Viernes 6 Diciembre 2024

Se trata de Héctor Orlando Giordano Cortazzo que fue secuestrado en junio de 1978

Por Antimafia Dos Mil-5 de noviembre de 2022

Resistir el tiempo y resistir el olvido, es el desafió último que los miles y miles de desaparecidos de América Latina deben afrontar. Ocultados en fosas comunes, enterrados sin nombre, esparcidos en campo traviesa, mutilados, desmembrados, dinamitados, incinerados, arrojados al mar; los cuerpos de los desaparecidos afrontan las tempestades de una sociedad pacata, ignorante, que una y otra vez vuelve a elegir los discursos de odio, de violencia y de negacionismo.

Durante la semana pasada, desde la Secretaría de Derechos Humanos de la República Argentina, se compartieron los detalles respecto a los avances en la identificación del cuerpo de Héctor Orlando Giordano Cortazzo, un abogado y periodista uruguayo desaparecido durante la etapa militar de la dictadura cívico, empresarial y eclesiástica argentina, quien permanecía enterrado como NN en el Cementerio de Morón desde agosto de 1978.

La constatación de su identidad se pudo concretar gracias a un arduo trabajo de recolección, revisión y análisis de archivo entre los casos de personas detenidas-desaparecidas por el régimen, y los casos de personas fallecidas y enterradas como NN (sin identificación) durante la gesta militar. La tarea fue coordinada bajo orbita de la oficina del Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado, dependiente de la secretaria de Derechos Humanos, en un proyecto formulado por la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas, el Archivo Nacional de la Memoria y el Área de Identificación de Personas con Identidad Desconocida. La pieza clave que unió los puntos en común, que dio paso al resto de los estudios, fue el archivo dactiloscópico ligado a un cuerpo hallado en la zona de El Palomar, al oeste de la provincia de Buenos Aires, en el partido de Morón.

“Sin dudas, saber cómo fueron las circunstancias finales, en cierta forma, nos alivia, porque eso de hacer volar la imaginación y que lo tiraron de un avión, esto y lo otro siempre estuvo, todos estos años. Estuvimos 40 y pico de años en una oscuridad”, dijo Hugo Giordano, hermano de Héctor a Caras&Caretas.

Persecución y exilio

Héctor Orlando Giordano Cortazzo, tenía 39 años cuando se lo llevaron. Era miembro del Partido Comunista Revolucionario y, como tantos otros orientales, intentó encontrar refugio en la Argentina, tras la consolidación del golpe de Estado en Uruguay en 1973.

En un documento de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII) de 1973, se oficializa el pedido de captura de Héctor Giordano, quien “Integra la Dirección General del P.C.R. con el alias de “Porland”, junto con (...), Winston MAZZUCHI, Roberto GOMENSORO, Nebio MELO. Posiblemente integre el grupo fundador del M.I.R (...), integrante de la Dirección del P.C.R. – en la ciudad de Durazno”. Además, los espías, contemplan la posibilidad de que Giordano, este en contacto con miembros del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. Es importante considerar que la DNII, el organismo dependiente de la Policía Nacional, fue creada en 1971 bajo lineamiento del Programa de Seguridad Pública de la Agencia Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos. Fue este órgano uno de los eslabones que permitió la persecución de activistas, obreros, estudiantes y disidentes políticos a nivel regional.

Héctor, oriundo de la localidad de Durazno, en el centro del país a orillas del río Yi, se había mudado hacía tiempo a Montevideo, donde se había instalado en el barrio Villa Española. En otro documento firmado por el comisario Augusto Leal, fechado el 31 de agosto de 1973, se da cuenta del hostigamiento y la persecución contra Giordano, y el allanamiento de la oficina que el abogado tenía en la calle Andes 1282, en pleno centro de Montevideo, a metros de la sede del gobierno Nacional. Héctor fue uno de los tantos letrados valientes, que en tiempos oscuros realizaban acciones en favor de los perseguidos políticos. Ya para setiembre del 73, Héctor había pasado a la clandestinidad, y en ese intervalo de tiempo se exilió en Buenos Aires.

Héctor se instala en Argentina, con residencia legal -es un exiliado, no un prófugo-, y da continuidad a sus labores políticas, y a la denuncia contra el régimen instalado en su país. Incluso revalida su título como abogado. Se integra a las actividades del Partido Comunista, y cumple tareas dentro del órgano de prensa. Pese a la democracia, en Argentina proliferan los grupos de tareas y los espías que responden al plan sistemático de persecución regional. En octubre de 1975, la dictadura uruguaya, intensifica la persecución, tendiente a la desarticulación y desafección, del Partido Comunista, bajo la Operación Morgan, que se extenderá hasta mediados de 1983. Entre las etapas de Morgan, se incluye el robo sistematizado de empresas y negocios ligados a los miembros del partido, una metodología que deja en claro el carácter económico de la dictadura.

La detención de Giordano, que se efectiviza el 9 de junio de 1978, cuando la frívola argentina celebraba el Mundial de Futbol. El secuestro de Giordano se considerada dentro de la lógica de operativos contra los miembros del Partido Comunista desarrolladas entre junio y julio de 1977, luego de que fuera detenido en la frontera un militante con documentación falsa. A partir de esa caída se desarrollaron una serie de allanamientos y detenciones, con traslados ilegales de detenidos entre ambos países, que presumiblemente llevaron a la detención de Héctor, casi un año después.

A partir del testimonio de Ubal Lanne Fernández, sobreviniente y exmiembro del Partido Comunista, se pudo saber que Héctor luego de su secuestro, en un departamento en calle Moreto 629, en Capital Federal, fue recluido en el Centro Clandestino de Detención que funcionaba en la Base Aérea El Palomar, en Morón. Uno de los tantos sitios desde donde partieron los vuelos de la muerte.

Ubal pudo dar cuentas de que el domicilio había sido allanado el 3 de junio del 78, en horas de la noche, cuando las patotas vestidas de civil lo buscaban a él. En ese mismo lugar, cayó Giordano tan solo 6 días después. Estando detenidos pudieron comunicarse brevemente e intercambiar comentarios sobre las torturas padecidas. Ubal Fernández fue liberado el 5 de julio, y esta es la última fecha que se tiene registro sobre el paradero con vida de Héctor. Ubal, en su declaración también dejó en claro que entre los torturadores había oficiales uruguayos. El Plan Cóndor se desarrollaba plenamente en el río de La Plata.

Juicios

En julio del año pasado, la Corte Suprema de Casación de Italia, confirmó la condena a cadena perpetua de 14 imputados por los crímenes de lesa humanidad cometidos por oficiales chilenos y uruguayos contra ciudadanos ítalo-americanos, entre los que se encuentra Héctor Giordano. Entre los condenados figuran Jorge Troccolli, Juan Carlos Larcebeau, José Ricardo Arab Fernández, Pedro Antonio Mato Narbondo, Ricardo José Medina Blanco, Ernesto Abelino Ramas Pereira, José Sande Lima, Jorge Alberto Silveira Quesada, Ernesto Soca, Gilberto Vázquez Bissio y Juan Carlos Blanco. Cabe destacar que muchos de los oficiales imputados murieron durante el proceso, entre ellos José ‘Nino’ Gavazzo.

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*Foto de portada: losvamosaencontrar.blogspot.com