Viniendo del ex presidente José Mujica y de Lucía Topolansky, que fuera su vicepresidente, no da para asombros, no obstante lo escandaloso de sus declaraciones recientes a propósito de los juicios que se llevaron a cabo contra militares represores de la dictadura uruguaya, por delitos de lesa humanidad. No da para asombros, porque ambos en realidad siempre tuvieron una linea afín con la casta militar, por más que a nivel local, regional y mundial se los haya identificado como emblemas históricos del Movimiento de Liberación Tupamaros (MLN) y en las antípodas de una postura pro militarista y pro impunidad. Pero los hechos son más que evidentes, los de las últimas horas y los de años atrás. Pero sobre los recientes, lo que sobresale - y que ha generando un verdadero tsunami, dentro y fuera de la izquierda uruguaya- es saber que Lucía Topolansky, quien alguna vez, y lo recalco expresamente, fue guerrillera del MLN , hubo afirmado contundentemente en un libro escrito por el periodista Pablo Cohen “Los Indomables” que hay personas que mintieron ante la Justicia, en causas que se investigaron delitos de lesa humanidad, con el propósito de condenar militares: “La gente miente en las declaraciones” fue la frase lapidaria, temeraria, piedra de un escándalo sin igual, y perjudicial por donde se lo mire. Expresiones que ratificó su esposo Mujica.
En tanto los repudios a esas revelaciones van ganando la calle , caben no pocas preguntas sobre tales: ¿A qué obedecen? ¿De dónde provienen esas verdades, si son verdades ? ¿Por qué ser tan retorcidos en sacarlas a luz, sin no haber movido un solo pelo para no contaminar esa lucha tenaz de muchos uruguayos, para que se haga justicia después de tanta muerte, de tanto desaparecido y de tanta impunidad? ¿Qué sombríos intereses traen consigo esas revelaciones? ¿Dentro de qué contexto han sido sacadas a la luz pública desatando tempestades por doquier?
Indudablemente todo se inscribe en un contexto, no se trata de un hecho aislado, ni mucho menos un desvarío senil de los dos personajes, que ya hoy, no son más que la punta de un iceberg de una operación , para mi siniestra, que dataría de tiempos pasados, donde ciertos personajes del MLN bosquejaron un pacto a espaldas de no pocos, y de no pocas circunstancias de lucha. En esa dirección hay que remontarse a los años 70, y en particular al año 72.
Indudablemente todo este falurdo, sin precedentes, además de lesionar la sensibilidad militante, de tantas familias de detenidos desaparecidos, y de ex presos políticos que sufrieron prision ilegítima y tortura, lesiona un principio de legalidad y de un Estado de Derecho, en el que la investigación judicial y fiscal fueron marco legítimo de condenas de prisión a militares, policías y civíles que hicieron parte del excecrable terrorismo de Estado.
Una incansable lucha desde Familiares y Madres de Detenidos Desaparecidos en Uruguay, y de otras organizaciones se ha visto mancillada literalmente con estas declaraciones recientes de las dos personas más referentes de la izquierda uruguaya, o mejor dicho del MPP, fracción política que ha aglutinado un más que extremo romanticismo desde el advenimiento de la democracia, al punto de que no pocos han denominado a José “Pepe” Mujica como un padre espiritual de una fuerza política -Frente Amplio- que recientemente ha logrado ganar las elecciones presidenciables, para gobernar desde el 1ero de marzo del año 2025, por cinco años.
