Sábado 27 Abril 2024
El gobierno de Alberto Fernández respiró luego de la derrota electoral de medio tiempo
 
Estuvieron presentes los principales referentes del progresismo latinoamericano
 
Por Alejandro Diaz-12 de diciembre de 2021

El pueblo argentino volvió a gritar presente. Luego de meses de pandemia y de cuarentenas. Luego de meses de incertidumbre, de miedos, de dudas. Luego de meses de espera, el máximo folclore argentino volvió al centro de la escena, a tomar la calle y gritar presente.

Cientos de miles, inundaron las plazas de todas las ciudades importantes del país. El 10 de diciembre es una fecha particular, es la fecha donde la democracia, hace 38 años atrás, resurgió de los calabozos donde quisieron desaparecerla. Hace 38 años que, pese a los vaivenes propios de un país aún sometido, el pueblo, sin distinciones de raza, credo, ideologías o tendencias políticas, celebra abrazado como si fuera un gol de Maradona.

En paralelo al sentimiento del pueblo, corren los tiempos, las emociones y los oportunismos políticos de aquellos que se disputan el status quo de una democracia condicionada. El gobierno de Alberto Fernández viene golpeado por la pandemia, y por la derrota política y simbólica de las elecciones de medio tiempo. Su gobierno no corre riesgos, al igual que él, que hasta la fecha ha sido timorato. Quizás, considerando el contexto de la pandemia, haya sido mejor esta mesura. Un poco del gen alfonsinista que siempre pregona.

Luego de la reunión en México del Grupo de Puebla, el progresismo latinoamericano se hizo presente en Buenos Aires. Lula Da Silva y José ‘Pepe’ Mujica, compartieron el escenario principal con el presidente argentino y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Son ellos principalmente, quienes desde las instituciones enarbolan las banderas de los derechos humanos en el cono sur, y quienes han dispuesto, en mayor o menor medida, las políticas sociales que flotaron a la salida de la crisis del 2001. Su gran deuda sigue siendo la de romper aquellos pactos de la salida de las dictaduras, pactos que permitieron, y permiten, que los mismos grupos económicos que fundieron nuestros países, consolidaran sus fortunas y sus posiciones estratégicas a nivel regional. Pactos que continuaron alimentando el mismo monstruo que juraron destruir. Pactos que permiten el constante rumor de que aquellos represores condenados vuelvan a las calles. Pactos que permiten que nuestros desaparecidos continúen en el silencio. Pactos que se clavan en la espalda del pueblo.

En estos días, mientras el gobierno de Fernández-Fernández respira la presión social, nuevamente el Fondo Monetario Internacional sobrevuela el territorio oliendo sangre. Nuevamente un gobierno progresista se dispone a pagar la deuda, que considera ilegítima en sus discursos, pero que en la práctica acepta. Acepta pagar la deuda en nombre, no de quienes la firmaron (no es la deuda de Macri) aceptan pagar la deuda en nombre del pueblo. Pueblo que no supo, que no quiso ser autocritico.

Celebramos el fin de la etapa militar de la dictadura, pero lamentablemente aún vivimos en una democracia condicionada. Una democracia que acepta los discursos extremos, pero que siempre vuelve al medio; un medio que a esta altura del partido, no puede considerarse el centro.

Resiste la democracia al manoseo de la derecha fascista y de la izquierda ambidiestra.

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*Foto de portada: pagina12.com.ar