La entrevista que realizó nuestro redactor Jorge Figueredo, desde Paraguay, al cura y hermano franciscano Rodolfo Vianno, un argentino de 65 años, resultó ser un trabajo periodístico que nos permitió tener de primera mano un testimonio sólido, convincente y de denuncia, como no podía ser de otra manera, y acorde con nuestros parámetros de periodismo libre y alternativo, viniendo de un religioso inspirado en su muy intensa vocación de servicio, en la línea de los sacerdotes católicos de la Teología de la Liberación y de Opción por los Pobres. Sus respuestas comprometidas, con las causas sociales de su tierra natal y del Paraguay, apuntan a la defensa incondicional de quienes son víctimas del poder, de los autoritarismos, de las violaciones de los derechos humanos y de las persecusiones, dentro de un contexto en el que quienes cometen estos atropellos lo hacen amparados en la más sombría impunidad; esa impunidad que se mece en la cuna del capital financiero, hermana siamesa de un facismo recalcitrante y rancio, en este caso instalado en Argentina y en Paraguay, donde los demonios de sus respectivas estructuras de gobierno la protegen, la defienden y lo más grave, la ponen en práctica bajo diferentes modalidades. Y esas viles prácticas , de las cuales el sacerdote y franciscano Vianno ha sido testigo múltiples veces en su país de nacimiento, lo ha transformado a él en un justo obrando con los hechos, en el medio del dolor y las desesperanzas de los pobres, de los desamparados y de los perseguidos, tal el caso, por ejemplo, de las hermanas Villalba y de otra presa que como ellas sufre vejámenes y tortura en una prisión de máxima seguridad -la de Minga Guazú- ubicada a 20 kilómetros de Ciudad del Este, en la zona fronteriza del Paraguay.

Un testimonio, el de Vianno, que se suma a las denuncias que oportunamente hiciera la Gremial de Abogados y Abogadas Argentinas, en relación a los hechos de la cárcel paraguaya ; un testimonio que enaltece a quienes hoy optan por comprometerse con las causas de justicia y que visibiliza que hay otros que emprenden el camino en contrario, sumergiéndose en la insensibilidad y en las indiferencias más cobardes, mientras en su entorno social se desmoronan vidas, se pulverizan esperanzas y la muerte se pasea impúne entre nosotros, como acontece ahora en Gaza, cuyo pueblo vive segundo a segundo un atroz genocidio, y a la vista pública; y con la complicidad más obscena de una comunidad internacional lisonjera del sionismo y del capital financiero. Vale mucho conocer el sentir de este sacerdote, porque con su ejemplo,y con el de los abogados de la Gremial, por nombrar solo a quienes conocemos muy de cerca, nos recuerdan crudamente que todavía hay quienes honran la vida, día a día, muchas veces a riesgo de sus propias vidas; pero bien que lo vale, cómo la honran, con las manos en el arado; trabajando desde el alma y con un vocación de servicio indescriptible; esa vocación de servicio y esa sed de justicia expresamente en armonía con las enseñanzas del obispo Enrique Angelelli, asesinado en los años 70’, por la dictadura miitar-empresarial-eclesiástica argentina, obispo que deslumbró a Vianno, tal como lo deslumbro don Helder Cámara, ambos igualmente justos, dentro del ala de la Iglesia Catolica que de verdad es sincero y honesto obrador de las enseñanzas del Cristo, al que solo de ese modo se le puede demostrar lealtad y coherencia ética a la hora de llevar los hábitos; un dato no menor, a tomar en cuenta.

¿Quién es Rodolfo Vianno?

