Por Redacción de Antimafia Dos Mil de Montevideo. Uruguay
“Brillo en cautiverio, cuando el buen arte teatral sensibiliza para no olvidar” así titulábamos en el mes de agosto de este 2013 refiriéndonos a la obra teatral “Brillo en cautiverio” del joven actor y director de teatro uruguayo Christian Almendras. Oportunamente fue presentada en el ámbito montevideano participando de la Movida Joven 2012, organizada por la Intendencia Municipal de Montevideo. Cuatro meses después, en el rubro “Encuentro de Teatro Joven” (en su edición número 23) la obra resultó premiada, correspondiendo la distinción al grupo teatral El Sótano. Todo un éxito para el joven autor a quien además se le otorgaron dos menciones: Mejor dramaturgia y Mejor dirección, por la misma obra. Acertadas y merecidas fueron estas distinciones, aspecto que desde la redacción de Uruguay de Antimafia Dos Mil y de Italia, queremos destacar y subrayar sin duda alguna, tomando muy en cuenta que el texto, su puesta en escena y la actuación fueron el fruto de la sensibilidad y el talento de Almendras y de un grupo de jóvenes, armonizando en ideales y con la fresca disponibilidad para encarar sobre las tablas uno de los fragmentos más trágicos y dramáticos de la dictadura uruguaya.
Coherente con una línea comprometida con la lucha contra la dictadura de su país natal, aunque situado a distancia de aquellos tormentosos días del año 73, Christian Almendras no halló mejor forma de expresarse apelando a la historia del maestro y periodista Julio Castro, secuestrado por las fuerzas represivas el 1ero de agosto de 1977 en la zona de la Avenida Rivera y la calle Francisco Llambí , en Montevideo, y dado como desaparecido hasta el día 21 de octubre de 2011, momento en que se hallaron sus restos óseos en terrenos de una unidad militar de la zona de Toledo, lo que permitió saber que lapso después del secuestro había sido torturado y finalmente asesinado de un balazo , arrojándose su cadáver a una fosa cavada en el predio militar, sin imaginar –por parte de sus secuestradores y asesinos- que 34 años después la verdad de ese crimen saldría a la luz pública, en tiempos de democracia.
Una entrevista. Un interrogatorio. Dos historias que se unen para tener memoria. Cuatro personajes sobre el escenario del teatro Sala Verdi de la ciudad de Montevideo dieron vida al padecimiento de Julio Castro en cautiverio, y en consecuencia a su muerte, y en consecuencia a su entorno. Cuatro interpretaciones –incluida la del mismo Christian Almendras- perfectamente complementadas y orientadas a conocer la historia del docente y periodista, marcaron el tenor y la calidad de la obra, en una muestra teatral donde los títulos y los trabajos actorales presentaban múltiples variantes y facetas.
El grupo teatral El Sótano, con “Brillo en cautiverio” alcanzó a lograr el principal cometido: sensibilizar a la platea, “para tener memoria”. Pero además el grupo fue más allá, porque el jurado de la Muestra Teatral de la Movida Joven consideró que debía ser premiado.
A propósito de los fallos, el jurado integrado por Liliana Enciso y Alejandro Martínez, dio a conocer que se habían otorgado cinco premios iguales, de diez mil pesos cada uno especificando además:” Como jurado de este 23° Encuentro de Teatro Joven, pudimos experimentar la importancia de la existencia de un espacio donde los jóvenes puedan expresarse y desarrollarse como individuos pertenecientes a la cultura. Nos llamó poderosamente la atención el abanico de propuestas muy diversas y muy creativas, todas con un denominador común: la creatividad, el compromiso, la entrega y la dedicación. Creemos que es muy bueno que los grupos hayan podido realizar sus representaciones en una sala teatral del circuito montevideano para vivir el desafió de montar un espectáculo tal cual lo hacen los profesionales de nuestro medio. Es de destacar la organización del evento que siempre estuvo atenta a nuestras necesidades y a las de la Movida Joven, e hizo posible que todas las etapas se hayan desarrollado correctamente. Agradecemos la invitación realizada para formar parte de este jurado. Ojalá el Encuentro sea el disparador para la formación de futuros artistas profesionales.”
De acuerdo a la información oficial de la Movida Joven, las menciones fueron las siguientes: Mejor Vestuario: Grupo Tiva; Agustina Lavanca, Lorena Maneiro y Ana Clara Riñón, de Los Sobrevivientes de Goldstein; Mejor Elenco: La Pamplona y Dúo Deno; Mejor Dramaturgia: Mariana Maeso, de Desequilibrio teatro, por “Lo exquisito de encontrarnos a cada tanto”; Christian Almendras, de grupo teatral El Sótano, por “Brillo en cautiverio”; Mejor Dirección : Mariana Maeso, de Desequilibrio teatro; Christian Almendras, de grupo teatral El Sótano y Fabricio Speranza, de Taller Arteatro; Mejor actriz: Andrea Olivera, de Desequilibrio teatro y Victoria González de La Gota Gorda; Mejor actor: Anselmo Hernández, de la Tuerta Teatro.
En cuanto a los premios, fueron los siguientes: “Helado de Menta”, grupo Criaturas; “75 puñaladas”, grupo Los Sobrevivientes de Goldstein; “Brillo en cautiverio”, grupo teatral El Sótano; “El charco de los gansos”, de Maldito Pallatzo y “Frontera Peligrosa” de Taller Arteatro.
Quizás como una ironía del destino, o quizás como una muy significativa secuencia de la vida misma, ese día 9 de diciembre se registraban en Montevideo dos eventos, unidos en género pero muy diferentes entre sí: por un lado, en el salón Azul de la Intendencia de Montevideo se entregaban los premios de la Movida Joven, edición 2013, y por el otro lado, en la sala Alfredo Zitarrosa (y a la misma hora, y distante solo a cinco cuadras de allí, sobre la Avenida 18 de julio) se entregaban los premios Florencio Sánchez, para la gente de teatro, a nivel nacional. Este último acontecimiento, por cierto, mereció la amplia cobertura por parte de la gran prensa capitalina; el segundo acontecimiento, por cierto, que no corrió con igual suerte, lo que demuestra que aún se deben derribar algunos muros en la sociedad uruguaya, para que los jóvenes sigan y hagan su camino al andar. La Movida Joven, de la Intendencia Municipal de Montevideo, viene desde hace tiempo abriéndoles ese camino a los jóvenes de hoy, y esto lo queremos recalcar, y valorar, porque al final de cuentas, estos jóvenes son las piernas, el cuerpo y el alma del Uruguay del mañana. Entonces, siguiendo el ejemplo de la Movida Joven, apostemos siempre a los jóvenes, y sin titubear, porque como decían anteriormente los jurados Liliana Enciso y Alejandro Martínez: “Ojalá el Encuentro sea el disparador para la formación de futuros artistas profesionales”. Lo veremos en unos pocos años, estamos seguros.
Resumiendo ,vayan desde este sitio web, nuestros mejores augurios para Christian Almendras y el resto de los integrantes de El Sótano: Mateo Altez, Matias Albarricini y Merlina Machado, no exclusivamente por los resultados de la muestra, que de hecho contribuyen plenamente a su respectivo crecimiento humano y profesional, sino en particular por el valioso aporte dado a la sociedad uruguaya, a través del arte teatral, para que la memoria, ante los hechos de tiempos de dictadura, no se transforme en letra muerta, sino mas bien, que sea por siempre una obra viva, para mantener en la conciencia de las generaciones, la lucha eterna para que esos atropellos a los derechos humanos, a la democracia y a las libertades no se vuelvan a repetir.