Sábado 17 Mayo 2025
En Plaza de Mayo, medio millón de personas conmemoran los crímenes de la Junta Militar.
Cánticos e insultos al fascismo y a las políticas ultraliberales del gobierno

Por Karim El Sadi (corresponsal en Argentina)

Buenos Aires. Es 24 de marzo. Toda Argentina recuerda aquel dramático día del golpe de Estado en el que las Fuerzas Armadas lideradas por Jorge Rafael Videla tomaron el poder en el país, instaurando una de las dictaduras más abominables de la historia. Aquí la definen como una "dictadura cívico-militar-eclesiástica", como para subrayar que quienes contribuyeron, con una complicidad latente y un pacto de silencio al abismo de toda la nación, no fueron sólo "los milicos" sino todo un segmento de la sociedad, incluida la Iglesia. Una fractura que nunca ha sanado del todo y cuyas siniestras repercusiones todavía se pueden sentir, especialmente hoy. El 24 de marzo es una fecha muy importante en Argentina, especialmente en Buenos Aires. Es el Día del Recuerdo. Como cada año, cientos de miles de personas se congregaron en "la Capital" para marchar juntas hacia Plaza de Mayo y exigir verdad y justicia al grito de "¡Nunca más!". Ciudadanos comunes, estudiantes, trabajadores, jubilados (quienes en esta fase histórica de políticas de austeridad del gobierno de Milei están jugando un rol decisivo) y también colectivos, artistas, sindicatos y comunidades indígenas. Y luego ellos, los sobrevivientes de los centros clandestinos de exterminio y las madres y abuelas de Plaza de Mayo. Mujeres indomables, pilares de la democracia, que desde hace 49 años gritan, desde la misma Plaza de Mayo, desafiando al poder frente a la Casa Rosada, para saber qué pasó con sus hijos y nietos engullidos por el régimen. Son los desaparecidos y el "son treinta mil" que se empeñan en precisar, sobre todo desde la llegada al poder de Javier Milei que lidera una campaña engañosa y negacionista sobre los crímenes cometidos durante la dictadura e incluso sobre el número de numerosos jóvenes desaparecidos, muchos de ellos mujeres embarazadas cuyos hijos fueron secuestrados y confiados a familias de militares o cercanas a la junta militar. Un drama único en el mundo. El 24 de marzo, un río de gente invadió las principales arterias de Buenos Aires, coloreándola con bailes, coros y música. "Memoria y castigo" son las dos pancartas que portaban los manifestantes que marcharon por la capital rumbo a la Plaza de Mayo. "Memoria" por los 30 mil desaparecidos durante el terrorismo de Estado, por las torturas y las ejecuciones.karimbsas2

"Castigo" para los represores ("genocidas", los llaman) de la dictadura todavía en libertad (algunos están prófugos en el extranjero, como en Italia, otros están en su patria y se sientan en la cima de instituciones o poseen empresas privadas) pertenecientes al ejército, como a la marina, la aviación, la policía política (Triple A) y los servicios secretos (SIDE). Distintas fuerzas armadas que actuaron en connivencia durante al menos ocho años (1976-1983) en el marco terrorista-subversivo internacional del "Plan Cóndor", plan de la CIA estadounidense con el que a partir de 1954 (el primer país fue el Paraguay de Alfredo Stroessner) se instauraron feroces dictaduras con el objetivo de frenar el viento reformista de izquierda que soplaba en toda Sudamérica. Por eso el 24 de marzo es un día de lucha y participación popular. Cánticos, coreografías, el ritmo constante de los bombos, pancartas, banderas de todo tipo y parrillas a los lados de las aceras son el telón de fondo que caracteriza esta jornada desde hace décadas. El alma profunda de la Argentina fluye desde estas calles de la capital para fluir, como afluentes al mar, hacia la Plaza de Mayo, donde las madres y abuelas de los desaparecidos esperan las largas filas. Ellas que arriesgaron su vida para señalar a los militares golpistas, se reunían en la plaza todos los jueves durante 49 años en las "rondas" con las que pedían la restitución de sus seres queridos y la apertura de los archivos. Esta alma popular exige con fuerza verdad y justicia por los crímenes cometidos durante la dictadura y por aquellos cometidos también "en democracia" (es decir en gobiernos postdictadura) como los casos de Julio López (sobreviviente de los centros clandestinos) o Santiago Maldonado. El primero desapareció en el 2006 durante el gobierno de Néstor Kirchner, el segundo más recientemente, en 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri y fue encontrado sin vida después de casi tres meses. "No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos" dicen las organizadoras desde el escenario, todas mujeres, recordando a los 30 mil. Detrás de ellas, sentadas en sillas de ruedas, en fila, están las madres y las abuelas de Plaza de Mayo, queridas por la gente de la plaza, quienes a pesar de su avanzada edad (algunas superan los 90 años) no dejan hoy de luchar, desafiando al poder como lo hicieron entonces.karimbsas3