Rodolfo Vianno es un sacerdote católico, hermano franciscano y Cura en Opción por los Pobres (COPP). Es nativo de la Provincia de Bahía Blanca, Argentina. Trabaja actualmente desde la capilla San Cayetano, del barrio Las Tejas, al comienzo del tercer cordón del Gran Buenos Aires, en el partido de Merlo. Desde allí va a celebrar misas y otros sacramentos en varios barrios populares de la zona, acompaña a ollas populares que preparan comida a muchas familias que carecen de trabajo y apenas subsisten con la “asignación universal por hijo” (AUH) que implemento como derecho para las niñeces el gobierno de Cristina Fernández, y los gobiernos neoliberales de Macri, y luego de Milei, no pudieron quitar. También acompaña a personas enfermas a los hospitales públicos. Y trata de participar, al menos una vez por semana, de los reclamos pacíficos que hacen organizaciones de jubiladas y jubilados, personas discapacitadas, personal y familias de hospitales pediátricos como el Garrahan, profesores, investigadores y estudiantes universitarios, entre la Plaza de Mayo y el Congreso de la Nación, ante la crueldad de los recortes presupuestarios que viene imponiendo el gobierno de Milei, que veta las leyes con las que el Congreso intenta frenarlo. Allí no pocas veces, junto con estas personas y otros curas y pastores, reciben palos, gases lacrimógenos y balas de goma, que les disparan policías y gendarmes como única respuesta a tanta injusticia social.

Vianno ha denunciado públicamente la tortura de tres mujeres detenidas y graves violaciones a los derechos humanos a las que están siendo sometidas Carmen y Laura Villalba (hermanas entre sí) y Francisca Andino en Paraguay. Él mismo, ya en noviembre del 2023, se incorporó a la “Campaña Internacional de Solidaridad con la Familia Villalba”, y también participó de la entrega -a la Fiscalía General del Estado- de cientos de firmas de la campaña internacional denominaa ¿Dónde está Lichita? Pero Vianno ha denunciado especialmente delitos de lesa humanidad cometidos por el Estado paraguayo.

En entrevista con ANTIMAFIA Dos mil el sacerdote, entre otros temas, nos cuenta brevemente como nació su vocación religiosa, como nació su relación con las diversas organizaciones gremiales y políticas de la Argentina, cuáles fueron los motivos que le impulso a participar de esta Campaña Internacional de Solidaridad con la Familia Villalba”, y cuál es la situación carcelaria de las tres presas mencionadas.

- ¿En qué año fue ordenado sacerdote y como nació en usted esta vocación religiosa?

“Fui ordenado sacerdote el 24 de julio de 1992, a los 33 años, y este año hace 33 años. Medio año antes me comprometí definitivamente como hermano franciscano en la Orden de los hermanos menores. Lo prioritario en mí es que soy hermano franciscano antes que cura. Conocí a los franciscanos desde niño, la parroquia donde participe era animada por ellos. Me acuerdo haber sido allí uno de los iniciadores de la Juventud Franciscana en 1982. Nací en el sur de la provincia de Buenos Aires, en Bahía Blanca, unos 650 kilómetros aproximadamente al sur de la ciudad de Buenos Aires. Luego la inquietud social por el “amor político” se la debo al grupo de curas en opción por las y los pobres” del que estoy participando desde el 2001, cuando nuestro pueblo argentino sufría una crisis social, económica y política muy grande. En ese momento me sensibilice todavía más, con lo que sufren las mayorías pobres de nuestro pueblo. Diría que, hasta entonces, había servido a la Iglesia “puertas adentro”, en la catequesis, en los sacramentos, en la asistencia a los ancianos y a las personas enfermas en sus casas y en hospitales, a los pobres que se acercaban a pedir ayuda. Después, hoy por hoy, me pareció muy necesario, imprescindible, servir a la “Iglesia en salida”, la Iglesia que, como Jesús, sale al encuentro de la realidad social compleja que nos toca vivir. Te aclaro que el “amor político” o la “caridad política” es lo que el papa Francisco rescató de los papas anteriores, desde mediados del siglo 20; es el amor que va más allá del amor personal, mas allá del amor grupal, es el amor por el bien común de nuestro pueblo, empezando por quienes están mas empobrecidos, debido a la falta de oportunidades. A esa “caridad política” se refiere especialmente en su carta encíclica “Fratelli Tutti” (“Todos hermanos” al decir de san Francisco de Asís), que escribió durante la pandemia y firmo en Asís, el 4 de octubre del 2020, el día en que evocamos la “pascua”, la partida de Francisco de Asís en 1226”

-¿Usted estuvo en varios lugares de la Argentina sirviendo como sacerdote?

