Miércoles 24 Abril 2024
Desafíos contra la impunidad, estado de situación y luchas actuales contra el terrorismo de Estado en el Uruguay
 
Una charla abierta, para reflexionar, también con María Luis Osimani y Fernanda Aguirre
 
Por Victoria Camboni-26 de mayo de 2022
 
Cuarenta y siete años tuvieron que pasar desde de la vuelta a la democracia, para que militares como Armando Méndez, Ramón Rodríguez de Armas y Antranig El Turco Ohannessian, fueran condenados por crímenes que cometieron durante los años de dictadura militar en Uruguay. Esa levísima respuesta de la justicia, que interviene gracias a una incansable insistencia de distintos actores sociales a lo largo de estos años, afirma sin ninguna sombra de dudas, que la impunidad sigue reinando en este país.
 
Una impunidad que reina en todos los ámbitos, y que domina la agenda política. Por esto, para pensar y evaluar el estado de situación de los derechos humanos y las faltas que aún existen frente a estos temas, el 16 de mayo se llevó a cabo una charla abierta, realizada en el Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza Privada (SINTEP), donde participaron como expositores el periodista Roger Rodríguez, la integrante de CRYSOL (Asociación de expresas y expresos políticos de Uruguay), María Luz Osimani, y la secretaria de Derechos Humanos del PIT-CNT, Fernanda Aguirre. 
 
"Desafíos contra la impunidad, estado de situación y luchas actuales contra el terrorismo de Estado en el Uruguay" buscó aclarar el panorama partiendo de ámbitos como el periodístico, el de la lucha de familiares y expresos políticos, o la institucionalidad que analiza, presenta y da seguimiento a casos de delitos de lesa humanidad que cometieron funcionarios del Estado.
 
Roger Rodríguez: Hay una cultura de la impunidad, que es una enfermedad social
 
El periodista Roger Rodríguez abrió la charla, dando un panorama de la situación al día de hoy. "Un nuevo 20 de mayo, una nueva marcha del silencio. Una vez más una misma pregunta, ¿Dónde están?, una pregunta que todavía no tiene respuesta, y sin esa respuesta no hay transición que se termine, no hay impunidad que se termine. La verdad sigue secuestrada, es responsabilidad del Estado. Son tres frases muy concretas y que dicen mucho".
 
Su discurso giró en torno a la impunidad, una impunidad instalada legalmente a partir de la promulgación, en 1986, de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, aunque Rodríguez dice que siempre existió en Uruguay.
 
Sin embargo, "desde el 68, con la implementación de las medidas de seguridad y la aplicación de la tortura, eso fue creciendo. Durante la dictadura la impunidad fue total. Hacia la salida de la dictadura, luchar por la democracia, luchar por la igualdad y por los derechos humanos, implicó tener que enfrentar a ese muro llamado impunidad".
 
Esa Ley de Caducidad, dijo el periodista, "generó una lógica de impunidad, y esa lógica de la impunidad derivó en una cultura de la impunidad".
 
"Cualquiera, desde cualquier lado, puede decir: si a esos militares, que torturaron, violaron, asesinaron, secuestraron, no les pasa nada, ¿por qué a mí me van a hacer algo?", interpeló, y describió qué significa para él: “Esa cultura de la impunidad, es una enfermedad social".
 
Destacó también que "hay una impunidad institucional cuando no se sabe dónde están los archivos. Resulta que cuando miramos el Archivo Berruti, tenemos rollo 332, 333, 337. ¿Y los rollos que faltan? Nadie sabe dónde están. Hay rollos que han sido desaparecidos también. Son precisamente los rollos más importantes, porque si ustedes miran, si tienen la posibilidad de ver, porque tienen todo el trabajo del Archivo Rico y la historia oficial que hay; todos esos documentos, los claves, los que hablan de los operativos, no están. Y hablemos claro, todos escribían".
 
Y reflexionó: "Esa impunidad institucional hace que todavía no podamos definir quiénes fueron los pilotos del segundo vuelo".
 
Y siguió enumerando: "Hay impunidad política. Hoy estamos viendo esa impunidad política, cuando, los encubridores hacen declaraciones de prensa como si fueran grandes señores. Todavía le arrimamos un micrófono a Julio María Sanguinetti. Todavía siguen hablando los mismos que votaron la ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, como grandes líderes; nadie les dijo nada".
 
"Hay impunidad judicial. Los procesos judiciales fueron absolutamente lentos y más allá de las chicanas que se fueron generando y que se fueron haciendo, hay responsabilidad de los jueces y de los fiscales de todo el tiempo que pasó".

"Hay impunidad legislativa. Lo que pasó en el Poder Legislativo en estos 36 años es impunidad. Las discusiones que se dieron por la ley interpretativa de la ley de caducidad, después de que se declaró inconstitucional para un caso".

"Tenemos hoy un partido político, dentro de la coalición de gobierno, que esconde dentro de su interior gente de ultraderecha, gente fascista, gente nazi, que defiende y revindica las violaciones a los derechos humanos cometidos durante la dictadura. Eso es impunidad ideológica".