Entonces, con más razón, y precisamente por ello, este cúmulo de revelaciones, caen sobre la ciudadanía y sobre la masa de votantes del Frente Amplio, como un pesado golpe, asestado , no propiamente sobre personas en sí mismo, sino sobre una lucha en sí misma, iniciada en los finales de la dictadua cívico militar en el Uruguay. Una lucha: primero para llevar ante la justicia a los represores y segundo para ubicar los restos de los detenidos desaparecidos, enterrados en predios militares. De boca de la ex senadora y guerrillera Topolansky se ha asestado un duro golpe a la credibilidad de la Justicia uruguaya y a una tenas lucha para que se haga justicia, para que no triunfe la impunidad, y para que se preserve la Memoria. Y esa lucha no ha sido exitosa en su 100 por ciento, porque en ese camino han surgido obstáculos; obstáculos de todo tenor; obstáculos que han sido recurrentes, y lo más grave, en períodos en los cuales nada menos que José Mujica y Eleuterio Fernández Huidobro fueron los exponentes de una política más a favor de la impunidad que de la búsqueda de la verdad: anótese la decisión de efectivizar el traslado de la jueza Mariana Mota, apartándola de casos relacionados con voluminosos casos de investigaciones de violaciones de derechos humanos por parte de militares, bajo la administración Mujica, como presidente y Fernández Huidobro como MInistro de Defensa ; anótese una indiscutible postura defensiva de las Fuerzas Armadas por parte del mencionado ministro, hoy fallecido; anótese una serie de apreciaciones de Mujica respecto a los detenidos en la cárcel de Domingo Arena, tildándolos de “pobres viejitos”; anótese una serie de puntualizaciones desde filas tupamaras, señalando a Mujica como una persona que hubo experimentado una más que notoria metamorfósis, transformándose en un personaje más funcional a la casta militar, que en un personaje referente de una lucha por la verdad; anótese también que desde filas tupamaras, de la boca de Jorge Zabalza, se lo endilgó a él y a otros tupamaros -entre ellos Fernández Huidobro- como partícipes de un pacto con los militares, un pacto oprobioso de no hacer revisionismo futuro (ver párrafo más adelante) ; y anótese finalmente lo acontecido en las últimas horas: hacerse público, de boca misma de Mujica y de su esposa, las últimas novedades relacionadas con algunas declaraciones de personas -falsos testimonios en definitiva- en juicios contra represores.
“Nosotros sabemos quiénes son los que mintieron, pero no lo vamos a decir porque no somos botones ni traidores” dijo lacónicamente Lucia Topolansky.
Panorama extremadamente complejo
El sentido y el significado de este panorama, a esta altura de los acontecimientos, se torna sumamente complejo, porque arrastra a no muchos actores a una serie de dudas, donde las interrogantes están saliendo a la luz pública, minuto a minuto; y donde los repudios se multiplican, para que en definitiva, y como único resumen de todo lo acontecido, en torno a un tema de alta sensibilidad humana, la duda se instale y los sectores más rancios y reaccionarios de nuestra sociedasd, al igual que los sectores negacionistas y afines con la cultura de la impunidad, dentro de la casta militar y de los sectores civiles funcionales a ella, saquen su estrepitosa tajada.
Ha sido en consecuencia una muy extremista operación mediática, la del ex presidente José Mujica y la de Lucía Topolansky, que más los pone al borde de un precipicio, que al borde de la coherencia. ¿Por que? . Porque han optado por dar un paso tenebroso, siniestro y más aún, especialmente contrario a toda ética.
Lisa y llanamente porque lo han hecho a poco del triunfo del Frente Amplio en las elecciones nacionales y lo han hecho sin mencionar que si oportúnamente ambos hubieran dado a la Justicia los datos necesarios para clarificar los tamaños falsos testimonios en los juicios, capaz la historia habría sido otra; sino que en contrario, lo único que hicieron fue señalar los pecados y no a los pecadores, por aquello de no ser ni “botones” ni “traidores”.
Pero en definitiva, fueron mucho peor: ambos fueron engañadores, porque si ambos hubieran querido trabajar para la verdad, ambos debían haber hablado a su tiempo y en la forma adecuada para denunciar esas suciedades, que tanto daño hicieron y hacen a las investigaciones judiciales y al principio de credibilidad de la administración de justicia.
Ergo, todo esto que ha salido a luz, no lleva a otra cosa que a pensar de que estamos ante una siniestra operacion de desprestigio de la justicia, que en definitiva no haría más que ser funcional a una sola cosa: enaltecer, promover y favorocer la cultura de la impunidad.
¿Para quienes trabajan? ¿A cambio de qué?
¿Verdaderamente para quienes trabajan José Mujica y Lucía Topolansky? ¿Para quienes están haciendo este mandado? ¿A cambio de qué? ¿Se están cumpliendo puntos vitales de un acuerdo entre algunos tupamaros y algunos militares, por el año 72, y a espaldas de Raúl Sendic, lider y fundador de MLN? ¿Qué maquiavelismo están llevando adelante en este diciembre de 2024, como broche de oro de una campaña política, harto áspera, de todos los partidos políticos? ¿Qué muy pesada carga de dudas han dejado caer sobre un tema que de por sí encierra debates y controversias, que hasta hoy no han sido zanjadas, porque han prevalecido toda suerte de malas intenciones y desviaciones, y obstáculos de todo tamaño para llegar a las verdades de los enterramientos de los desaparecidos, por ejemplo y lamentablemente, nada menos que en quince años de gobiernos de izquierda?