“Sí. estuve en el Gran Buenos Aires -Ciudadela, José León Suárez, ahora Merlo- en distintas oportunidades, también estuve varios años en Tandil (centro de la provincia de Buenos Aires), en Aguaray (provincia de Salta, cerca de la frontera con Bolivia), en mi tierra natal, y en Laboulaye (sur de la provincia de Córdoba)”

-¿Y cómo inicio su relación con diversas organizaciones gremiales y políticas de la Argentina?

“Mi papá fue empleado del ferrocarril estatal, agremiado y peronista; defendió al gobierno de Perón en 1955 poniendo en riesgo su vida. Aunque en mi juventud no fui muy consciente de sus ejemplos, me parece que mucho me influyo después. Un gran “parte-aguas” en mi despertar fue la crisis argentina del 2001. Hasta ese momento yo pensaba que los pobres merecían nuestra compasión, nuestra solidaridad asistencial. Pero en aquellos momentos con ayuda del “grupo de curas en opción por las y los pobres”, empecé a valorizar la vida y la misión de curas y obispos argentinos, asesinados por ponerse del lado de los sectores mas empobrecidos de nuestro pueblo. Es el caso de Carlos Mugica. El año pasado recordamos que fue ametrallado por paramilitares en Buenos Aires luego de celebrar misa, hace 50 años. Y el de Enrique Angelelli, asesinado por la dictadura militar hace 49 años en Punta de los Llanos (provincia de La Rioja). También me acercaron al testimonio de otros pastores católicos latinoamericanos, como Helder Cámara, arzobispo brasilero, que advertía lo que aún nos pasa hoy: “cuando doy comida a los pobres me llaman santo; pero cuando pregunto por qué no tienen comida, me llaman comunista”.

-¿Qué pasó en el 2001, para las personas del exterior que no conocen?

“2001 fue la crisis terminal del segundo ciclo neoliberal en argentina. El primer ciclo neoliberal fue el de la dictadura militar. A pocos años de la vuelta de la democracia, fracaso el gobierno del primer presidente democrático Alfonsín, en 1989; le sucedió Menem que engaña al electorado con las promesas de una revolución productiva y un salariazo, que nunca llegaron. Su ministro de economía Cavallo acentuó políticas de endeudamiento externo, dependencia de Estados Unidos, achicamiento del Estado y empobrecimiento del pueblo. A Menem lo sucedió De la Rúa, que volvió a convocar a Cavallo, desembocando en la crisis final de ese ciclo neoliberal del 2001. En ese momento la crisis de deuda, de inflación y de desocupación moviliza a nuestro pueblo a las calles, para protestar contra un gobierno e manos de corporaciones, que saquearon impunemente a nuestro pueblo. Recuerdo que entre diciembre del 2001 y enero del 2002 fui a Bahía Blanca, comprometido con la lucha de los gremios docentes a favor de la educación pública, para trasladarme al extremo norte del país, en Aguaray, donde me solidaricé con los piquetes de ex trabajadores de la empresa petrolera estatal que había sido privatizada. Inicie allí también una experiencia de seis años tratando a diario con comunidades originarias, expulsadas de sus territorios, sometidas a la marginalidad y a la indigencia. Mi contacto por mail con el grupo de curas en opción por las y los pobres, mi sintonía con los mensajes críticos y a la vez esperanzadores que publicaban, me abrieron camino a conocer y profundizar en la teología de la liberación , en sus teólogos y teólogas, que ponían en práctica aquella recomendación del obispo Angelelli para toda persona cristiana: escuchar bien, escuchar con atención, “ poniendo un oído en el pueblo, y el otro en el evangelio”, y obrar en consecuencia , contra las causas de las pobrezas, de las injusticias, y de la violencia”

Solidaridad con las hermanas Villalba

-¿-Cuales fueron los motivos que le impulso a incorporarse a la “Campaña Internacional de Solidaridad con la Familia Villalba” junto a otras organizaciones políticas y gremiales de la Argentina y de otros países?

