Colaboración argentina en el golpe de Estado boliviano
 
Relativismos democráticos con tintes de “generosidad” macrista
 
Por Andrés Volpe, desde Argentina-11 de julio de 2021

La relación entre las derechas de Argentina y Bolivia viene de larga data, y tuvo un máximo despliegue durante el llamado “Golpe de los coca-dólares” por parte del general Luis García Meza el 17 de julio de 1980, con la complicidad de los militares Emilio Eduardo Massera y Jorge Rafael Videla.

La experiencia fascista, susurra la historia, siempre se recicla. Casi 41 años después el canciller Boliviano Rogelio Mayta confirma y denuncia con gravedad absoluta, al expresidente Mauricio Macri. Por enésima vez ese apoyo incondicional e histórico, que fue señalado en su momento por los grandes medios como una simple “huída” del entonces presidente Evo Morales, se hizo efectivo según el gobierno boliviano.

“Macri aportó equipamiento con material letal que se utilizó para reprimir la protesta social y consolidar el golpe de estado en un intercambio que incluyó una carta de agradecimiento enviada por el entonces comandante general de la Fuerza Aérea boliviana, Jorge Gonzalo Terceros Lara”, señaló el canciller en conferencia de prensa este jueves y además comparó la actitud de Macri con la que se llevó a cabo en la Operación Cóndor.

En la misiva agradece "la colaboración prestada" en la "situación conflictiva que vive Bolivia" y detalla que recibieron "material bélico de agentes químicos" por parte de Argentina: "40.000 cartuchos AT 12/70, 18 gases lacrimógeno en spray MK-9, 5 gases lacrimógeno en spray MK-4, 50 granadas de gas CN. 10 granadas de gas CS, 52 granadas de gas HC", dice Terceros Lara, que recibió de la Argentina.

La carta está fechada el 13 de noviembre de 2019, tres días después de que Evo Morales abandonara el país y un día después de que la vicepresidenta de la Cámara de Senadores de Bolivia, Jeanine Áñez, asumiera como presidenta interina. No se aclara, sin embargo, cuándo hizo Argentina el envío de ese material.

El 10 de noviembre de 2019 se produjo el golpe contra Evo Morales y ya al día siguiente había manifestaciones en los barrios del extremo sur de La Paz. La policía y las bandas parapoliciales no daban abasto para reprimir a los simpatizantes del presidente Morales. El 12 a la noche salió el vuelo del aeropuerto argentino de El Palomar con un cargamento de armas antidisturbios y llegó el 13 a Bolivia. El 15 fueron masacradas 12 personas en Sacaba, Cochabamba, y 125 resultaron heridas cuando la policía reprimió a una impresionante marcha de campesinos. Días más tarde hubo otra masacre en Senkata, El Alto, con 10 personas muertas y decenas de heridos. El actual gobierno legítimo de Bolivia denunció que el Hércules que salió de Argentina llevó armamento antidisturbios que fue usado en esas matanzas.

El gobierno de facto de Jeanine Áñez dijo que los manifestantes se habían matado entre ellos porque iban armados. En esas manifestaciones populares en defensa de la democracia no hubo una sola víctima entre las fuerzas represivas. Todos los muertos y heridos fueron manifestantes que defendían al gobierno del presidente Evo Morales.

Áñez y su ministro de Interior, Arturo Murillo, serán juzgados por sedición junto con otros de los golpistas, así como por los crímenes de lesa humanidad cometidos por las fuerzas represivas en Sacaba y Senkata contra manifestantes desarmados. Si el armamento que usaron fue enviado por el gobierno argentino, el expresidente Mauricio Macri debería responder ante los tribunales bolivianos por esos delitos.

En ese escenario, el gobierno de facto de Jeanine Áñez estaba pidiendo asistencia a sus gobiernos amigos. La intensidad de las movilizaciones estaba consumiendo el arsenal de armamento represivo. El entonces presidente de Ecuador, el neoliberal Lenin Moreno envió otro cargamento con proyectiles y gases. Resultaría una coincidencia extraordinaria que los gobiernos de Argentina y Ecuador hayan hecho estos envíos en la misma época y al mismo lugar, en respaldo a los golpistas bolivianos.

