Domingo 10 Noviembre 2024
pachecoPor Jean Georges Almendras-29 de abril de 2016

Lo emboscaron frente a su casa en Taxco de Alarcón, al norte de México.

Lo balearon, los cobardes de siempre y  fue en la madrugada del lunes 25 de abril de 2016.

Ráfagas de plomo cayeron sobre el cuerpo del periodista mexicano Francisco Pacheco Beltrán, de 55 años de edad. Ni médicos, ni todos los socorros que convergieron al lugar evitaron que la muerte se lo llevara.

El  crimen organizado de México nos arrebató a un colega. A otro de los nuestros, que solo por el hecho de ejercer su derecho a expresarse en libertad, como única arma en una democracia mexicana averiada, no cabe duda que resultó ser muy peligroso para quienes detrás de las sombras manejan los piolines de la  ilegalidad. Esa constante ilegalidad que va minando el alma de un pueblo y que está sitiándonos en todas partes del mundo.

Todo el periodismo Mexicano llora su muerte. Con rabia, porque la impotencia ya ha sido agotada, y desgraciadamente la impunidad ha ganado una nueva pulseada.

En los últimos 15 años los periodistas asesinados en México han sido 103. Ahora suman 104. Sin contar que hay 25 desaparecidos.

Desde un sitio web mexicano se titula: “La libertad asesinada”. Es el sentimiento de un colega de nombre Armando Rojas Arévalo. Coincidimos

Y que vivamos  muy lejos de México esa circunstancia no debe justificar  nuestra indiferencia, que la hay. Y eso duele tanto como el proyectil que rasga las carnes cuando mata.

Los hombres y las mujeres que escriben, que hablan, que denuncian  y que acusan al poder y al crimen organizado en radio o en televisión, en México (o en otro país del planeta), viven bajo presión extrema. ¿Por qué? Nos dicen los mexicanos,  porque  la Ley para proteger a los periodistas adolece de debilidad y la impunidad que rodea a quienes son dueños se ha fortalecido en extremo.

Panorama cruel para nuestra profesión.  En México,  en Ecuador y Nicaragua, el pasado 2015,  la caída de la libertad de expresión ha sido estrepitosa. Diría yo, criminal.

Las organizaciones que defienden la libertad de prensa en el mundo advierten  (y coinciden) que México es uno de los lugares más peligrosos del mundo para los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación·. Y lo más grave: que frecuentemente las autoridades mexicanas son reacias a aceptar que los ataques o amenazas contra mujeres periodistas, que pueden incluir violencia sexual, estén relacionadas con su trabajo.

Las voces  de repudio tras este nuevo asesinato se extendieron por el mundo. Por ejemplo, Irina Bokova, directora de la Unesco  ha dicho que este crimen  socava la capacidad de los medios de llevar adelante su trabajo y limita el acceso público a la información.

pacheco2¿Por qué matan a los periodistas en México? ¿Quiénes ordenan la muerte de los asesinatos, en México?.Algunas cifras se han dado a conocer a modo de respuesta: en un 73% de los asesinatos estuvieron involucrados grupos  criminales;  en un 8% militares;  en un 4% oficiales gubernamentales; en un 8% residentes locales.

¿Dónde en México son más frecuentes los asesinatos de periodistas?. Las dolorosas estadísticas de muerte de colegas nos dicen que las ciudades donde más se han cometido estos crímenes son las siguientes: Veracruz, Chiuaua , Tamaulipas, Guerrero, Sinaloa,  Oaxca, Durango, Distrito Federal, Estado de México, Michoacán, Nuevo León, Sonora, Cohauila, Jalisco, Puebla, baja California, Chiapas, Morelos, Quinta Roo, Tabasco.

Las autoridades mexicanas no cesan de aportar públicamente detalles del crimen de Pacheco, con la visión policíaca de turno. Las autoridades mexicanas brindan su versión de los hechos,  con todos los matices y ópticas a gusto y gana. Las autoridades mexicanas dan a conocer los mayores pormenores periciales del atentado a Francisco Pacheco. Las autoridades mexicanas emiten comunicados anunciando investigaciones. Las autoridades mexicanas abundan en especulaciones dirigidas a aclarar el crimen. Las autoridades mexicanas dicen estar presentes.  Se dicen servidores del orden, cuando en realidad son servidores del desorden.

Las autoridades mexicanas presentes están. ¿Pero podrán las autoridades mexicanas dar a los mexicanos  la confianza –mínima si acaso- para creer en las investigaciones que están en curso, para dar con los asesinos materiales e ideológicos del crimen del colega? ¿Podrán las autoridades mexicanas manejarse con la transparencia necesaria como para poder recuperar  la credibilidad  entre la población, en lo que a investigaciones criminales se refiere? ¿Podrán las autoridades mexicanas transitar por el buen camino de la transparencia, para fortalecer la lucha contra la impunidad reinante en las ciudades donde se cometieron asesinatos de periodistas y trabajadores de la comunicación?. Quiero creer que sí, que podrán, pero sinceramente lo dudo.

Cada crimen que se comete. Cada noticia de muerte de un periodista en el mundo se transforma en una manifestación expresa de la impunidad reinante. Una impunidad  perversa en demasía. Una impunidad maldita.

*Foto de Portada: www.elsalvador.com
*Foto inferior: www.entornointeligente.com