“Nuevamente cito a don Helder Cámara, que advertía como la violencia de arriba-que la opinión publica no ve- engendra la violencia de abajo- que la opinión publica condena. Los líderes populares que se comprometen en serio con las causas de los pueblos, son perseguidos, incomprendidos, mal juzgados y hasta eliminados, corren la suerte de los profetas de la Biblia, la suerte del mismísimo Jesús, que no muere por voluntad de Dios, sino que lo asesinan por orden del poder imperial, económico y religioso de su tiempo. Mientras vivo en Bahía Blanca durante la pandemia, tuve noticia del asesinato de dos niñas argentinas en Paraguay y del reclamo del gobierno argentino al gobierno paraguayo por esos crímenes y no mucho más. Cuando vine a vivir otra vez al Gran Buenos Aires, en un barrio de Merlo, en febrero del 2023, me relacioné con organizaciones gremiales y de derechos humanos, que están participando de la campaña. Un día antes del 30 de noviembre de 2023 viajamos en colectivo una delegación humanitaria, desde Buenos Aires a Asunción(Paraguay), porque se cumplía en esa fecha los tres años de la desaparición forzada de Lichita Villalba, hija de Carmen Villalba, hecho que pasó a casi dos meses del asesinato de las niñas, Villalba también, crímenes protagonizados por personal de las Fuerzas de Tarea Conjunta del Estado paraguayo. Volviendo el 30 de noviembre del 2023 estuvimos acompañando un acto, y la marcha de unos 4km, que se hizo frente al Palacio de Justicia y luego frente al Ministerio Público. Un rato antes, sorteando algunas restricciones e impedimentos, gracias a mi condición de cura, tuve la oportunidad de visitar por primera vez a Carmen Villalba, mamá de Lichita, y a Francisca Andino, quienes estaban cumpliendo su condena en la cárcel de mujeres del Buen Pastor. Las dos habían integrado la agrupación política paraguaya “Patria Libre”; Carmen condenada por su participación en un secuestro en el 2001, Francisca condenada sin pruebas suficientes en el secuestro y posterior asesinato de Cecilia Cubas, hija del ex presidente paraguayo Raúl Cubas. Allí me enteré de la situación de hostigamiento intra carcelario, y de condena no solo jurídica sino también social-por cuenta de la prensa oficialista hegemónica-que sufrían Francisca y Carmen; siendo retenida esta última en prisión aun cuando el tiempo de su condena había terminado hace meses. También supe del asesinato del niño Néstor Alcides, de 12 años, hijo de Carmen, en Clorinda (provincia de Formosa) en 2010, que nunca se esclareció. Y de la detención –en un cuartel militar- de Laura Villalba, mamá, tía y testigo de las niñas asesinadas, capturada mientras escapaba de las Fuerzas de Tarea Conjunta. Conocer lo que no solo ellas sino también sus entornos familiares han sufrido y siguen sufriendo, hasta el colmo de tres asesinatos de niñeces y la desaparición forzada de otra menor, da cuenta de la crueldad, del ensañamiento y hostigamiento estatal sin límites, y como advertencia inequívoca a todo paraguayo y a toda paraguaya de lo que les espera si desafiáran, se rebeláran y se opusiéran a un gobierno que está al servicio del narco y del agro negocio”

En la cárcel de Minga Guazú se apunta al castigo

-Según publicaciones del diario Página 12 de la Argentina, usted visitó la cárcel de máxima seguridad de Minga Guazú. ¿Cuándo fueron esas visitas? ¿Con quienes pudo dialogar y en qué condiciones carcelarias estaban?

“Este año viaje en dos oportunidades desde Buenos Aires hasta la cárcel de Minga Guazú, la primera fue el 26 de marzo, y la segunda el 25 de junio. Minga Guazú esta a unos 20 kilómetros de ciudad del Este. En ambos casos, con antelación de más de una semana, pedí el permiso correspondiente a través del abogado defensor, una serie de formalidades y cuestiones administrativas que había que cumplir. En marzo pude hablar con tres de la veintena de presas en ese régimen de máxima seguridad, en el que sufren un encierro y aislamiento especial, que apunta al castigo sin miras a ningún proceso de reinserción social, que provee todo código penal. Pude hablar con Carmen Villalba, Laura Villalba y Francisca Andino, trasladadas a Minga Guazú, de manera intempestiva e injustificada. Con ellas tres se había inaugurado ese tipo de tortura prolongada, el 12 de octubre del año pasado, con un área para mujeres, improvisada dentro de un penal de varones. El 25 de junio, aunque había viajado hasta allí, cumpliendo los pasos administrativos previos, no me permitieron el ingreso”

-¿Y que le manifestaron ellas de su situación carcelaria?