Verdaderamente insisto, en seguir preguntándome (y preguntando a los cuatro vientos) ¿para quienes trabajan (o trabajaron siempre) José Mujica , y por simbiosis Lucía Topolansky? ¿Por qué es, que cuando José Mujica se apartó de la vida política, debimos desde éstas páginas -ver abajo- escribir un más que contundente artículo “Adiós José Mujica” que recomiendo leerlo? Pues porque en aquellos momentos ya teníamos certezas, evidencias de por medio, que consignamos debidamente -y no una era mera corazonada- de los pasos que estaban definiéndolo, oportunamente, como un personal disonante con su pasado de revolucionario, y que ahora se ratifican descarnadamente. Bastaría ir al pasado para comprender los dichos suyos y los de su esposa Lucía; bastaría ver no pocas secuencias de su respectivo pasado, lo que seguramente nos podría llevar páginas y más páginas, que perfectamente nos sumirían en la más inequívoca desilusión.
Sembrando caminos para los represores
Los hechos hablan por sí solos. Estos hechos que están ahora mismo -al redactar estas líneas- sembrando algo más que dudas; sembrando caminos para favorecer a los represores, para favorecer impunidades; sembrando caminos para revisar causas judiciales; sembran caminos para desacreditar a la Justicia; sembrando caminos para abrir frentes a los defensores, de ayer y de hoy, del terrorismo de Estado; sembrando caminos para instalar odios, y especialmente para descomponer sacrificados años de luchas silenciosas por ubicar a represores y para llevarlos a la justicia, y para hallar personas enterradas en predios militares.
Pero hay más, porque no podemos ignorar los efectos que se vivieron intrafrente amplio, que durante toda la campaña electoral, y durante los días subsiguientes ovacionaron a las personas Pepe y Lucía, como así también su accionar, su pasado militante, y su respectivo pasado de presidente y vicepresidenta, con el sello del romanticismo y hasta de una mística ideológica y partidaria indescriptibles, que se hizo extensible inclusive a nivel internacional.
Se derrumba un castillo de naipes
Hasta que sobrevino el gran baldazo de agua fría. Toda esa apabullante ponderación, que ya tenía un sesgo de endiosamiento, uno de estos días del diciembre que corre , de la noche a la mañana, se desvaneció, se derrumbó a la vista de la masa frenteamplista, no bien se dieron a conocer las revelaciones más dañinas que se pudieron haber oído dentro de filas de la izquierda uruguaya, nucleada dentro del Frente Amplio.
Y ni hablar, de cómo cayó toda esa sarta de dichos dentro de filas de organizaciones como Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, PIT-CNT, Crysol (asociación de ex presos y ex presas políticas del Uruguay), FUCVAM, y obviamente dentro de la órbita de la Fiscalía de Delitos de Lesa Humanidad; y por añadidura, por no decir por la naturaleza misma de los hechos y de los dichos, en toda aquella persona que en los setenta hubo vivido en carne propia la represión, bajo todas y cada una de sus manifestaciones, incluída la pérdida de un ser querido.
Los dichos de Topolansky y de Mujica se refieren a un gran tema de la historia de nuestro pais: las violaciones de derechos humanos, las torturas, los prisiones en centros clandestinos, los ajusticiamientos cometidos por los escuadrones de la muerte, el terrorismo de Estado (Muchachas de Abril, adolescentes torturados en Treinta y Tres, la muerte del médico Roslik, por nombrar algunos casos, porque hay muchos más) y las desapariciones de personas. Varios temas que fueron y son todavía un gran tema estrictamete sensible y que no ha sido laudado, o peor aún, que ha sido ninguneado obscenamente por los gobiernos post dictadura -de Sanguinetti, Lacalle, Batlle, Vázquez, Mujica, y Lacalle Pou- sin disimulo. Un tema con ese perfil, que ha sido negado por la casta militar, y que ha sido manoseado desde filas partidarias conservadoras, obviamente la casta militar toda, los partidos tradicionales y hasta la propia izquierda, que tíbiamente le hincó el diente.
Un tema que hoy por hoy haya recibido este tratamiento canalla de parte de Lucía y Pepe, es verdaderamente una traición y una tomadura de pelo a la inteligencia humana; literalmente, además, una acción (para mí personalmente, una operación de cuño fascista y de raíces grotescas) carente de toda ética, moral , cordura, sensates y coherencia militante. Y quiero aclarar, que no se trata de una barrabasada propia de dos octogenarios con demencia senil, como quizás alguien o más de uno pretenda dibujar un justificativo.
