Por Claudio Rojas, desde Chile-7 de febrero de 2021

El asesinato de un joven artista malabarista callejero de Chile, Francisco Martínez Romero, hace parte de la denuncia de esta redacción, al igual que el ambiente generado a partir de la reacción desmedida de las fuerzas de seguridad chilenas, que más se comportan como fuerzas de inseguridad y de autoritarismo, que como fuerzas del orden. Fue un hecho cometido a plena luz del día ante decenas de personas, y que desató la ira de la gente de la calle, porque ya está en extremo cansada de los abusos y el accionar prepotente, represivo, torturador, y carente de criterio mínimo en el uso de la fuerza; entonces, este episodio, fue literalmente la gota que desbordó el vaso, y en consecuencia la población terminó espontáneamente explotando y reaccionando con la quema de la Municipalidad y con el ataque a una comisaría. Ambos edificios, que representan el poder autócrata.

Para entender cabalmente lo que pasó debemos conocer el contexto en que se desarrollan los acontecimientos. 1°: Rocío Caviedes -hermana del extinto- reveló que su hermano padecía esquizofrenia, una condición psiquiátrica que nunca le habría causado problemas. Asimismo, indicó que él además era tío del joven que cayó al Río Mapocho durante un operativo policial en manifestaciones. 2°: Por medio de testimonios dados en redes sociales de gente de Panguipulli, Francisco era amedrentado hace como dos semanas en forma constante y sistemática. Tal y como son amedrentados casi todas las víctimas de trauma ocular y sus parientes, y aquellos a quienes les ha sido asesinado un pariente, con el claro y único objetivo que, por miedo, los afectados se desistan de las querellas contra Carabineros, donde se hacen parte. 3°: Por otro lado, Caviedes dijo que a su hermano “no le gustaban los teléfonos, no le gustaba nada, por eso no había renovado el carnet, lo había perdido y cuando el carabinero le pregunta por el carnet, él no lo tenía y no es que lo estuviera negando o no quisiera pasarlo, es que no lo tenía”. 4°: Después de haberle pedido el carnet, y el joven haberlo negado, el oficial de Carabineros, dispara dos tiros a los pies, al piso como advertencia, el joven impotente se abalanza contra quien le dispara y ya sabemos el resto.

Tras la muerte de Francisco se desataron instantáneamente y en forma espontánea, una serie de incidentes en la ciudad, pues el pueblo en forma natural se alinea con los oprimidos y en contra de los opresores. Hay dos bandos bien definidos e irreconciliables. Ese es el ambiente que estamos viviendo producto de la permanente y cada vez más aguda opresión, bajo este gobierno fascista y nefasto, que tiene un 4% de aprobación.

En medio de las manifestaciones registradas en la comuna de Panguipulli, la Municipalidad fue incendiada por personas que protestaban en la ciudad, luego de que un artista callejero muriera tras ser baleado por un funcionario de Carabineros durante una fiscalización.

Por las redes sociales nos enteramos que fueron lanzadas bombas molotov a la comisaría de Carabineros y la municipalidad, y que ésta última se incendió totalmente.

Por lo tanto Carabineros nuevamente está en el ojo del huracán, tras el asesinato del joven malabarista perpetrado por un efectivo de la institución. Las reacciones no se hicieron esperar exigiendo una “refundación” y una intervención civil de la institución que dirige el general director Ricardo Yáñez.

Ampliando lo señalado al comienzo, consignamos que el hecho ocurrió cuando los efectivos policiales hicieron un control de identidad al joven que trabajaba en una esquina de la plaza de la ciudad y se desató una discusión, porque el joven no tenía su cédula, a partir de lo cual le exigieron entregar sus herramientas de trabajo, a lo que él se negó; a partir de esto el Carabinero hizo dos disparos de advertencia al piso. Tras esto, el joven se abalanzó sobre el oficial, quien tras disparar al dorso del joven le provocó la muerte en el sitio del suceso. Uno de los efectivos sacó su arma de servicio y disparó cuando éste se le abalanzó con unos machetes con los que hacía los malabares en la vía pública, en un hecho que quedó registrado en videos que fueron difundidos en redes sociales. La mayoría de los comentarios en las redes apuntaban a que el policía debió haber disparado a las piernas para inhabilitarlo y no al cuerpo.

Francisco era un joven de carácter pacífico -según muchos testimonios- que vivía en la calle en carpa porque no tenía dónde vivir, junto a sus perros y se ganaba la vida haciendo malabarismos en las esquinas de la ciudad.

Para el exfiscal Carlos Gajardo, las imágenes de Panguipulli son “terribles”, apuntando además del descriterio en el proceder del efectivo. “El manejo de armas de la policía a quien se le concede el monopolio en el uso de la fuerza deber ser con criterio y como último recurso”, argumentó. En tanto, su colega, el abogado Jaime Bassa señaló que “abusos del uso de la fuerza e imágenes como las de Panguipulli” indican que “es urgente disolver Carabineros de Chile y construir una nueva fuerza policial que respete nuestras garantías y derechos básicos”.

Desde el mundo político clamaron por medidas. Para el senador Alejandro Guillier, “las imágenes del baleo en Panguipulli estremecen”. “Una policía corrupta y un Gobierno deslegitimado que no quiere intervenirla nos hacen mal como país. Un “control de identidad” no debería terminar así. Espero, por el bien de Chile, que se investigue y esclarezcan los hechos”, indicó.

Independiente del actuar de Francisco, que prácticamente se inmoló al lanzarse contra el policía, él fue una víctima de una presión sistemática -considerando su enfermedad- y de una política de amedrentamiento que caracteriza a esta institución fascista y al servicio del poder económico. Estas prácticas dictatoriales son frecuentes y podemos citar decenas de casos; y este tipo de prácticas mafiosas nos preocupan, por eso las denunciamos.

--------------

*Video de YouTube, Notisurweb

*Foto de portada: YouTube

*Foto 2: www.encanchacl.com

*Foto 3: www.radiouniversidaddechile.com

*Foto 4: www.24hrscl.com