“Lo que me manifestaron acerca de tratos crueles e inhumanos coincide con lo que después yo leí en los informes públicos de un organismo del estado paraguayo, el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), cuyos comisionados visitaron en dos oportunidades el penal de Minga Guazú, a fines de octubre 2024, al poco tiempo de haber llegado estas presas y después a fines de febrero del 2025.Cuando conversé con Carmen Villalba ella reclamaba un trato similar al trato que están recibiendo los varones dentro del penal de Máxima Seguridad. Y es que el machismo y la diferencia de genero se manifiestan también dentro del sistema carcelario. Me decía que no tienen asegurado el derecho al agua potable, en cada celda hay un grifo con agua salada, que no se puede tomar. Entonces cada vez que quieran tomar agua, la tienen que pedir hasta tres o cuatro veces y la reciben cuando el personal penitenciario lo decida; en cambio los varones tienen asegurados los dos litros diarios de agua en una botella de plástico. Otra cuestión que me manifestó Carmen es que cuando los familiares o allegados acercan comestibles o elementos de higiene permitidos a la portería de la prisión, los varones reciben en su celda la encomienda integra, sin embargo, a ellas no se les entrega la encomienda integra, sino por partes, y en la medida de lo que el personal penitenciario quiera. Hay muchas cosas que se acercan a la portería, pero después ellas no la reciben, por ejemplo, la leche, les llega vencida y nunca en la cantidad que se depositó”

“Después hablé con Laura Villalba, que me hablaba de la preocupación que tiene acerca de la salud mental como para resistir semejante condición de encierro, que es prácticamente de 24 x 7, solo 2 horas para ir a insolarse y traspirar a un patio de sol que llaman “gallinero”, adonde las conducen encapuchadas y engrilladas, sin poder moverse ni caminar, permanecen encadenadas a un barrote. Laura, de 40 años -10 menos que su hermana Carmen-muy preocupada por los treinta años que le aguardan para cumplir su condena, en una condición que el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, atendiendo a los tratados internacionales en materia de derechos humanos que el Paraguay ha suscrito y que tienen rango constitucional, lo califican como tortura. Y también tenía la sospecha de que en la escasa agua que le dan, puedan mezclarle alguna sustancia que cause deterioro a su salud neurológica”.

“Francisca Andino, la tercera con quien pude hablar sufre cosas parecidas, pero también agravadas por el descuido con la que tratan su salud, de mujer de 65 años, con artritis y artrosis que aumentan al no poder caminar en ningún momento del día ni de la semana, confinada 24 x7 en una estrecha celda, como las demás. Me comenta que son caracterizadas en el penal como revoltosas, porque después de pedir hasta tres o cuatro veces agua para beber, terminan por reclamar este derecho negado a gritos. En el caso de Francisca, me une particularmente la misma vocación, porque ella también ha sido varios años hermana franciscana. Salió de su congregación, para comprometerse aún más con el campesinado empobrecido y las comunidades originarias, para enfrentarse con la verdadera causa de la pobreza, muy ligada al poder económico que se valió de la dictadura y ahora, se sirve de una democracia meramente formal, para enriquecerse. Ya lo reconocía el papa Juan Pablo II que las mayorías empobrecidas así están porque las minorías ricas conquistan y saquean cada vez más. También él definía a la solidaridad no como un sentimiento de lastima ocasional, sino con la firme determinación de buscar erradicar las causas de la desigualdad. Con Francisca compartimos un mismo lenguaje, lo que admiro en ella es que, a pesar del encierro y aislamiento que las tortura, trata a voces de consolar y aliviar a otras mujeres más jóvenes, que han ido a parar allí, desde periferias urbanas adonde fueron arrinconadas sus familias campesinas, y allí empezaron a perder su libertad, esclavizadas por los consumos problemáticos que imponen los narcos poderes y negocios”

