En el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas

Desde el colectivo ‘¿Dónde están nuestras gurisas?’ dicen que detrás está el crimen organizado

Por Victoria Camboni-1° de setiembre de 2022

“La práctica de desaparecer a alguien instauró la desaparición de personas. Lo mismo es la impunidad y el mensaje histórico político, que dice que se puede violar y desaparecer personas sin grandes consecuencias”.

Quizás ésta sea la afirmación más elocuente que vincula las desapariciones de los años de la dictadura -incluso los años previos- con las desapariciones forzadas que suceden en la actualidad. Es por eso que cada 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada. Y en ese contexto, el pasado y el presente se unieron para dar voz a un único reclamo: ¿dónde están?

El pasado martes en la sala teatro Camacuá, se realizó un conversatorio, un homenaje, un encuentro del antes y del ahora, representado por las dos agrupaciones que más representan a esas víctimas: Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, y el colectivo ‘¿Dónde están nuestras gurisas?’.

Las desapariciones en dictadura y las actuales, están vinculadas por la impunidad, lo que “las vuelve a desaparecer”. Esta idea, presentada por Eva Taberne, que habló en nombre del colectivo ‘¿Dónde están nuestras gurisas?’, ayuda a interpretar cuáles son las relaciones entre desapariciones en dictadura y las que pasan “en democracia”.

Esta impunidad, dijo, conduce a las familias de desaparecidos “a investigar por su cuenta e involucrarse en situaciones realmente riesgosas”, algo de lo que no se habla ni se contempla cuando la justicia archiva casos, la política hace silencio y la legislatura no presiona legalmente para que las leyes existentes se hagan cumplir.

Dia Internacional de las Victimas de Desaparicion Forzada

En ese sentido, Taberne recordó que existe una “ley de trata integral y con perspectiva de género”, pero reclamó que “no se le asigna presupuesto”. Tampoco hay seguimiento de personas desaparecidas.

“Jueces y fiscales no son capacitados para abordar la problemática. Tampoco hay programas. Evidencia esto la escasa importancia que se le da al problema. Ni siquiera hay protocolos para indicar cómo deben proceder las instituciones frente a esto. Ni hablar de las consecuencias de las familias, emocionales, pero también económicas. No cualquiera puede acceder a un abogado ni trasladarse a Montevideo”, reflexionó.

Y en ese afán de conectar las realidades de antes con las actuales, destacó que “la dictadura instaló el miedo y docilizó a toda la sociedad, no solo a las víctimas directas”.

‘¿Dónde están nuestras gurisas?’ es un colectivo formado en 2017, que acompaña y sostiene a familiares de jóvenes mujeres desaparecidas en los últimos años, y que “sistematiza la información y la organiza para acceder a la justicia”, según palabras de María Zino.

Así las presentó una integrante de Madres y Familiares: “El Colectivo ‘¿Dónde están nuestras gurisas?’ es una lucha diferente, por la desaparición vinculada al crimen organizado, y a la trata. Desde esa visión, la sociedad pone en común su adhesión, se potencia la reflexión del 30 de agosto”.

“Se está cometiendo hoy en la medida que el Estado no se hace responsable y no se hace cargo. Son desapariciones forzosas, son crímenes de lesa humanidad”.

María Zino enfatizó en la importancia de entender que detrás de una desaparición, hay personas involucradas. “No desaparecen porque sí. No son ausencias voluntarias, como las presume el Ministerio del Interior o la justicia”.

“Siempre que una gurisa o una mujer adulta desaparece, hay que presumir que esa desaparición es involuntaria y el Estado debe asumir su búsqueda”, manifestó Zina.

La mujer destacó que la cifra oficial de mujeres desaparecidas es 52, “pero sabemos que hay más y que hay mujeres que nadie busca y que no están denunciadas porque rompieron lazos familiares y nadie las busca”.