Saben muy bien lo que dijeron
Saben muy bien lo que dijeron,y lo que dicen. Y tanto así, que haberlo hecho ahora, no los exime de nada, porque vamos a suponer que esos falsos testimonios ocurrieron, lo primero que ambos debieron haber hecho es autocrítica y en consecuencia llevar a esos mentirosos ante la justicia, porque dejarlos actuar los hizo cómplices, los hizo partícipes de una conducta reñida totalmente con toda ética.
Pepe fue presidente de la República, antes diputado, luego senador; su esposa vicepresidenta y senadora; ambos referentes históricos de una fuerza política de ascendencia en el universo de la política local y regional, en tiendas de la izquierda. Ambos tuvieron en sus manos legítimas herramientas para sanear todas esas desviaciones -de eventuales testimonios falsos y podredumbres afines- y preservar la verdad a la hora de los juicios a los represores, salvo que se hubiera querido permanecer en el silencio, para luego accionarse en otro momento, y con otros fines. Fines como los que hoy saltan a la luz pública: enchastrar groseramente la cancha; traicionar a todos sus adherentes. Traicionar y hacer una jugada canallezca a todos y cada uno de los integrantes de su fuerza política, los que hoy ahora buscan desmarcarse de ellos.
¿Y podrán descarmarcarse tan fácilmente?. No lo sé. Ahora se avecinan tiempos adversos, dentro de la interna frenteamplista; se avecinan tiempos de acciones de la casta militar tendientes a hacer su parte, después de tan gentil mano dada por Lucía y Pepe; se avecinan tiempos de revanchas y de confusiones; y ya en la interna del MPP habrán santos y demonios; y ya en la interna de los negacionistas de los días de dictadura habrán oportunismos y oportunistas, todos proclives a favorecer a los represores que todavía están en Domingo Arena, o para que se revisen causas y se escruten expedientes. ¿Por qué? Porque pasó lo peor que podía haber pasado y de la manos quienes: es decir, se sembraron dudas. Que no es poco.
“De traidores y botones”
El colega y amigo Samuel Blixen, en su artículo titulado “De traidores y botones” del semanario Brecha, se ha expresado en términos , que obviamente comparto: “Esta última iniciativa confirma una persistente actitud del Pepe y Lucía, más cercana de los victimarios que de las víctimas. Es un hecho que el matrimonio, acostumbrado a estar por encima del bien y del mal, sin que nadie le pida cuentas, hace mucho tiempo que no dice una palabra –si es que alguna vez la dijeron– sobre la suerte de sus compañeros más cercanos, Atalivas Castillo, Eduardo Gallo, Miguel Río Casas, Juancito Bentín, por citar algunos que permanecen desaparecidos. Por el contrario, exhiben una sólida sensibilidad por los represores y llegan a rescatar el recuerdo de aquellos que «se boletearon» –Pedro Barneix, asesino de Aldo Perrini; Juan Carlos Rodríguez Buratti, asesino de María Claudia García de Gelman–, como si el suicidio, cuando eran detenidos, fuera una prueba de su inocencia que merece una actitud piadosa”.
“Bueno sería retractarse”
Madres y Familiares se expresó en un comunicado en términos muy precisos; dan una idea bien gráfica de las consecuencias de las revelaciones de Topolansky y Mujica: “Son las víctimas de tortura, de abusos sexuales y tratos inhumanos, las que han tenido el coraje de denunciar y decir su verdad ante la justicia, a pesar de la revictimización que se sufre en estos procesos y del asedio constante de los abogados defensores de los militares y civiles acusados. Entre miles de denuncias y denunciantes, quizá pueda haber existido un falso testimonio pero es algo que no nos consta ni tampoco a la justicia. Esta posibilidad, sin embargo, no avala poner en tela de juicio a decenas y decenas que han podido hablar a pesar del dolor y de la angustia. Cabe preguntarnos, ¿a quién favorecen estas declaraciones? ¿Cuál es su objetivo? ¿Acaso sirve cuestionar la credibilidad de las víctimas en favor de quienes torturaron, asesinaron, secuestraron niños y desaparecieron a nuestros familiares? Cabe señalar que el falso testimonio, conforme a la normativa de nuestro país, es un delito, ya sea por declarar falsamente, omitir información o presentar pruebas falsas, por lo que la Senadora electa y ex vicepresidenta (conforme al rol que reviste y en su calidad de funcionaria pública) ante el conocimiento de la situación debiera denunciarlo en la justicia y no en una entrevista. Bueno sería retractarse o, de no ser así, quizá sea mejor llamarse a silencio”.
