Viernes 29 Marzo 2024

"Fueron 8 mil”

Nuevamente fueron vandalizados los pañuelos de Madres de Plaza de Mayo

Por Alejandro Diaz-29 de octubre de 2022

En medio de una persistente campaña de odio y radicalización de la violencia en Argentina, el gen fascista, en el más amplio sentido de la palabra, volvió a reivindicar el terrorismo de Estado. En esta ocasión fue vandalizado uno de los pañuelos de Madres de Plaza de Mayo pintados en la plaza 25 de Mayo de la ciudad de Rosario, donde tradicionalmente las madres de detenidos desaparecidos realizan sus encuentros, desde la etapa militar de la dictadura, reclamando a las instituciones del Estado y a la ciudadanía, la verdad sobre el fatal destino que sufrieron miles de personas en la Argentina, y en la región, a manos de una estructura criminal que impuso un plan sistemático de exterminio sobre el territorio, dirigido particularmente contra la juventud obrera y estudiantil que se resistía a un modelo social de exclusión.

“Fueron 8 mil”, decía la pintada anónima que cobardemente buscó desviar y desnaturalizar, el valor simbólico, histórico y cultural que tienen los pañuelos de Madres de Plaza de Mayo. Un símbolo que entre muchas otras cosas representa una promesa, la de que siempre: habrá quien se resista a la tiranía; habrá quienes busquen la verdad; y habrá quien busque justicia en lugar de venganza.

En la Argentina de hoy, todavía estamos concientizándonos sobre la gravedad política institucional e histórica, que representa el intento de homicidio de la vicepresidenta del país, doctora Cristina Fernández, a manos de un grupo organizado de lumpenes radicalizados, exaltados por viejas castas fascistas que persisten infiltrados en los núcleos de poder de la Argentina. Núcleos que se reflejan, en la impunidad de empresarios vinculados al terrorismo de Estado, como Carlos Pedro Blaquier o Héctor Magnetto, quienes impunemente sortearon, hasta el día de hoy, las acusaciones por los crímenes de lesa humanidad cometidos contra los obreros y estudiantes de Jujuy, en el caso de Blaquier; y en el caso del CEO de Clarín, por los crímenes de lesa humanidad sufridos por los familiares de David Graiver, donde se incluyen la violación de Lidia Papaleo y el saqueo de la firma Papel Prensa.

Castas fascistas, que se esconden detrás de la desaparición forzada de Santiago Maldonado o en el asesinato por la espalda de Rafael Nahuel, o en las recientes detenciones de mujeres mapuche que incluyó un traslado injustificado e irregular, a Buenos Aires, sin haber sido las mujeres asesoradas por un representante legal.

El gen fascista está en los discursos de odio de algunos representantes del Estado, que incluye a expresidentes y actuales legisladores, quienes pretenden ensuciar la memoria de los argentinos, diciendo estupideces, que nada tienen de inocentes, sino que literalmente pretenden dar un marco de amparo, de naturalización, de las acciones anónimas que ocurren luego en la calle. Acciones que a nivel institucional replican la doctrina Chocobar y a nivel cívico reproducen la conducta de odio, que confunde la verdadera naturaleza de la política, que es construir una sociedad inclusiva, y no defender extremos ideológicos construidos a partir de la violencia y para la violencia.

Hasta el final de sus días las Madres seguirán marchando, es esta una verdad que más de un negacionista deberá aprender a interpretar. Las Madres seguirán marchando, es también una verdad que el amplio espectro de la sociedad debe asumir con un compromiso histórico.

Mientras haya quienes pretendan seguir ocultando la verdad, habrá quienes sigamos buscando revelarla.

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*Foto de portada: redaccionrosario.com / Andrés Macera