“Trata y explotación sexual es lo que encontramos mucho. Violencia sexual, intrafamiliar y feminicidio”. Particularmente de la trata, explicó que hay trata interna, “no solo hacia otros países. Se facilita a través del consumo y de la ruptura de círculos cercanos. Incluso de un barrio a otro, cortando redes conocidas de las gurisas”, explicó.

Las expresiones de esas mujeres que son el sostén de muchas madres y familiares de personas desaparecidas, fueron evidentemente contundentes y reflexivas. Pero escuchar a Elizabeth Techera hablando de los hechos que padeció su hija, desaparecida el 25 de marzo de 2019, hizo revivir y recordar el sentido profundo de por qué existen fechas como estas, por qué existen grupos como estos, por qué seguimos generando espacios a nivel social para hablar y entender la importancia de juzgar e investigar las desapariciones.

“Soy la voz de mi hija. Nuestro camino -juntas, inseparables-, comienza en 2014 cuando Florencia es secuestrada por narcotraficantes de mi barrio. Vivo en Villa Sarandí, oeste de Montevideo”.

“Este periplo agotador, me ha llevado por diferentes caminos, cuando en aquel entonces la justicia no dirimió absolutamente nada contra sus secuestradores. Mi hija no tuvo justicia, la justicia no actuó”.

Florencia fue “secuestrada, abusada y drogada. Esta historia comenzó mucho antes de su desaparición”.

“Las mujeres, que somos la fuerza y tenemos el coraje, somos quienes aunamos y unimos, somos las luchadoras incansables”.

Carolina Carretero: “Nos hermana esta cuestión de lucha, de no saber qué pasó”

Carolina Carretero, sobrina de una mujer detenida desaparecida durante el período de la dictadura uruguaya, habló con Antimafia Dos Mil en nombre de Madres y Familiares, institución que organiza año a año el homenaje a los desaparecidos, respecto a por qué este año tomaron la decisión de incluir en el homenaje a ‘¿Dónde están nuestras gurisas?’. “Nos hermana esta cuestión de lucha, de no saber qué pasó, de tener muchas preguntas y no tener respuestas. A sabiendas de que son otras condiciones y otros agentes los que lo reproducen. La idea es intentar pensar de forma colectiva el contexto de impunidad de una sociedad donde la impunidad se mantiene, promueve la violencia en general. A eso apunta la reflexión”.

Carolina Carretero 1

Carretero nos aclaró que en la organización no tienen roles: “Yo formo parte de la asociación Madres y Familiares porque soy familiar, mi tía es detenida desaparecida. Desde que tengo uso de la memoria, por historia familiar me crie con toda esta gente, que es como mi segunda familia, mi segunda casa”.

Ambos colectivos fueron acompañados por la editora periodística de La Diaria, Natalia Uval, quien recorrió con sus apreciaciones qué implicancias tiene la desaparición forzada: “Nos afecta en nuestros afectos y a nuestros seres queridos, les obliga a vivir en la incertidumbre de no saber dónde están”. “Nos obliga a vivir en impunidad”, reflexionó.

Dia Internacional de las Victimas de Desaparicion Forzada 2

También vinculó las épocas de las desapariciones, y encontró como un punto de convergencia “los intereses económicos detrás de las desapariciones, en la dictadura y ahora, para utilizarlas como mercancía, como material descartable”, motivado por un “sistema patriarcal y desigual”.

Uval apuntó contra el Estado: “No hay respuestas”, “sigue habiendo defensores de la impunidad”. “Tampoco hay respuestas del sistema político que en muchos casos ha sido cómplice y omiso”, resaltó y destacó también la falta de respuestas de la justicia.

Frente a estos hechos, Uval destacó el papel femenino: “La búsqueda y la lucha la siguen encabezando las mujeres. No creo que sea casual”.

El encuentro culminó con la música de Diego Kuropatwa, que acompañó como tantas veces a Madres y Familiares con su voz y guitarra.

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*Fotos: Gentileza de Martín Varela Umpiérrez

*Foto 3: Antimafia Dos Mil