Viernes 19 Abril 2024
Por Victoria Camboni-3 de abril de 2021

El rol de la mujer en tiempos de dictadura en América Latina fue fundamental para enfrentar la situación gravísima que atravesaba el continente entero, con golpes de Estado que impartían el terror entre quienes no formaban parte de las filas militares o que contaban con un alto poder adquisitivo. La socióloga, historiadora y referente feminista Dora Barrancos, hizo un repaso de algunas agrupaciones de mujeres argentinas que fueron clave para enfrentar al terrorismo de Estado y sus consecuencias. El texto forma parte del libro “No nos han vencido”, de Luis Zarranz.

Barrancos, en su escrito, menciona que los movimientos feministas tuvieron su aparición militante a partir de 1978, pocos años después de comenzada la dictadura en Argentina. Por esa misma época, comenzaron a fortalecerse varias agrupaciones de lesbianas y homosexuales que bregaban por la libertad sexual, el respeto a la diversidad y la visibilización del problema del patriarcado en los orígenes del sistema social capitalista. Además, representaron una parte importantísima dentro de las resistencias a la imposición militar y autoritaria de los golpes de Estado.

En Argentina, movimientos como el Frente de Liberación Homosexual (FLH), la Unión Feminista Argentina (UFA) y el Movimiento de Liberación Femenina (MLF) unieron fuerzas para resistir. En Chile, el movimiento feminista tuvo un renacimiento y un fortalecimiento muy importantes en la época de la dictadura pinochetista, lo mismo que en Brasil, donde el Movimiento Feminino pela Anistia hizo frente a los estragos militares que se vivían en el país; en Perú, las resistencias feministas trabajaron en torno a la Universidad Católica de Lima.

Pero uno de los ejemplos más fuertes y emblemáticos de colectivos de mujeres es el de Abuelas de Plaza de Mayo, asegura Barrancos. Estas mujeres hicieron frente a lo impensable: enfrentar al terrorismo de Estado. Enfrentarlo cara a cara: “Somos Madres, impolutas. Nadie puede decir nada, no estamos contaminadas con la política”, afirmaron en su génesis. Lo que las movilizó para armar su agrupación fue únicamente esa característica, ser Madres y Abuelas; ser las protectoras que no bajarían sus brazos hasta reencontrarse con el ser querido, o hasta la propia muerte. Madres que enfrentaron todo, con una potencia digna de ejemplo para tantas mujeres que sufrieron la pérdida de sus seres queridos y que no estaban ni están dispuestas a dejar de luchar.

Mujeres que vencieron la potencia del patriarcado. Mujeres que traspasaron las barreras impuestas por su época, que las ubicaba en el hogar para cuidar de los suyos y para ser amas de casa eternas. Mujeres que salieron a las calles y las tomaron, porque ya no podían estar por fuera de la vida pública.

Porque la fuerza y el martirio de sus hijos las requerían. Porque enfrentaron a sus maridos y a la moral impuesta por la sociedad, y vencieron. Vencieron, literalmente.

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*Foto de portada: www.enestosdias.com