"Hay impunidad electoral (...). Que haya uno que vive en el exterior, que ganó votos para ser senador, prometiendo una tarjeta de farmacia y cien mil puestos de trabajo y venga aquí a sonreir y hacer video por las redes (), es un atrevimiento. Eso es impunidad también. Parece que estuviéramos en tiempos feudales", reflexionó el periodista.

"Hay impunidad en delitos graves. Lo del narcotráfico es la impunidad absoluta, la sojaina es la impunidad absoluta, dos veces embarques hasta Hamburgo. Lo del lavado de dinero, es de impunidad absoluta. Que el expresidente, Julio María Sanguinetti diga, Betingo Sanguinetti (Andrés Sanguinetti, ndr) es un buen muchacho, cuando terminó preso en Andorra por lavado de dinero es una vergüenza, pero nadie lo dijo. Nadie va y le dice a Sanguinetti, ahora qué decís de tu familiar. Es impunidad".

"Es recontra impunidad lo que está pasando estos días cuando asesinan al fiscal paraguayo Marcelo Pecci en Colombia, y días antes una de las personas que él estaba tratando de juzgar, de lo que ellos llaman el cartel uruguayo del narcotráfico, reciba un pasaporte en Dubai, y gracias a ese pasaporte ahora está prófugo. Pasaporte otorgado por el gobierno uruguayo, por la Cancillería uruguaya, a un narcotraficante (se refiere a Sebastián Marset, ndr), cuyo fiscal termina siendo asesinado en Colombia. Eso es una impunidad terrible".

"Es impunidad económica lo de UPM. El convenio que se hizo con UPM, cede muchas cosas del Estado y de la patria uruguaya. Es una absoluta impunidad desde todo punto de vista de lo de Katoen Natie, donde hubo acuerdos secretos que no sabemos en qué constan".

"Es impunidad sanitaria los acuerdos similares con Pfizer. Una pandemia, durante dos años nos tuvo encerrados dos años, y desmovilizados, que eso es mucho más grave".

"Es impunidad sexual lo de la Operación Océano. Es una impunidad absoluta y terrible de clases, ver como los nenes bien pudieron hacer lo que hicieron y estamos a dos años de juicio y recién ahora están negociando en juicios abreviados la condena que va a recibir. Y veremos qué pasa en el juicio oral y público".

"Es impunidad la libertad de expresión. Que hayamos caído en el puesto 44 en el ranking de periodistas sin fronteras y que tengamos una aglomeración de medios como la que tenemos que hace que esto sea monosilábico. Solo hay una sílaba oficialista en los grandes medios (...). Es impunidad de prensa".

"Va a haber una impunidad jubilatoria, porque esta ley que se está manejando para una reforma de previsión social no va a tocar a la caja militar, y si no toca la caja militar tenemos impunidad una vez más".

"La cultura de la impunidad, por lo tanto, es todo lo que nos rodea. Todo lo que nos rodea y que genera esa impunidad tiene su madre en esa ley de la Pretensión Punitiva del Estado, con las consecuencias que enumeré. Pelear contra esa impunidad es responderle, ¿en dónde están? Pelear con esa impunidad es que la verdad no sea secuestrada y que el Estado asuma su responsabilidad".

Roger Rodriguez 2

"¿Dónde están?, buscar la verdad, defender a la INDDHH, encontrar los archivos que faltan, acorralar y negar a los negadores de la dictadura, encontrar el cementerio clandestino que existe, porque ese es el motivo fundamental del silencio. Cuando secuestraron y trajeron del exterior a más de 20 personas, y desde el mismo modo que a los fusilados de Soca, los ejecutaron, los fueron llevando de a cinco y no hicieron cinco fosas; por lo tanto, en el lugar en el que están esos (...) pasajeros del segundo vuelo, vamos a encontrar fosas comunes. Eso es una realidad que ninguna institucionalidad puede soportar, ninguna de las Fuerzas Armadas puede soportar eso, que se vea una fosa común. Esa es la razón verdadera del pacto de silencio. Se caen las Fuerzas Armadas, si eso se llegase a hacer visible, si eso se llegase a confirmarse".

"Aún queda también por investigar mucho sobre los negociados de la dictadura. Hace poco tiempo, La Diaria empezó a trabajar un poco el tema de los negociados inmobiliarios, muchos de los cuales quebraron y se cayeron junto a la tablita del 82. Pero también hay mucho para hacer por ahí".

"Yo creo que el primer concepto de la lucha por venir es el no aflojar. El volver a movilizar. Esta desmovilización de dos años, se sumó a una desmovilización natural que hubo durante los quince años anteriores, quince años donde por tener un gobierno cuyas simpatías recibía de nuestra parte, también nos movilizó, pero salimos a la defensa en lugar del ataque. Hoy por hoy, luego de dos años de pandemia, hay que volver a organizarse, volver a movilizarse, porque esa es la única forma de poder revindicar y reclamar las coas que necesitamos. Hay mucho por hacer".

