Viernes 26 Abril 2024

Se trata de Tyre Nichols, de 29 años: había sido detenido por una supuesta infracción de tránsito

Fue en la ciudad de Memphis

Otra vez un joven afro murió como consecuencia directa de la brutalidad policial en los Estados Unidos. Tyre Nichols, de 29 años padeció una brutal golpiza por parte de cinco agentes de la policía de Memphis, en el estado de Tennessee, durante una detención, por una supuesta infracción de tránsito. El joven murió tres días más tarde estando internado, según los primeros informes periciales a causa de un sangrado interno como consecuencia de los golpes recibidos. Los cinco policías, también afrodescendientes, fueron desplazados de la fuerza y fueron detenidos acusados de asesinato, secuestro, asalto y mal desempeño de su función. Horas más tarde fueron liberados con libertad reducida. Dos bomberos que asistieron a la víctima en el lugar del hecho fueron suspendidos mientras avanzan las investigaciones. Mientras tanto, las masivas protestas y la posibilidad de una revuelta ciudadana pusieron en alerta a las máximas autoridades del país. Más allá de la condición étnica de los ahora expolicías, no puede descartarse la característica racial del crimen.

Los hechos

El pasado 7 de enero, sábado, poco después de las 20:30 horas, Tyre Nichols se desplazaba en su vehículo particular en las inmediaciones de la casa de su madre, cuando de repente desde un patrullero de la policía de Memphis se le dio la orden de detenerse, supuestamente por “conducción imprudente”, según informaron desde la fuerza. Nichols deetuvo la marcha instantáneamente, y los policías se acercaron al vehículo. Toda la secuencia quedó grabada gracias a las cámaras de video vigilancia en el lugar, sumadas a las cámaras go-pro que cada agente de policía tiene adosada a su uniforme.

Luego de un breve altercado de palabras, le dieron la orden de bajar del automóvil, y desde ese momento comenzaron las agresiones físicas y el uso de fuerza desproporcionada. Tres policías lo rodearon, lo tiraron al piso e intentaron forzarlo para esposarlo por la espalda, sin razones claras. Mientras dos corpulentos agentes se posaban sobre Nichols, para mantenerlo inmóvil, el tercero lo amenazó con una pistola taser. Las imágenes, y los audios recolectados por las cámaras dan muestra del temor del joven afro, que en constantemente pedía ser tratado sin violencia. Los policías lo levantaron del piso, siempre sometido, hasta que en un momento lo soltaron ante el disparo eléctrico de la taser. El joven aprovechó e intentó alejarse de la brutalidad, y comenzó a correr mientras se quitaba las ropas para sacarse los arpones de la pistola eléctrica, que era activada una y otra vez por el oficial.

Los tres policías comenzaron  una persecución a pie, y solicitaron apoyo. A las pocas cuadras lograron detener nuevamente a Nichols y otra vez lo sometieron brutalmente. Otros dos policías se sumaron a la situación y uno de ellos comenzó a rociar al joven con gas pimienta. Ya en completo estado de indefensión, los policías lo rodearon y comenzaron a golpearlo salvajemente, dándole patadas y golpes de puño. Lo levantaron y lo tiraron al piso en reiteradas ocasiones mientras el muchacho gritaba, rompiendo en llantos, llamando a su madre. Finalmente, los policías se decidieron a esposarlo y lo dejaron sentado sobre el asfalto apoyado en el lateral de un patrullero. Más de 25 minutos después llegó un móvil con asistencia médica. Durante ese lapso los policías hablaban entre ellos narrando, en tono jocoso, los incidentes de la detención. Mientras tanto, en dos ocasiones Nichols se desplomó hacia los costados quedando tendido en el piso. Los policías se acercaron las dos veces, lo volvieron a sentar y se alejaron sin asistirlo. Poco tiempo después fue atendido por dos bomberos en el lugar, mientras la ambulancia tardaba otros diez minutos en llegar. Finalmente, fue llevado a al hospital Saint Francis, muy mal herido y con el aliento entrecortado. Murió tres días después por las hemorragias internas, según un primer análisis forense.

Repercusiones

Los policías fueron identificados como Tadarrius Bean, de 24 años; Demetrius Haley, de 30; Emmitt Martin III, también de 30; Desmond Mills de 32 años, y Justin Smith de 28. El FBI inició una investigación interna y rápidamente concluyó que la detención se había realizado con un uso excesivo de la fuerza. Por su parte los dos bomberos, cuyos nombres aún no han trascendido a la prensa, fueron suspendidos de sus actividades.

El presidente Joe Biden dijo a través de un comunicado: “Como muchos, me sentí indignado y profundamente adolorido después de ver el horrible video de la golpiza que acabó en la muerte”. Además, agregó que “la violencia nunca es aceptable, es ilegal y destructiva”, una consideración que parecería solo tiene validez en suelo norteamericano.

Por su parte la jefa de policía de Memphis, C. J. Denis, en conferencia de prensa condenó enfáticamente los hechos: “Se trató de una falta de humanidad básica hacia otra persona. Este incidente fue atroz, imprudente e inhumano”, dijo. Luego anunció que la fuerza que representa haría públicos los videos registrados por las cámaras policiales, los cuales evidencian toda la secuencia. Algunos de los policías involucrados eran parte del proyecto ‘Scorpion’, un programa de seguridad destinado a incrementar la presencia policial en barrios con altos índices de violencia. Respecto a esto, el abogado de la familia Nichols, Ben Crump, especialista en derechos civiles, dijo que el exceso de violencia es “parte de la cultura de la unidad Scorpion. Así que exigimos que se disolvieran inmediatamente antes de que volviéramos a ver algo así (…), necesitamos saber si hay un patrón y una práctica de uso excesivo de la fuerza”. Pocos días después la jefa Davis anunció la disolución del programa.

La investigación quedó en manos del procurador Steven J. Mulroy, quien alegó: “Si bien nada de lo que hagamos puede traer de vuelta a Tyre, les prometemos que estamos haciendo todo lo posible para garantizar que su familia y nuestra ciudad de Memphis vean justicia para Tyre Nichols”.

Mientras tanto las protestas se esparcen por el territorio con el recuerdo del asesinato de George Floyd, ocurrido hace poco más de dos años atrás. Un crimen racial y de odio, que despertó campañas en todo el mundo bajo la consigna “Black lives matter” (las vidas negras importan), implorando un cambio cultural e institucional.

Foto: 

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