“Muy conmovido e indignado, cuando terminé de escucharlas, pedí ser recibido por el director de la cárcel, a quien le reclame y pedí explicaciones. A regañadientes, reconoció irregularidades y el mal resultado de este tipo de encierro y aislamiento, sin perspectivas de reinserción social, pero insistiendo en que cumple órdenes del Ministerio de Justicia, y también en que ellas debieran “colaborar”. Esto es, desde mi punto de vista, entregarse a toda vejación a su dignidad humana. Esto último es lo que pasó los primeros días de mayo, durante el control rutinario celda por celda, varias veces al día, en el que deben salir esposadas y encapuchadas, sin poder observar el procedimiento, y con posibilidad que algún funcionario le “plante” algo que las perjudique. En una ocasión obligaron a Laura y a Carmen a abrir sus piernas; ante la negativa, las forzaron y manosearon. Por esa “falta de colaboración”, “resistencia a la autoridad”, las castigaron con prohibición de visita por un mes, sin que su abogado haya podido acceder aun al registro escrito de esa sanción. A partir de ese momento un nuevo director del penal esgrimió las restricciones a comunicación y visita que impone la Resolución 170/2024 del Ministerio de Justicia. De hecho, la prohibición de visitas se extendió indefinidamente, y por ese motivo caprichoso y arbitrario, ni yo ni otros miembros de la Campaña de Solidaridad, pudimos traspasar ya más las rejas de Minga Guazú”

“La Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina denunció todo”

-La Gremial de Abogadas y Abogados de Argentina denunció al estado paraguayo por violación de los derechos humanos, por los crímenes contra las menores Villalba, y por la situación judicial irregular de las presas mencionadas, ante organismos internacionales. ¿Cuáles fueron las medidas concretas tomadas.?

“Sí, sí. La Gremial viene cumpliendo una tarea muy valiosa de reclamos legales ante distintas instancias, particularmente desde que acompaño a Anita y Tania, las dos nenas Villalba sobrevivientes de la redada orquestada por las Fuerzas de Tarea Conjunta, que fusilaron a Lilian y María del Carmen. Ellas, a los pocos días del hecho, fueron a declarar ante autoridades argentinas y ante el Comité por los Derechos del Niño de la ONU, como testigos presenciales del infanticidio. El trabajo perseverante consiguió que dicho comité recientemente se expidiera en estos términos: ‘El Comité considera que el Estado paraguayo es responsable de graves violaciones de los derechos enunciados en la Convención de los Derechos del niño, puesto que no cumplió con sus obligaciones de respetar, proteger y hacer efectivo el derecho a la vida de las dos niñas’ ‘En particular, el Estado paraguayo es responsable de: a) una violación del artículo 6, párrafo 1, debido a la privación arbitraria de la vida de Lilian Mariana Villalba y María Carmen Villalba; b) una violación del artículo 4, ya que no se investigó debidamente las muertes, lo cual acarreo una carencia de información exhaustiva sobre la causa, la forma y las circunstancias de la muerte de las niñas’. Sé que hay otros reclamos de Naciones Unidas en curso, en relación con la desaparición forzada de Lichita, además de la situación judicial y de privación de la libertad que sufren Francisca, Laura y Carmen”

-¿Que les pide usted a las autoridades competentes paraguayas en relación a la grave violación a sus derechos humanos que están sufriendo estas mujeres y otras reclusas y reclusos en Paraguay, en especial los que están en la cárcel de Minga Guazú, y en otros penales con ese régimen especial de tortura?

