Jueves 28 Marzo 2024
Por Jorge Figueredo, desde Asunción-5 de enero de 2022

Luego de una emotiva celebración religiosa para despedir al gran apóstol cristiano y militante de las luchas sociales, Pa´i Francisco De Paula Oliva, - fallecido a los 93 años, el día lunes 3 de enero, a las tres de la tarde-, en la Parroquia Cristo Rey, en el microcentro de Asunción, en horas de la mañana de ayer, sus restos fueron trasladados en caravana hasta el cementerio Santos Mártires, de la Ciudad de Limpio.   

El féretro del cura Oliva, fue acompañado hasta el campo santo de los jesuitas por una gran cantidad de personas, sobre todo provenientes de Bañado Sur (una de las zonas más pobres y marginadas de la capital donde trabajó y vivió el sacerdote), referentes de diversas organizaciones de derechos humanos y sociales, así como religiosos de la congregación de los jesuitas, varios de ellos que habían trabajado con él.   

El entierro del Pa´i Oliva fue triste, pero a la vez alegre, ya que la mayoría de la multitud que acudió a darle el último adiós, reconoció que él había cumplido su misión como sacerdote, ya que amo inmensamente a los más pobres y marginados de nuestro país, y los sirvió como un verdadero apóstol del Cristo. Por lo tanto, su vida no había sido en vano, y era hora que ya descansase.

Paraguay emotiva despedida al sacerdote y militante social Pai Oliva 2

El Padre Francisco Oliva fue un símbolo de la lucha contra la dictadura de Stroessner, fue defensor de los derechos humanos, y sobre todo de los indígenas y campesinos. Fue un símbolo de la lucha social, un cura que enfrentó y denunció la corrupción de los poderosos, la acumulación de tierras y el acopio de todas las riquezas del Paraguay por parte de los latifundistas, agroexportadores, sojeros, los dueños de las grandes cadenas de supermercados, medios de comunicación, tabacaleras. etc. Pa'i Oliva luchó desde el púlpito, a través de las manifestaciones ciudadanas realizadas en la calle, la plaza, centros educativos y medios alternativos de comunicación como la radio.  

En el cementerio Santos Mártires de Limpio, Antimafia Dos Mil entrevistó al sacerdote Oscar Martín, jesuita y amigo del Padre Oliva, español, nacionalizado paraguayo, que desde hace 32 años realiza su labor pastoral en Paraguay.   

Nos relató sobre lo que significó para él la vida de Oliva y su legado. 

"Estuve trabajando en muchos lugares, por Misiones, en parroquias, en San Ignacio, en Santa María, en Santa Rosa, en las parroquias del Bañado Norte como del Bañado Sur, estuve varios años acompañando al Padre Oliva, once años en Fe y Alegría que es una institución educativa bastante grande; estuve dedicado a la formación de jóvenes jesuitas".

-¿Qué puede destacar de la labor, de su experiencia con Pa´i (Padre) Oliva? 

“Yo lo conozco desde hace muchos años a Pa´i Oliva, desde que vino de vuelta al Paraguay en el año 95; coincidimos un tiempo en el Bañado, allí estuve un tiempo como su superior, el encargado un poco de la casa. Siempre lo he visto como una persona absolutamente dedicada a su servicio, impecable en su compromiso, en su cercanía con la gente, sencillez de vida, sin complicarse con nada. Siempre fue un buscador de esa justicia, que es sinónimo de dar vida en abundancia a la gente que, por fruto de la injusticia, de la ambición, del egoísmo, quedan fuera, en ese compartir, y que todos los bienes sean para todos"

-Usted que lo conoció bastante como ser humano, también a nivel espiritual, ¿qué nos puede decir? Muchos lo han llamado santo, otros un gran humanista, y otros un gran luchador social e incluso un justo...

“Él fue una persona con mucho compromiso y su modo de vivir la santidad lo enfocó en la justicia social. Era una persona que oraba, que celebraba la eucaristía. Unía su compromiso político y social con la fe. Él integraba la fe con la justicia. La verdadera fe se expresa en obras de justicia. Integró como una sola cosa la espiritualidad con un compromiso por el ser humano concreto, con las personas con quien estuvo concreta en el Bañado. Vivió plenamente la justicia que emana de Dios, de que todos somos hermanos, de que todos somos dignos".  

-Su vida ha sido muy simbólica, e incluso la forma que murió fue muy significativa. Llama la atención que justo a las 3 de la tarde haya fallecido. ¿Qué significa para usted eso?

"Para mí lo coincidente y lo más importante, sin agrandar, es que murió el día que para nosotros es el día de los jesuitas. El día 3 de enero la iglesia celebra el nombre de Jesús, Compañía de Jesús, es muy bonito. El nombre de Jesús para los judíos, te habla de tu identidad, y tu identidad es lo que tú estás llamado a ser y vivir, es tu impronta, es lo que va a dirigir tu modo de vida y proyección de vida".

-¿Se le puede considerar a Oliva un discípulo, un apóstol, o un santo? 

"No son cosas contrarias, se supone que uno primero es discípulo para llegar luego a ser un apóstol. Sin dudas, Oliva fue un gran apóstol del Cristo, un gran profeta, con mucha capacidad para leer los signos de los tiempos y ver qué cosas hacer, realizar, qué decir, qué no decir. Esta mañana hubo una participación muy linda durante el entierro, de mucha gente, muchos jóvenes, que compartieron su experiencia de vida con Oliva, que reconocen haber sido acompañados y orientados hacia la búsqueda de una sociedad más justa y más humana".

Paraguay emotiva despedida al sacerdote y militante social Pai Oliva

-¿Cuál fue el mayor legado que dejó Oliva al pueblo paraguayo? 

“Que hay que levantarse, alzar la voz, el corazón, para reivindicar, para pedir justicia, rescatar la dignidad humana de los paraguayos. El gran legado tiene que ver mucho con ese compromiso mantenido más allá de las frustraciones y de los muchos fracasos que tuvo. Es decir, que vale la pena luchar hasta el final, sin esperar que las cosas te salgan como tú quisieras que salieran, y no desfallecer".  

-¿Se puede decir que no es tan importante la victoria, como resistir siempre en la lucha?

"Toda nuestra vida es así, ojalá se haya tenido antes fracasos, porque de lo contrario te vas a quedar por el camino. Lo importante para Oliva, fue que él vivió privilegiando la esperanza. Fue un hombre que lo definió la esperanza. Contra toda esperanza, mantener la esperanza. Y eso porque muchas cosas no han cambiado, incluso está peor, sin embargo, se mantuvo en la esperanza y fue capaz de animar la esperanza de otros. Él resistió hasta el final en su lucha, porque a él lo que le mantuvo fue la persona concreta de Jesús, el amor del Señor. No hay camino auténtico sin persecución, sin cruz. Hay muchos modos de vivir la cruz, pero al final siempre triunfan los fieles al Señor. Lo demostró Oliva”

-¿Fue un hombre feliz? 

“Fue un hombre pleno; a pesar de sus sufrimientos, fue feliz. Se murió sereno, y entregado al Señor. Misión cumplida”.

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*Foto de portada: popular.com

*Foto 2: cortesía de Gustavo González / Una secuencia del entierro en el cementerio Santos Mártires de Limpio, Paraguay

*Foto 3: Sacerdotes jesuitas del Paraguay