Hace 8 años se hablo de un pacto
Hace unos ocho años entrevistado en Canal 5 el ex tupamaro Jorge Zabalza ,por la periodista Mizrahi, aludió a una “segunda derrota ideológica” del MLN, encarando sobre su libro “La experiencia guerrillera”. El video de la entrevista, en las últimas horas fue subido a Twiter por mi amigo el profesor de Filosofía Pablo Romero García; un registro gráfico que entiendo muy oportuno y que resume todo lo acontecido, cual tomografía computada de un acontecimiento del ayer, que tendría vigencia hoy, y que seguro estoy, si estuviese entre nosotros Eduardo Galeano, lo habría desvelado y mucho, siendo que tenía una profunda amistad con Mujica, y hasta le habría arrancado un más que sustancioso escrito, el que estimo me haría recordar a su muy prolijo “Cuba Duele”. Porque Galeano tenía una visión muy definida de la lucha por las verdades y la justicia, hablando de los represores.
Zabalza, en otrora compañero de guerrilla de Pepe y Lucía, es claro al señalar en esa entrevista, por ejemplo, que hubo “una segunda derrota del MLN en lo moral, desde el punto de vista de la ética y de la moral. Cómo gente que luchó por un cambio del sistema, por una revolución puede acordar con los militares para mantener un pacto de silencio y ocultamiento de la verdad y de la justicia.Yo creo que ese es un retroceso, podrá sustentarse en una cantidad de argumentaciones políticas pero desde el punto de vista ético y moral es insostenible. Los responsables de ese pacto son Fernández Huidobro y José Mujica principalmente. El caso Fernández Huidobro ha quedado muy en evidencia porque todas las organizaciones de derechos humanos, sociales hoy en día están pidiendo que se vaya. Porque ha sido muy evidente su compromiso con los criminales acusados de delitos de lesa humanidad. En el caso Mujica no está en evidencia hoy en día pero es el respaldo que tiene él, Fernández Huidobro y él que ha compartido toda esta historia y ese es uno de los motivos del libro, desde 1972 en adelante. Son personalidades diferentes, él tiene simpatías populares muy distintas . Uno es odiado por el público, el gran público; el otroes amado en Europa y toda América Latina, pero comparten ambos la degradación moral en este sentido. En principo yo tenía lazos personales muchos más fuertes con Huidobro que con Mujica, pero con ambos. Con Huidobro compartimos muchas horas de celda, los dos juntos. Como que uno no puede creer y uno empieza a ver cosas y a sospechar no puede creer, es como si te estuvieran engañando en la pareja. Como que no podés creer, y un día empezás a manejar las evidencias y bueno no tenés más remedio. Y viene una desilución muy profunda. Porque que más que desearía uno que mantener aquella amistad , solidaridad, fraternidad. Yo sé que se reunen los rehenes y yo no estoy.Y no estoy por una de decisión personal, porque no puedo compartir la mesa sin hablar de las cosas que duelen” .
Las distonías más inimaginables se han dado cita en las revelaciones de Lucía Topolansky; las interrogantes ganaron las calles del Uruguay y también atravesaron fronteras.
Lucía Topolansky citada a Fiscalía como testigo
Al cierre de nuestra redacción, llega a nuestra mesa de trabajo la noticia de que el Fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciaballe ha citado en calidad de testigo a la ex Lucía Topolansky.
¿Ahora cómo sobrevendrán las respuestas? ¿Qué ropajes tendrán?. ¿Comienza la ronda fiscal en búsqueda de la verdad?. Las horas venideras serán clave. Seran determinantes ¿Más revelaciones? ¿Omerta?
Entre tanto, las reflexiones que están circulando por redes sociales, medios de comunicación y dentro del microcosmos de cada uruguayo votante del Frente Amplio, y mucho más, en las entrañas mismas de cada uruguayo que hubo vivido la tortura , y que tiene un ser querido muerto o desaparecido, o que ha declarado en los juzgados, no son solo numerosas sino además polifacéticas.
De eso estamos seguros. Pero, todo ese sentir tiene un denominador común: el repudio a esas afirmaciones, y en consecuencia, la desilución más literal, sobre las personas que las han hecho. ¿Qué deparará todo esto? Seguro, que nada bueno.
¿Una desilución indescriptible? Para muchos seguramente.Para otros en absoluto. Pero para la casta militar, para Manini Rios (quien -antes del tsunami que nos ocupa- visitó a Mujica en su chacra ¿?), para los represores que están en Domingo Arena, y para los abogados suyos, y todos los que le son afines, no hay desiluciones ni sorpresas. Seguramente hay loas y hasta aplausos. !Que desastre, verdaderamente!
¿Las loas y los aplausos que se mecen en la cuna de la traición, del engaño y de la degradación, y de un pacto?
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