Me cuesta dimensionar el dolor que las madres y familiares transitan hasta el día de hoy, como una herida abierta que no sana jamás, pero no sana porque la impunidad se sostiene en el tiempo y porque después de 46 años continúan desapareciéndolas y desapareciéndolos al mantener la omertá.

Fueron 30 mil en dictadura, y en democracia ya van más de 200 desapariciones forzadas. El aparato represivo de la bonaerense, la policía de Santa Fe y la de Córdoba siguen más activos que nunca.

El fantasma del FMI sigue hoy presente y vigente, ahora prácticamente como un cogobierno, por la deuda que tomó Mauricio Macri, pero sobre todo por el acuerdo de Alberto Fernández. Me pregunto, ¿cómo puede ser posible que acordemos con el FMI?  Con quien fue cómplice y financiador del terrorismo de Estado, organismo que impulsó las medidas económicas neoliberales del proceso militar.

Por esto me pregunto, si realmente vivimos en un 'nunca más', o si la historia de terror se acomoda a la contemporaneidad.

Es nuestra responsabilidad que la rueda de terror termine y el NUNCA MÁS, sea realmente NUNCA MÁS. Cuando no falte ninguna ni ninguno, cuando se haga justicia por Luciano Arruga, Santiago Maldonado, Franco Casco, Facundo Castro y por tantos otras y otros pibes alcanzados por la represión estatal. Cuando aparezca Julio López, y las y los miles de compañeras y compañeros detenidas y detenidos desparecidos. Cuando las pibas dejen de desaparecer por la trata que la maldita policía avala y encubre. Cuando se acabe la impunidad de los miles de militares, policías, civiles y empresarios involucrados al terrorismo de Estado.

Cada 24M hay que salir a las calles, cada 31 de enero, cada 30 de abril, cada 1 de agosto, ¡porque la construcción de memoria se hace carne CADA DÍA DEL AÑO y por esto es nuestra responsabilidad exigir un verdadero y profundo NUNCA MÁS!

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*Foto de portada: Leandro Gómez / Antimafia Dos Mil - Our Voice