"Seguimos pidiendo juicio y castigo para todos los responsables y sus cómplices civiles", dice Elia Espen (93 años), una de las últimas integrantes de la Línea Fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, cuyo hijo Hugo desapareció el 18 de febrero de 1977. "Ya basta de arresto domiciliario para los genocidas. Que se abran los archivos estatales de 1974 a 1983 para avanzar en las investigaciones sobre los responsables de estos crímenes. Seguimos exigiendo que nos digan dónde están", dice con voz temblorosa por la edad mientras debajo de ella los manifestantes pasaban sobre sus cabezas la larguísima pancarta con los rostros de los 30 mil. "Ya basta de negacionismo y apología del genocidio perpetrado por el gobierno nacional y la vicepresidenta Villaruel", dice Taty Almeida, cuyo hijo fue secuestrado por la Triple A en 1975, arremetiendo contra la vicepresidenta del país, Victoria Villaruel, hija de un militar de la dictadura condenado a cadena perpetua y considerado cercano a los miembros de la Junta. Almeida denunció entonces el vaciamiento y desmantelamiento de los antiguos centros clandestinos de tortura y exterminio (existían unos 800 durante la dictadura), recuperados con dificultad con el regreso de la democracia, muchos de los cuales fueron confiados a familiares de los desaparecidos o a asociaciones de derechos humanos que los han transformado en centros de memoria. El gobierno de Milei, de hecho, entre las diversas políticas de austeridad, ha recortado también la financiación estatal a estos centros que ahora corren el riesgo de cerrar. El objetivo es, precisamente, borrar la historia, por eso el testimonio de las Madres es invaluable. Junto a Taty Almeida habló Estela de Carlotto, a quien los "grupos de tareas" le arrebataron en noviembre de 1977 a su hija embarazada, Laura, y a su nieto nacido "en cautiverio". Recordó los últimos éxitos de las madres al encontrar la identidad de dos nuevos "nietos", el 138 y el 139, que nunca habían sospechado su origen. "Necesitamos la ayuda de toda la sociedad para encontrarlos, nunca es tarde", exclama, invitando a cualquiera que tenga información a acercarse a las madres para ayudarlas a identificar a los demás "nietos" (en total el régimen se apoderó de unos 500). El 24 de marzo no fue -y no es- sólo un día de recuerdo. Desde las calles, la plaza y el escenario, son frecuentes los silbidos e insultos contra el Ejecutivo, empezando por el presidente, su vicepresidenta y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, considerada cercana a los represores presos. "Milei, vos sos la dictadura", es uno de los cánticos recurrentes de los manifestantes.karimbsas4

Pero no es sólo el sentimiento nostálgico por el régimen -al que se suman los episodios de represión- lo que indigna a las Madres y al medio millón de personas que llegaron desde toda la Argentina para este día. A esto se suma el desmantelamiento de la asistencia social en un país ya de rodillas debido a la inflación, con un 52,9% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza. El gobierno ultraliberal encabezado por el partido La Libertad Avanza (LLA) de hecho cerró trece ministerios, redujo los fondos para salud y educación, lanzó una campaña de privatizaciones, envió a casa a unos 30 mil empleados estatales y recortó drásticamente las pensiones. Últimamente, un número cada vez mayor de jubilados comenzó a protestar pacíficamente frente al Congreso -junto a trabajadores, sindicatos y asociaciones del tercer sector- y el miércoles 12 de marzo fueron duramente reprimidos por la Gendarmería y la Policía. Pablo Grillo, un joven fotoperiodista, resultó gravemente herido en la represión, alcanzado en la cabeza por una bomba lacrimógena disparada por la policía a la altura del pecho. Su padre también estuvo presente en el escenario el 24 de Marzo, junto a las Madres de Plaza de Mayo, y la multitud le brindó todo su calor al hijo, recién despertado del coma. Hay mucho miedo en Argentina, el peligro de un regreso al abismo nunca estuvo tan cerca. Lo sabe la gente, lo saben los sobrevivientes y las Madres que cada año son menos (el año pasado despedimos a Nora Cortiñas, cofundadora de Las Madres de Plaza de Mayo). Por eso la última marcha fue tan emotiva. Ese "Nunca más" gritado desde las calles, hoy, con el actual gobierno en el poder, adquiere un significado aún más concreto. "A Milei y Villaruel les decimos: 'El pueblo unido nunca será vencido', gritan los organizadores desde el escenario antes de cerrar la manifestación. El coro arranca desde la plaza y se estrella contra los ventanales de la Casa Rosada, donde Javier Milei, obviamente, está ausente. Los "presentes" son en cambio los "30 mil detenidos desaparecidos". Es otro de los cánticos icónicos de este día gritado a todo pulmón. Repetido sin cesar, como un mantra, a lo largo de la marcha, escrito en paredes, pancartas y camisetas, el estribillo termina con un verbo en futuro: "¡Venceremos!". Así termina la marcha, con un himno a la vida y a la resistencia del pueblo, de los que no han olvidado y de los que no se rinden. Mientras se enrollan las banderas y la multitud de manifestantes comienza, poco a poco y con dificultad, a regresar a sus casas, nos detenemos a hablar con uno de los supervivientes de los centros de tortura. "Mientras haya memoria, habrá esperanza", nos dice.karimbsas5

Fotos de Portada y restantes: © Nicko Pereiro