Lunes 29 Abril 2024
Por Malena Sánchez desde Argentina-24 de marzo de 2021

Se cumplen 45 años de la dictadura militar. Hoy recordamos para decir nunca más, para exigir juicio y castigo a todos los responsables, para luchar por los derechos que nos faltan. Hoy recordamos a los 30.000 detenidos desaparecidos, y de ellos queremos visibilizar a nuestros 400 compañeros lgbt+. Porque nuestra orientación sexual e identidad de género nos construyen como humanos, porque al closet también le decimos nunca más.

En este marco, se llevó a cabo una charla-debate de la cual participamos en Paraná, Entre Ríos. La charla fue dada por Pablo Vasco, referente de “Libre Diversidad” y del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST). También es referente de la FALGBT (Federación Argentina LGBT) y fue un militante en exilio durante la dictadura militar. Por su lado, el debate en Entre Ríos fue moderado por Nadia Burgos, dirigente del MST.

En la charla, Pablo comentaba que comenzó a utilizarse el 30.400 para visibilizar a las disidencias sexuales detenidas-desaparecidas: “Cuando se formó la CONADEP, caída la dictadura, se comienzan a recibir denuncias sobre los secuestrados. De las aproximadamente 9.500 denuncias recibidas, 400 personas eran del colectivo LGBT+. Pero en el informe final de la CONADEP no se puso porque el ala católica de Derechos Humanos presionó para que no esté”.

No sorprende que el ala católica haya intentado invisibilizar a los compañeros. La Iglesia históricamente persiguió a las personas que salían de la norma heterosexual, condenando a miles de personas y difundiendo sus valores conservadores en la sociedad. Esta institución además apoyó al gobierno militar y su accionar genocida a través de diversas acciones. Como dijo Vasco, ”la Iglesia siempre se opuso a nuestros derechos: matrimonio igualitario, ley de identidad de género. Es la que sostiene a este sistema capitalista, patriarcal, retrógrada. Que difunde las ideas de la mujer como ama de casa, cuidadora, para que así ellas hagan el trabajo doméstico, que equivale al 16% del PBI, sin obtener ni un peso”.

Tal como lo señaló, la Iglesia sostiene y difunde un modelo de familia que beneficia al sistema, y así lo ha hecho desde sus raíces. Más en esos años, su influencia colaboró a que las personas lgbt+ sean tremendamente violentadas, discriminadas e invisibilizadas. De ellas se obtuvieron sólo siete nombres entre las 400 detenidas-desaparecidas, contaba Pablo; “Pedro Barraza y Carlos Laham, una pareja asesinada antes del golpe en manos de la Triple A, la banda paraestatal que tenía como líder a López Rega, el secretario de Perón a cargo del ministerio de Bienestar Social desde el 73. Otro compañero fue Gustavo “Zampi”, un joven militante del PST (antecesor del MST) y activista del Frente de Liberación Homosexual (FLH) secuestrado en la esquina de su Facultad por la policía federal”.

30400 invisibles nunca mas 2

De estas historias existen miles. Si entre 9.500 denuncias, 400 personas eran del colectivo lgbt, se puede imaginar la cantidad que era entre 30.000. Historias silenciadas y nombres que no se volverán a pronunciar, borrados de la historia, pero no de nuestra memoria.

Por eso los recordamos, porque existieron, porque su existencia fue resistencia. Porque “lo que no se nombra, no existe”, como señaló Vasco: “hasta el 98, los edictos policiales prohibían exhibirse en la vía pública con ropa del sexo opuesto. Era una infracción a la ley ser homosexual y por eso también podían llevarte preso. Existían también bandas neonazis como la Comando Cóndor que decía ‘Vamos a acabar con los homosexuales’. Es decir que fascistas, policías, fuerzas armadas, medios de comunicación, todos contra las personas disidentes. Y por eso es importante visibilizarnos”.

Por su lado, la dirigente Nadia Burgos hizo énfasis en la importancia de que podamos refrescar, con este 30.400, todo lo que hoy comienza a ser aceptado, porque todos los avances “los hemos conseguido gracias a nuestra lucha. La Iglesia quiso ocultar a nuestros 400 compañeros, y eso es romper con la identidad. Eso es romper nuestras historias. Debemos nombrar nuestra identidad en conjunto”. También señaló el ejemplo de Mariana Gómez de la actualidad, que demuestra “que sigue la policía como institución represiva, que sigue la presión sobre nuestras identidades”.

La dictadura no solo quiso aplastar al movimiento obrero e implantar el modelo económico neoliberal de ajuste y endeudamiento, sino también terminar con quienes desobedecían a los mandatos impuestos e implantar sus valores patriarcales conservadores. Por eso “Dios, Patria y Hogar eran sus símbolos” recuerda Pablo Vasco. El plan económico no podía pasar sin apagar la ola revolucionaria que recorría el país, y para ello se necesitaba exterminar las luchas en ascenso. Por eso afirma: ”en un país sometido, no se puede amar libremente. Para liberarnos, debemos transformar a la sociedad de raíz. Para la liberación sexual, es necesaria, también, la revolución social".

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*Foto de portada y restante: mst.org.ar