María Luz Osimani, en defensa del género y contra la criminalización de la protesta

Luego de enumerar las falencias institucionales, que permiten esa impunidad que tanto se recalca, le tocó el turno a María Luz Osimani, integrante del colectivo de expresas y expresos políticos del Uruguay, Crysol. Osimani, apuntó en su discurso a las violencias de género que han sufrido sistemáticamente las mujeres, tanto en los años de dictadura, contando como siempre y lamentablemente los abusos, que hasta ahora no se han resuelto debidamente ante la justicia. Recordó que existen denuncias de 28 mujeres que fueron violentadas sexualmente por unos 200 militares, y que esas denuncias, que las presentaron en 2011, no están resueltas, por "falta de impulso procesal y dilación excesiva". También destacó que a estas mujeres se las revictimiza, al exigirles que cada vez que declaran lo hagan al detalle, reviviendo constantemente situaciones verdaderamente traumáticas.

Además, llamó a respaldar a la Institución Nacional de Derechos Humanos, que viene siendo perseguida por el oficialismo, particularmente atacando a sus directivos, Mariana Mota y Wilder Tayler.

Otro tema que generó alerta en Osimani, y que transmitió con preocupación, fue la criminalización de las protestas, que han venido sufriendo estudiantes por pintar muros, algo que pertenece históricamente a los movimientos sociales como medio de expresión.

Fernanda Aguirre: La condena a estos criminales es un mensaje a toda la sociedad

Fernanda Aguirre, en representación además del Observatorio Luz Ibarburu, que se dedica a dar seguimiento a las causas de crímenes de lesa humanidad, recordó algunos datos, en cuanto al estado en el que están esas causas. Contó que, en los últimos años, gracias a la Fiscalía Especializada en Delitos de Lesa Humanidad, y a que se pudo asentar judicialmente que dichos delitos no prescriben, han sido condenadas varias personas. En 2020 fueron 13, mientras que, en 2021, 29 personas fueron procesadas. La condena a estos criminales es un mensaje a toda la sociedad, evaluó.

Pero también expresó que los crímenes de lesa humanidad se siguen cometiendo, porque todavía no fueron juzgados, porque no hubo un resarcimiento adecuado del Estado, porque el Estado sigue en silencio.

"La verdad es una verdad irrefutable. El Estado eligió cometer estos crímenes. Y ahora el Estado debe condenarlos; es una tarea pedagógica colectiva".

Y reflexionó sobre las implicancias del Plan Cóndor, que asoló la región imponiendo un secuestro del Estado para hacer lo propio con quienes afectaban los intereses de los dueños de siempre. Lo que hubo fue una "coordinación criminal transnacional" entre los Estados adiestrados, inducidos por el Gobierno norteamericano. Y en ese sentido, puso énfasis en una postura concerniente a su lugar de trabajo y de lucha: "Nos expresamos en contra de que vengan a nuestro país tropas (norteamericanas) a adiestrar fuerzas".

También agregó: "Los procesos de avance del autoritarismo son para instalar la desigualdad, que es un modelo económico de privilegios para los empresarios".

Algunas preguntas se suscitaron al final del encuentro, que generaron reflexiones en torno al silencio de la marcha que cada 20 de mayo reúne a miles de uruguayos en las calles, para pedir justicia por los desaparecidos de la dictadura. ¿Conviene seguir con el silencio? Todos los expositores estuvieron de acuerdo en que sí, en que es importante, que internacionalmente se respeta e impacta, que las consignas separan, pero el silencio une, que hay que hacer otra marcha. Quizás sea una reflexión para masticar interiormente, y compartir con nuestros grupos más cercanos. Quizás es importante preguntarse si estos 27 años de silencio lograron algo más que convocar a la gente puntualmente durante tres horas del año, y quizás, presionar para que algunos poquísimos casos hayan sido juzgados desde la salida de la dictadura.

Quizás, se deban repensar las estrategias, ver a quién se está apuntando, y cuánto es realmente el compromiso de quienes dicen apoyar a los familiares de aquellos que salieron a gritar, o que clandestinamente buscaron crear alianzas para el cambio y entender el funcionamiento de los espacios de autoridad y poder, cosa que no gustó, cosa que generó persecución, cosa que terminó por desaparecerles. Cosa que las familias quizás, los ciudadanos en general quizás, no contemplan como válido, que no toman con fuerza ni siguen esos ideales, esa forma de entender el mundo, esa forma de querer romper el silencio impuesto y salir a cambiar todo, a costa de todo, a costa de la vida.

El ámbito de la charla fue muy fructífero, muy productivo, muy enriquecedor. Esperamos que sirva de punto de partida para el debate y para la construcción de nuevas estrategias, para cambiar las cosas que entendemos que generan pobreza, miedo, dolor, segregación, crimen, violencia, y, sobre todo, tanta impunidad.

------------------

*Foto de portada: Antimafia Dos Mil