Inauguración del sitio de memoria en la exguardería Andresito
Por Victoria Camboni-3 de diciembre de 2022
Quien vivió en el Río de la Plata en las últimas décadas, conoce a María Elena Walsh, una cantautora que con sus canciones colmó de sonrisas y buenos recuerdos a miles de niñas y niños.
Su música formó parte de una generación que creció llena de ilusiones y sueños, de preguntas profundamente reflexivas, y de respuestas decididamente combativas.
El viernes 2 de diciembre, su música volvió a ser escuchada por varias personas de una generación que se crio y creció en los años 70, pero esta vez con el corazón y los recuerdos de un adulto.
Memoria en Libertad, un colectivo que nuclea a infancias que crecieron durante los años de dictadura en Uruguay y que fueron afectados directamente en sus pequeñas vidas por la represión del Estado, logró el reconocimiento de uno de los refugios que cobijó a 100 niñas y niños en los años 1971 a 1974: la exguardería Andresito Guacurarí, ubicada en Ciudad Vieja, en la calle Pérez Castellano 1413.
La lucha histórica de este colectivo, sumada a otras también valiosas, que comenzaron a reivindicar el lugar de las infancias en dictadura y el horror al que fueron sometidas, creó las condiciones para que este viernes fuera inaugurada esa exguardería como sitio de memoria. A las cinco de la tarde, en un acto oficial conducido por Fernanda Vázquez -secretaria de derechos humanos de la central obrera PIT-CNT-, se develó la placa de memoria como un espacio de reflexión para la sociedad.
Con la presencia de la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, y de integrantes de la asociación de expresas y expresos políticos Crysol, integrantes del colectivo Memoria en Libertad, maestras de la exguardería, representantes de la Red de Sitios de Memoria, y de la Comisión Honoraria de Sitios de Memoria, las niñas y niños que formaron parte de ese espacio, celebraron el triunfo de la memoria, en ese punto histórico y emblemático de la resistencia de Montevideo.
La creación de la guardería Andresito Guacararí fue impulsada por el Comité de Familiares de Presos Políticos, con colaboración y el apoyo económico y sustento alimenticio de diversos sindicatos, de la facultad de Bellas Artes y de la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU), y tuvo como cometido resguardar y proteger a unas 104 niñas y niños hijos de presos políticos que quedaron desamparados por la ausencia de sus padres, privados de su libertad.
Una de las dos placas (*) evoca: “Más de 100 niñas, niños y adolescentes, familiares de presas y presos políticos del barrio asistieron aquí”.
Fernanda Vázquez, contó que el colectivo Memoria en Libertad fue creado en el año 2008, y desde el comienzo tuvo muy presente la necesidad de hacer una marca de memoria en la guardería Andresito.
Al lugar asistían “familiares para acoger a esas infancias, muchos de ellos acá presentes -con los que milito y he crecido-, conocen de la barbarie y la opresión desde sus inicios. Aportan con toda su resiliencia y su valor para que el terrorismo de Estado no transcurra nunca más en nuestro país”, dijo Vázquez.
“Las niñas y niños durante la dictadura -continuó- fueron víctimas, eran las hijas e hijos de las víctimas, y también a través de su inocencia y sus infancias, fueron resistentes de la opresión y la barbarie que desarrolló el terrorismo de Estado”.
La intendenta Cosse compartió visiblemente conmovida unas pocas palabras, destacando una frase, que repitió varias veces: “Pase lo que pase, no podrán”.
Antonia Yáñez, expresa política e integrante de la Red de Sitios de Memoria, hizo una revisión del proceso que llevó adelante Memoria en Libertad para lograr la marca de memoria. Relató que en mayo de 2019 el colectivo solicitó que la exguardería Andresito fuera sitio de memoria, y en setiembre de ese mismo año se aceptó la petición. Un pedido sustentado en la ley de Sitios de Memoria, “por impulso de organizaciones de la sociedad civil y aprobada por todos los partidos políticos que integraban el Parlamento nacional”, destacó Yáñez.
“La Comisión Honoraria de Sitios de Memoria señala al lugar para que permita la reflexión” a la sociedad toda.
“Estamos ante un acto de justicia mayor, por tratarse de niñas, niños y adolescentes fundamentalmente, por la ausencia de sus familias, por ser víctimas directas de la vulneración a sus derechos humanos por el Estado uruguayo”, dijo Yáñez, y también resaltó que “la guardería tenía como fin protegerles”.
Varias mujeres, representantes del colectivo Memoria en Libertad, compartieron también algunos recuerdos, reflexiones y comentarios, haciendo algo de historia de sus memorias en la guardería: "Aquí desarrollamos y conservamos el sentido de hermandad y compañerismo. Fue un nido donde estuvimos cuidados y a salvo del atroz mundo adulto. Aprendimos casi todo lo que sabemos -continuó el relato-, el valor de la palabra, a compartir, a ser solidarios, y que, si hay para uno, hay para todos”.
El relato, como era de esperarse, avanzó hasta el lugar propio de la represión de Estado, que no hizo distinciones de ningún tipo; ni siquiera tuvo cuidado con las infancias, inocentes y totalmente vulnerables. Y volvió a repetirse el nombre del hombre, que no se cansó de hacer daño, de formas siempre crueles y aberrantes. “En varias ocasiones, las Fuerzas Conjuntas ingresaron a la guardería liderados por el coronel José ‘Nino’ Gavazzo. Buscaban dinero y llevaron detenidas algunas madres en determinadas ocasiones”.
Con tal preámbulo, el desenlace fue inevitable: “Fue así que en 1974 los encargados de la guardería resolvieron cerrarla por motivos de seguridad”.
También compartieron el micrófono Tania Astapenco, de la Red Nacional de Sitios de Memoria, y Mateo Magnone, coordinador de Proyectos de Memoria del Municipio B de Montevideo, quien destacó la importancia de instancias como esta, que ayudan a “visibilizar que la resistencia y las víctimas del terrorismo de Estado no solamente fueron varones adultos, sino que es bastante más diverso”.
La obra plástica instalada en el sitio de memoria, fue realizada en conjunto por Manuela Aldabe -quien colaboró como artista plástica y visual-, Francesca Casariego –que como artista gráfica realizó el diseño-, y Mauricio Arriola –que desde Argentina participó como ejecutor de la marca de memoria.
En la tarde fresca, primaveral y gris, por el concreto que enmarca los espacios sobre la peatonal de Pérez Castellano en el corazón de la Ciudad Vieja, la música, el arte y la memoria se abrazaron. En un relato, que una de las niñas de antaño grabó con su voz, para intentar quizás preservar la esencia de esos años de infancias, de comidas, de juegos, de cuentos, de títeres. Y de música.
Como la de María Elena Walsh. Siempre en la memoria de esas infancias.
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(*) "Guardería ANDRESITO, que funcionó de 1971 a 1974. En dictadura fue sitio de resguardo y contención en un mundo feroz, dominado por el terrorismo de Estado. Nuestro agradecimiento a esa gran red de cuidado, amor y solidaridad de organizaciones sociales y religiosas, así como al Comité de Familiares de Presas y Presos Políticos”.
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Resolución nro. 13/2019 de la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria
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*Foto de portada y restantes: Antimafia Dos Mil