Ya se avizoran fuertes cambios en derechos humanos, en la primera semana de mandato de Lula

Comenzó en Brasil la primera semana del gobierno de Luis Inacio Lula Da Silva, y ya se ve un enfoque claramente orientado hacia la lucha por los derechos humanos.

Como inicio, una de las primeras acciones comunicadas por sus ministros, fue la de volver a poner en funcionamiento la secretaria encargada de realizar la reparación económica de víctimas de torturas y prisiones en dictadura.

Este martes aún se realizaba una búsqueda -con la presencia del recién electo presidente- para detectar todo tipo de vigilancia electrónica oculta en el palacio del Planalto y también en las residencias de Alvorada y Jauburú (futuro hogar del vice Geraldo Alckmin), presumiéndose que habría sido plantada por parte de la administración anterior de Jair Bolsonaro, quien salió del país con destino a Estados Unidos, quizás especulando, un futuro pedido de extradición por parte de la justicia brasileña, por eso también el destino.

A través de la alianza entre Lula y sus viejos contrincantes, el ex mandatario Fernando Henrique Cardoso y el vice Alckmin, se supo consolidar la victoria en las últimas elecciones. Pero el camino recién empieza, un derrotero lleno de heridas abiertas causadas por la extrema derecha, que supo calar profundo en amplios sectores de la sociedad, ya sea a través de los movimientos religiosos o bien apoyándose en el descontento de una clase media en constante decadencia.

Si de gestos y de profundas diferencias con el gobierno anterior hablamos, tenemos que mencionar la configuración del gabinete designado por el líder del PT: 5 ministros afrodescendientes y 11 ministras mujeres, sumada a la designación de la primera ministra indígena, Sonia Guajajara; algo nunca antes visto en la historia del país; obviamente, un giro hacia las antípodas de la derecha.

Según el filósofo afrodescendiente Silvio Almeida, flamante nuevo ministro de Derechos Humanos, a Bolsonaro le gustaba la idea de reivindicar la dictadura, por eso trató de “desmontar y destruir” todos los organismos que mantenían la memoria activa. Dijo Almeida: "Recibí un ministerio arrasado", en referencia al trabajo de su anterior operador, el ex ministro Damares Alves.

Alves, que entre sus “banderas” tuvo el cometido de criticar el uso de la vacuna contra el covid y el ataque contra el aborto de niñas violadas, pertenece al círculo directo de Bolsonaro y su esposa, Michelle Bolsonaro, Pastora, de estrechos vínculos con grupos evangélicos sionistas de Estados Unidos.

Una de las mayores ovaciones de este martes, se la llevó precisamente el ministro Almeida cuando dijo: "Trabajadoras y trabajadores de Brasil, ustedes existen y son valiosos para nosotros. Mujeres de Brasil ustedes existen y son valiosas para nosotros. Hombres y mujeres negros y negras ustedes existen y son valiosos para nosotros. Pueblos indígenas de este país ustedes existen y son valiosos para nosotros".

El desafío de romper con la estructura de poder del bolsonarismo

A medida que transcurrió su gobierno, Jair Bolsonaro se aseguró que gran parte de la cúpula militar -aproximadamente seis mil- pudiera estar enquistada dentro de la mayor cantidad de dependencias posibles. Y así fue como empresas públicas y ministerios, empezaron a constituirse como una gran máquina de impedir crecimiento. De esta manera la prensa fue uno de los principales blancos, a través de amenazas, y promulgando decretos para mantener datos sensibles lejos del alcance de la gente, es decir la violación sistemática de la ley de libertad de información.

Cuando finalmente el gobierno y la justicia revean esta situación, se hablará de presuntas maniobras en el Ministerio de Salud y actividades de los hijos de Bolsonaro, como por ejemplo una superestructura de divulgación de fake news, entre otras estrategias de coacción. Por dicho motivo el recién nombrado titular de la Controladuría General de la Unión, Vinicius Carvalho, prometió llegar a fondo en los próximos treinta días. ”No hay democracia ni soberanía sin un Estado transparente", apuntó el ministro.

Foto: captura de video

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