Las reacciones del lado argentino ante la denuncia del gobierno boliviano no se hicieron esperar. El ministro de Defensa, Agustín Rossi, declaró que "si no hay un documento en la Argentina en el que se registre la salida de ese material bélico que dice haber recibido la fuerza aérea boliviana, es tráfico ilegal de material bélico que usan habitualmente las fuerzas de seguridad”.

"Lo que constatamos es que hay un vuelo de un Hércules C-130 en el que se transportaba personal de Gendarmería. Lo que uno conjetura es qué puede haber en ese vuelo material bélico"; en ese caso, "sería tráfico ilegal de armas" porque "no hay un documento en la Argentina en el que se registre la salida de ese material bélico que dice haber recibido la Fuerza Aérea boliviana en una nota enviada a la embajada argentina en Bolivia”, expresó el ministro en declaraciones realizadas en radio FM Futurock.

En referencia a este grave asunto, Rossi explicó que “la salida de material bélico del país no es un trámite sencillo porque se reforzaron mucho los controles luego de que en la década del noventa se vendieron armas a Croacia y a Ecuador”.

"Por eso, ahora se necesitan permisos del Ministerio de Defensa, de Cancillería y hasta el momento no tenemos esos registros", dijo el ministro.

Según afirmó Rossi, el avión "tenía el objetivo de transportar gendarmes y cargamento que iban a fortalecer la custodia de la Embajada argentina en Bolivia, pero que además llevaba un cargamento no identificado que todavía no está la información de que era, pero sabían que estaban haciendo algo totalmente ilegal porque si no lo hubiesen detallado".

Sobre los pasos a seguir en esta causa, Rossi adelantó que la "defensa va a coordinar con la ministra de Seguridad -Sabina Frederic- para generar una denuncia, ya que el Hércules hizo aduana y, por ende, todo se puede confirmar".

"Está claro que hubo una serie de países y una organización como la OEA que apoyaron abiertamente la ruptura del orden institucional y constitucional en Bolivia y apoyaron el golpe de Estado, lo que es harto evidente", remarcó Rossi.

El sábado, el Ministerio de Seguridad que conduce Frederic reveló en su indagación que "hay información dentro de la Gendarmería, que pudimos identificar en estas últimas 48 horas, que estaría confirmando el envío de estas municiones" y aclaró que pese a que en un primer momento se habló de "40.000 municiones, figuran 70.000, o sea, casi el doble" indicado en una de las notas encontradas.

Frederic remarcó que "muchas dependencias del Estado tuvieron que intervenir en forma regular o irregular para el envío de ese material. Es muy difícil pensar que estas acciones no las supiera el expresidente Macri", expresó.

Por otra parte, Frederic resaltó que hay notas, donde "se solicita la salida transitoria de pistolas, fusiles, chalecos antibalas, visores nocturnos, y 1300 cartuchos antitumulto".

Por su lado el canciller Felipe Solá apuntó sobre la responsabilidad de su antecesor en el cargo, Jorge Faurie, en el envío del material bélico que realizó el gobierno de Juntos por el Cambio a Bolivia, para colaborar con la represión desatada tras el golpe de Estado que derrocó al gobierno electo de Evo Morales.

"¿El canciller no sabía nada? Imposible", señaló Solá en un mensaje a través del cual sugirió no soslayar la participación de Faurie en las tareas de colaboracionismo de la administración de Mauricio Macri a favor del gobierno inconstitucional de Jeanine Áñez.

En la red social, el titular del Palacio San Martín adjuntó la carta de agradecimiento enviada por el comandante de la Fuerza Aérea Boliviana en aquel momento, Jorge González Terceros Lara, dirigida al entonces embajador argentino en La Paz, Normando Álvarez García, que actualmente se desempeña como ministro de Trabajo del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales.

Esa correspondencia "fue hallada por el gobierno de Bolivia y encontrada también en los archivos de la Embajada argentina" en La Paz, pero "no aparece en la Cancillería", reveló Solá, y resaltó: "¿Le agradecen al embajador (por Álvarez García) y el canciller (Faurie) no sabía nada? Imposible".

