Viernes 29 Marzo 2024
Hallazgo de restos óseos que pertenecen a 215 niños indígenas
 
Fue en una escuela de Columbia Británica; eliminación cultural de la población originaria
 
Por Antimafia Dos Mil-1 de junio de 2021

Abrir una fosa común fue como abrir la caja de Pandora para el equipo de investigadores que se hallaba en la Kamloops Indiana Residential School, una antigua escuela de Columbia Británica, ubicada al oeste de Canadá. El horror salió a la luz: los restos de 215 niños indígenas fueron la demostración de que esa residencia, al contrario de lo que decía ser, no estaba precisamente destinada a "integrar" a los pueblos originarios.

Las agencias internacionales y los medios de comunicación locales divulgaron la noticia, y el horror se expandio en todos los rincones de la región y del mundo, despertando estupor e indignación.

Se trata de una institución de la Iglesia Católica, que respondía al gobierno canadiense de fines del siglo XXI, y que formaba parte de una lista de 139 escuelas hechas con el mismo fin. Pero lejos de ser un lugar de integración cultural y social, separó por la fuerza a 150 mil niños de sus familias, alejándolos de su lengua y su cultura. Los abusos de todo tipo, incluyendo abusos sexuales, maltratos físicos y mala alimentación, fueron moneda corriente en estos colegios, donde se estima que murieron hasta cuatro mil niños, en su mayoría de tuberculosis.

Pero la muerte de estos niños no estaba registrada, ni ellos documentados. Y este legado, estas aberraciones cometidas contra estos pequeños, en definitiva fue un ataque a la propia existencia de los pueblos originarios, que terminaron sufriendo altas tasas de suicidio, alcoholismo, violencia doméstica y pobreza, como legado de este sistema de escuelas.

La comunidad originaria Tk'emlups te Secwepemc fue la encargada de anunciar el hallazgo a través de un comunicado de prensa. Rosanne Casimir, jefa de la comunidad, dijo que tenían "conocimiento en nuestra comunidad que pudimos verificar", y añadió: "En este momento, tenemos más preguntas que respuestas. Algunos tenían apenas tres años", lamentó.

Actualmente se encuentran investigando las causas y fechas de muerte de los 215 niños, en conjunto con la oficina forense estatal y expertos en museos. Se esperan resultados preliminares para junio, según informó Casimir, quien además señaló que su comunidad se está contactando con las familias de esos niños.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se expresó en sus redes sociales: "Me rompe el corazón (...). Es un triste recuerdo de este oscuro y lamentable capítulo de nuestra historia. Mis pensamientos están con todos los afectados por esta desgarradora noticia".

Las disculpas formales llegaron en 2008 desde Ottawa a los sobrevivientes de estás residencias como parte de un acuerdo de 1.900 millones de dólares canadienses (unos 1.300 millones de euros).

Ese año se creó la Comisión para la Verdad y Reconciliación de Canadá, para investigar el sistema de residencias escolares, que en un informe presentado en 2015 concluyó que estas instituciones fueron utilizadas para cometer un "genocidio cultural" contra los pueblos originarios de Canadá.

El informe detalló que "durante más de un siglo, los objetivos centrales de la política de Canadá hacia los aborígenes fueron eliminar los Gobiernos aborígenes; ignorar los derechos aborígenes; terminar los tratados y, a través de un proceso de asimilación, causar que los pueblos aborígenes cesacen de existir en Canadá como entidades diferenciadas legal, social, religiosa y racialmente (...). El establecimiento de las escuelas residenciales fue un elemento central de esta política, que puede ser descrita mejor como 'genocidio cultural'".

En el marco de las repercusiones a raíz del macabro y estremecedor hallazgo, en Canadá, en señal de luto, las banderas estaban a media asta, en la jornada del 30 de mayo. En palabras del mismísimo primer ministro Justin Trudeau -a través de Twitter- la medida fue “para honrar a los 215 niños que perdieron la vida en el antiguo internado de Kamloops y a los niños indígenas que nunca volvieron a casa, a los supervivientes y a sus familias, he pedido que las banderas de la Torre de La Paz (en Ottawa) y de los edificios federales ondeen a media asta”.

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*Foto de portada: www.republica.com.uy / Andrew Senucins