“Te mencioné anteriormente la vigencia de la Resolución 170/2024 del Ministerio de Justicia paraguayo y los tres informes que produjo el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura del mismo Estado paraguayo, a partir de sus dos visitas recientes a Minga Guazú. Allí comprobaron que la aplicación de esa Resolución, sumada a la arbitrariedad y falta de control del personal penitenciario, ha generado un régimen de tortura. Estos informes oficiales usan esta palabra sin eufemismos, según los estándares del Derecho Internacional, y concluyen con propuestas y recomendaciones, que las instituciones y autoridades competentes están obligadas a prestar total colaboración y cumplir. Con lo cual, entiendo que el espíritu de la ley 428 por la cual se creó ese Mecanismo de Prevención en 2011 impulsa mucho más que recomendaciones, opcionales a cumplir o no. Entonces, reclamo al Estado paraguayo, a su Ministerio de Justicia, que, ni más ni menos, se ponga a derecho, que modifique la Resolución N° 170/2024 adecuándola a los estándares internacionales de derechos humanos; que cesen inmediatamente las distintas condiciones de tortura a la población carcelaria, que depongan la voluntad de amedrentar hasta pretender quebrar la salud psíquica de Laura, Francisca y Carmen. Que el Estado asuma la responsabilidad efectiva de garantizar la salud de todos los presos y de todas las presas. El Mecanismo de Prevención constató que el abandono de dicha responsabilidad también es tortura. El reciente 22 de julio ha solicitado públicamente declarar la emergencia sanitaria nacional en todos los centros penitenciarios, a raíz del aumento de casos de tuberculosis, por falta de detección temprana y acceso a los servicios de salud, déficit de personal e insumos; y subraya que el impacto más severo por las condiciones de vida insalubres y degradantes, de exclusión y discriminación cae sobre mujeres, personas indígenas, adultas mayores y personas LGTBIQ”

“Toda reglamentación penitenciaria legal debe cumplir con los tres fines esenciales de las penas privativas de libertad: la protección de la sociedad, la rehabilitación y la reinserción social. La Resolución 170 configura un sistema punitivo extremo, que no cumple con ninguno de esos fines, y va en contra del Código de Ejecución penal paraguayo que consagra principios como el respeto a la dignidad humana, la proporcionalidad, la legalidad y la prohibición expresa de la tortura”

- ¿Cómo ve la situación política, económica, social y cultural de Latinoamérica, en especial de Argentina y Paraguay?

“Muy compleja. Seguimos siendo parte del continente más desigual del planeta. Los gobiernos democráticos populares que hemos tenido, Néstor Kirchner y Cristina Fernández aquí entre 2003 y 2015, Fernando Lugo entre 2008 y 2012 en Paraguay, no pudieron asegurar su continuidad, impedidos por mentirosas guerras judiciales que, en nombre de una supuesta cruzada contra la corrupción lograron imponer condenas por parte del poder republicano con rémora aristocrática, que en gran medida es aun el Poder Judicial. Esta imposición de los intereses de las oligarquías autóctonas y del poder financiero internacional cuenta, lamentablemente, con respaldo de porcentajes importantes de nuestros electorados , gracias a la influencia capilar izada de las empresas hegemónicas de la comunicación y de las redes sociales, que inoculan los virus del individualismo indiferente e insolidario, del “cuentapropismo”, del sálvese quien pueda, contra el “ nadie se salva solo” del papa Francisco, derecho internacional insultado por nuestro actual presidente Milei y falsamente reconocido después de muerto. Caminamos, a nivel mundial, por la “cornisa” de la degradación humana, que en la medida en que no nos opongamos cada vez con mas valentía, coraje, decisión, al sufrimiento cruel y prolongado que causa el Dios dinero y sus pocos, pero muy poderosos adoradores, sobre tantísimos pueblos víctimas de injusticias y violencias encubiertas, y también a plena luz de día, como por ejemplo el genocidio del pueblo palestino en Gaza. Pero tampoco somos pocos ni pocss los que damos la batalla cultural de seguir soñando y construyendo “otro mundo posible”, sosteniendo una esperanza activa que no defrauda hoy ni mañana, en el mejor amor, el “amor político”. Amor que es cuidado, y respeto sagrados, lucha pacífica y promoción de la dignidad del ser humano y de nuestra Casa Común, “nuestra hermana y madre Tierra”.

*Foto de Portada: Gentileza de Campaña Internacional de Solidaridad con la Familia Villalba

*Foto 2 : Gentileza de Andrea Bodoira

*Foto 3 y 4: Gentileza de Campaña Internacional de Solidaridad con la Familia Villalba