Dilatorias de la defensa postergan para el día 20, juicio al sacerdote Gutiérrez, en Catamarca
 
Por Jean Georges Almendras-17 de abril de 2021

Se escuchó por ahí, hablar (profetizar, prácticamente) que el juicio al cura de Catamarca, Juan de Dios Gutiérrez, no se iba a iniciar el día previsto, o sea el 14 de abril de este 2021, y que otra vez el acusado se iba a reir en la cara de quienes lo estaban señalando como responsable de un delito repulsivo, por donde se lo mire. Y ocurrió así, lamentablemente. El abogado defensor del sacerdote, en esa jornada, movió los piolines de tal forma que una vez más logró su objetivo: suspender la instancia judicial en la que se esperaba, que, por primera vez, se comenzara a desarrollar el debate contra el religioso imputado por “abuso sexual agravado” de una jovencita -Agustina Moreno- que en 2015 tenía 16 años. En definitiva, la maniobra dilatoria del abogado Gustavo Martínez Azar hizo posponer la audiencia, para el próximo martes 20 de abril. Ergo, a la fecha, la acusación de abuso sexual quedó religiosamente en puntos suspensivos.

Nosotros a distancia, vivimos el imprevisto con la frialdad mediática del caso, pero para la familia de la joven víctima y para ella misma, este imprevisto fue literalmente una suerte de ataque. Los diarios locales lo confirman, tras recabar el sentir de Alejandra Carrizo, la mamá de Agustina, que fue en extremo claro: “Fue una situación desesperante estar ahí dentro esperando. Fue este abogado que ha hecho circo desde la mañana para que no se haga el juicio. Mintió que se iba a conectar y no lo hizo. Nosotras estamos cumpliendo todo lo que nos decía la justicia, respetando todo lo que nos decían y ahora volver de nuevo. El martes íbamos a tener la sentencia y por esto que pasó recién va a comenzar el juicio. Me quedé sin voz desde esta mañana por los nervios, más cuando la vi a la Agus (que) se desvanecía. Ya está bien contenida, está descansando ahora. Yo recién tragando todo lo que tuvimos que soportar esta mañana. Solo nos resta esperar hasta el martes. Es muy difícil este ataque, porque es otro ataque más hacia nosotras. La falta de respeto, de consideración. Saber que la justicia no mide los tiempos de la víctima. Acá estamos poniéndole toda la fuerza necesaria para el martes que nos aseguraron que sí o sí se va a realizar”.

Acusación de abuso sexual

Según se informó, los integrantes de la Cámara Penal de Tercera Nominación, la jueza Patricia Olmi y los jueces Rolando Palacios y Marcelo Soria, entendieron que con su postura el letrado incumplió con el proceso legal y además de pedir que sea sancionado por el Colegio de Abogados de Catamarca, lo apartaron de la causa y al imputado le designaron un defensor de oficio.

Seis años atrás la familia de Agustina debio pasar el trago amargo de conocer los hechos, y con amor, mucha paciencia, mucha cordura y serenidad, siguió mirando hacia adelante, con la esperanza de que algún día se haría justicia. De ahí en más, se trabajó con ese objetivo, y se fueron allanando caminos, pero los caminos estuvieron tachonados de obstáculos. Y el pasado 14 de abril, en las instalaciones de la sede de la Cámara Penal de la provincia de Catamarca, el destino le hizo a la familia de la joven, una nueva trapisonda; una nueva mueca con una sobrecarga burlona, difícil de describir para nosotros, pero de hecho terrible para la joven, sus hermanas, su madre y demás seres queridos, allegados.

¿Y cómo es que Martínez Azar pateó el tablero para desarticular la instancia judicial prevista? ¿Qué herramientas utilizó? Obviamente, la astucia al servicio de la impunidad, porque opto por poner distancia a su defendido, de la posibilidad de encontrar la verdad, convencido en que lo mejor es silenciar, poner trabas, poner palos en la rueda. Entonces, todo comenzó cuando llegó tardíamente a la sede de la Cámara, y con el barbijo mal puesto, presentó un escrito en el que se argumentaba que en el edificio hubo casos de Covid 19 y que él como persona de riesgo no estaba dispuesto a ingresar. De inmediato el secretario le explicó, que (el edificio) se había desinfectado y que no corría ningún peligro, pero Martínez se mantuvo en su negativa. En ese contexto, el secretario de la Cámara le indicó que podía conectarse desde su estudio particular o incluso desde el Colegio de Abogados, pero las horas pasaron y el defensor nunca materializó esa comunicación. Fue el momento exacto en que comenzaron a esfumarse, a la vista de todos, las esperanzas de un debate.

Dos horas y media después de haberse ido del edificio de la Cámara Penal, integrantes del Tribunal entran al edificio para comunicar sobre las maniobras dilatorias adoptadas por abogado del acusado y la determinación de pedirle el abandono de la defensa. Según la abogada querellante, la doctora Silvia Barrientos “el Tribunal mandó una nota al Colegio de Abogados para que lo sancione, disponiendo que el acusado, tenga defensor de su confianza o del Estado y que el juicio continuase el martes. Eso nos aseguraron los jueces”.

