Se hallarían restos de una decena de personas desaparecidas en la dictadura uruguaya

“No hay duda que los militares tienen los datos. Esperemos que no sea una nueva burla al sistema político”.

Las apreciaciones de Elena Zaffaroni sobre la información que circula en estos últimos días sobre el posible señalamiento de un lugar donde estarían los restos de una decena de los desaparecidos en dictadura, no carecen de escepticismo.

El viernes 17, el diputado del Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI), César Vega, se reunió con los directivos de la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH), para darles información sobre la reunión que habría mantenido con exmilitares el pasado 1° de febrero, que quieren indicar el lugar dónde estarían enterrados restos de desaparecidos.

Con la nueva afirmación, Zaffaroni, integrante de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, dijo que mantiene “cero expectativa, porque situaciones así ya las hemos pasado recurrentemente en estos más de 30 años, con personajes que traen los datos como Bertolotti y Manini” de quienes dijo que “no permitieron chequearlos, y distrajeron la tarea de manera muy cruel -aseveró Zaffaroni-, como otras que dicen tener información y no es directa sino de terceras o cuartas personas que desvanecen las posibilidades de dónde buscar”, lamentó.

A pesar de la desconfianza, producto de tantos desengaños, aseguró: “Nosotros esperamos que se den los pasos correspondientes como con cualquier información. Que los equipos de búsqueda chequeen, tengan contacto con la fuente directa, y evalúen la información, porque tal vez es una información que ya estuvo sobre la mesa... o no…”, valoró, concluyendo: “No tenemos ninguna información”.

Con todo, Zaffaroni, dijo estar “a la espera como todos, de que se aclare cómo viene”.

Respecto a cómo tomaron las autoridades esta información, apuntó: “El presidente no ha dicho nada. El ministro tampoco (que yo sepa) y son los primeros que deberían estar aportando por el lugar que tienen de superiores de las Fuerzas Armadas”.

Algunos medios locales señalaron que desde la INDDHH hay también cierto escepticismo sobre las fuentes que le brindaron información al diputado Vega, pero aclaran que de todas formas excavarán donde este les indique.

Las autoridades de la Institución creen que Vega podría estar siendo utilizado para algún fin. Esto, según manifestaron, se desprende de que le consultaron al diputado sobre quiénes eran las fuentes, a lo que el referente del PERI solamente nombró a uno de ellos por el nombre de pila. Los directivos reconocieron ese nombre como alguien que ya había brindado información falsa anteriormente, a otros tres legisladores.

El temor en el organismo es que se trate de una manipulación para desviar la atención de los verdaderos lugares donde estarían los enterramientos.

Vega, desde un principio aclaró que los “informantes” no darían ninguna información respecto a los responsables de los enterramientos, sino que únicamente se limitarían a señalar los lugares específicos, que dijeron que se encontraban dentro de un regimiento en Montevideo donde ya fueron realizadas excavaciones con anterioridad.

Para conocer la opinión de Crysol, Antimafia se acercó al presidente de Crysol (agrupación de expresos políticos de Uruguay), Gastón Grisoni, quien indicó que a la fecha aún no han dialogado sobre el tema, pero entiende que “siempre cabe la posibilidad” de que se ubiquen finalmente los restos de los desaparecidos.

Como dijo Elena Zaffaroni, y haciendo hincapié en sus palabras, resaltamos una afirmación que para nosotros es un hecho, porque los responsables saben bien qué hicieron, cómo, dónde y cuándo: no hay duda, que los militares tienen los datos.

Esta “nueva confesión” que, según Vega podría tener relación con un supuesto “peso de conciencia”, más parece una verdadera maniobra que oculta intereses que no están claros. A simple vista parece existir una insistencia en jugar al antihéroe anónimo -no es la primera vez que alguien señala lugares de enterramientos que no son ciertos-, porque otra vez se siembra la inquietud en los corazones familiares, en las instituciones que esperan pacientes que los que quedan se animen a dar el paso y traigan la información sobre la ubicación de sus familiares desaparecidos. Pero se hace de una manera turbia, que mantiene el ocultamiento sobre las responsabilidades, que promete con pocas certezas una verdad perseguida por años y desmentida tantas veces, que ya nadie se fía.

Mientras tanto, la atención y los esfuerzos de las instituciones involucradas, de las comunidades de derechos humanos, de organizaciones y de familiares, existen, pero en simultáneo, también reina un escepticismo que los protege, de una nueva desilusión.

Foto: Antimafia Dos Mil

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