Es decir que se trató de "una acción vergonzosa" pero "además ocultada", remarcó para responsabilizar al excanciller de la gestión macrista por el envío de cartuchos de Itakas 12/70, gases lacrimógenos y granadas de gas a Bolivia, un mes antes de que finalizara el gobierno de Juntos por el Cambio.

En el ámbito de la Justicia, también se habla de la contundencia de los hechos, el juez Raúl Eugenio Zaffaroni opinó en radio Del Plata hace escasas horas:

“Lo objetivo es que balas argentinas han matado a 37 personas en Bolivia, esa es la realidad. Con el famoso decreto de la señora Añez, garantizando la impunidad de sus policías asesinas. Ese decreto lo habíamos conocido, sabíamos que existía. Llama la atención la ingenuidad del General boliviano, le agradece en una carta detallando lo que le había mandado. Es como si fuese un recibo que manda. Esa ingenuidad ha documentado esto y ha permitido que ahora se investigue aquí en qué condiciones salieron esas armas, que fue lo que pasó. Lo que pase con Macri y su equipo, evidentemente es delito. Hay una complicidad en un golpe de Estado. No sé si ameritaría una denuncia ante la Corte Penal Internacional. En algún momento, Bolivia debería solicitar la extradición o solicitar que lo juzguemos nosotros acá. Esto no ha sido una venta, ha sido un regalo, una donación. Naturalmente no pueden salir armas así, porque no se están regalando alimentos. Queda claro que ha habido una complicidad en un delito de rebelión, en un país, en un golpe de Estado”.

Mauricio Macri tuvo su primera intervención pública desde que estalló el escándalo por la presunta participación del gobierno de Juntos por el Cambio en el golpe de Estado contra Evo Morales en 2019. Y no fue exactamente para desligarse de la denuncia del presidente Luis Arce, sino para celebrar, de manera sintética y por demás curiosa, el Día de la Independencia.

El expresidente publicó en su cuenta de Twitter una imagen de la bandera argentina bajo la frase "Seamos libres". Lo hizo desde España, donde se encuentra.

En un intento por negar su participación en ese hecho, Faurie trató de despegar al ministerio que él encabezó: "La Cancillería no tuvo ningún tipo de intervención de envío de material", dijo en diálogo con el canal IP Noticias.

“El embajador (refiriéndose a Álvarez García) recibió instrucciones de recibir a funcionarios del gobierno de Morales. No hay ninguna índole de la Embajada como para poder enviar ese material”, insistió a pesar de que la documentación oficial está destinada a la diplomacia argentina que él encabezó por esos días.

Mientras la mayoría de Juntos por el Cambio hizo silencio sobre la denuncia de envío de material bélico a Bolivia durante el golpe de Estado, algunos exfuncionarios de Mauricio Macri se defendieron y dijeron desconocer ese envío de municiones. La exministra de Seguridad Patricia Bullrich aseguró que solo proveyeron "colaboración humanitaria" y que nunca vio que se enviara armamento. Lo mismo dijo el excanciller Jorge Faurie, quien no obstante admitió que podía haber ocurrido "sin conocimiento de la Cancillería". El exministro de Defensa Oscar Aguad negó todo y afirmó que la denuncia era una "canallada". Ni los radicales, ni Elisa Carrió, ni el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, ni la exgobernadora María Eugenia Vidal dijeron esta boca es mía. Y el expresidente Macri eludió el tema y solo compartió un mensaje por el Día de la Independencia.

Sobre las posibles consecuencias legales, se cree que en Bolivia se podría investigar la responsabilidad de autoridades argentinas en el delito de sedición, además de las nefastas violaciones a los derechos humanos. Con este hecho gravísimo a la violación de la soberanía de un país hermano, en las buenas y en las malas, se cierra un ciclo nefasto en la historia de Argentina. Esperemos que sea el último ciclo de un gobierno marcado por la desidia hacia las clases sociales más bajas. Seguro será una gentileza que van a agradecer los familiares, de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y los centenares de seres humanos, que sufren violencias a diario.

Para ellos la relación entre verdad y libertad es esencial, pero hoy se encuentran frente al gran desafío de romper contra un sistema relativista que parece, en apariencia, completar el concepto de libertad, pero en realidad pone en riesgo de destruirla, proponiéndose como una verdadera dictadura.

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*Foto de portada: larepublica.pe