En un contexto regional y mundial donde los casos de pedofilia en el que religiosos de la Iglesia Católica han sido y son noticia, recurrente, por si fuera poco, el caso de Catamarca, encierra en sí mismo una controversia sin precedentes. Y además de ser un caso único en la provincia, todo lo que conlleva, desde el momento mismo en que cobró estado público, nos pone a todos frente a una excesiva situación de confrontación mediática en virtud de que las posiciones contrarias están visiblemente definidas, a la luz pública (además, con una población dividida). Por un lado, es notoria la influencia de las autoridades eclesiásticas por pretender que el sacerdote acusado sea de una buena vez exculpado de toda suerte de imputaciones, abrazándose de llano al convencimiento de su inocencia. Por el otro lado, en filas de la acusación, tanto la mamá de Agustina Moreno, ella misma y sus dos hermanas, lejos de recibir masivamente el apoyo de la comunidad, parecería ocurrir todo lo contrario, porque la hostilidad de quienes toman parte por las expresiones de inocencia del sacerdote, hacia las acusadoras, ha sido en ocasiones expresa y absolutamente descarada.

Tanto es así, que tanto Alejandra Carrizo como sus tres hijas, debieron irse de la ciudad del departamento Belén donde tenían su casa y trabajo, huyendo literalmente de un hostigamiento visiblemente propiciado desde filas eclesiásticas (más específicamente desde el obispado) para defender al sacerdote Gutiérrez.

El mismo día martes 14 de abril, consignábamos desde nuestra página la noticia de que este caso finalmente se iba a debatir judicialmente para arribar a una verdad, dentro de un Estado de derecho. Hoy, desde este mismo sitio nos vemos obligados a dar la noticia en contrario: es decir, que el juicio se postergò y que habrìa hecho su paso triunfal la impunidad, o si se quiere el exacerbado afán por pulverizar todo ápice de intenciones por hacer justicia, dada la gravedad de la acusación.

Pero lo que más grave nos resulta, al menos desde nuestro ángulo, es que desde filas de la Iglesia (del Obispado), si acaso por burda hipocresía, no dejan que se abran las puertas de la investigación y del debate oral judicial, para dar oportunidad a la acusación de plantear los hechos, para de esa forma arribar a las verdades necesarias, tomando en cuenta que el caso presenta aristas sumamente sensibles y graves.

¿Acaso dejar que los hechos se ventilen en un Tribunal, y a la vista pública, puede perjudicar a la Iglesia Católica, especialmente si se llega a la conclusión de que el sacerdote es culpable? Si, obviamente. Pero también otra respuesta tiene esta interrogante: ya ahora mismo la Iglesia Católica está seriamente comprometida, solo por el hecho de obstaculizar los caminos para llegar a la verdad; solo por el hecho de allanar senderos para el silencio (para la omertá), ya está evidenciando indiferencias, insensibilidades, y hasta complicidades. Y más grave aún: encubrimientos. Porque, hablando claro, desde la Iglesia misma, una vez radicada la denuncia ante la Justicia, deberían haber partido los carruajes hacia el Tribunal, hace seis años, y no en contrario: blindar al sacerdote y dejarlo en una suerte de cuarentena judicial, para que el brazo de la Ley no lo alcance, y mucho menos que lo investigue. Craso error, por cierto.

¿Dentro de qué parámetros éticos se maneja el Obispado para optar, por mover cielo y tierra, para que todo quede en el olvido y que la joven Agustina Moreno quede circunscripta a la desesperanza y a la soledad, como si toda la acusación fuese una farsa, una alucinación o una conspiración sin asidero?

Hay una sola manera de echar aguas claras sobre los hechos turbios. Investigarlos, ponerlos al ojo de Fiscales y Jueces y dejar que los involucrados den su testimonio. Acusando o defendiendo. Pero en concreto poniendo sobre la mesa las evidencias -si hay- que son en definitiva las duenas y senoras de la verdad; y si no hay, permitiendo que las mentiras se derrumben y que los inocentes que se declaran como tales, queden como inocentes. Pero también, que los culpables salgan a la luz, y queden como culpables, con las debidas consecuencias.

¡Caramba! Que el próximo martes 20 de abril, la defensa del acusado, que no salga con un domingo siete y que de una buena vez se pongan las cartas sobre la mesa, para llegar a la verdad.

Será una oportunidad, para la Iglesia Católica, para tomar el toro por las astas, para así (si el sacerdote es culpable) sanear sus filas y sacar una manzana podrida de su rebaño (aunque ya por lo que se ve, hoy por hoy, las intenciones del clero -me parecería- apuntan en una dirección muy contraria).

Y será una oportunidad, para que (en caso de corroborarse judicialmente y fehacientemente la culpabilidad de Juan de Dios Gutiérrez) una víctima de abuso por parte de un religioso, no solo crea en la justicia, sino que además, vea con sus propios ojos, que, la veracidad de su testimonio y una consecuente penalidad al causante, sean pilares para que la sociedad de Catamarca no solo tome conciencia de lo acontecido sino para que le regrese a esa familia, confianza, solidaridad, credibilidad, dignidad y respeto.

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*ARTÍCULO RELACIONADO: Controvertido juicio en Catamarca, sacerdote es acusado de abuso sexual
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*Foto de portada: www.elancasti.com