquina de ensuciar con la intención de debilitar su credibilidad haciéndolo pasar por un estafador o algo similar? ¿Es posible que la realización de la “Casa di Paolo”, ubicada en uno de los barrios más carenciados de la ciudad de Palermo, se pueda considerar también como algo incómodo? Los actos de conmemoración del atentado de Via D’Amelio están cada vez más cerca, y el proyecto de Salvatore Borsellino se verá concretado el 17 de Julio. Nosotros estaremos allí, junto a muchos otros ciudadanos honestos. Quizás sea la mejor forma de demostrar que el fango no alcanzó el objetivo.
Foto © Giorgio Barbagallo