"Se invitó a gente que convive con ambientes mafiosos"

Por AMDuemila-12 de noviembre de 2022

Alfredo Morvillo, hermano de Francesca Morvillo, magistrada asesinada junto a su esposo Giovanni Falcone en la masacre de Capaci, no asistirá hoy a la jornada final para las conmemoraciones del trigésimo aniversario de las masacres mafiosas. Morvillo, exfiscal de Trapani con una carrera en la judicatura de 40 años (retirado hace dos), ha decidido no asistir ni a la sala búnker, que llevará el nombre de Falcone y Borsellino, en presencia del jefe de Estado, Sergio Mattarella (16 hs), ni al Teatro Massimo donde esta noche se celebra el Réquiem por las víctimas de la mafia.

"En un día solemnemente dedicado a Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, no podemos aceptar compartir este momento con personajes, inevitablemente invitados, que no tienen nada que ver con nuestros amados e inolvidables jueces", dijo ayer Morvillo a Adnkronos. "Personajes que, desde la altura de sus responsabilidades institucionales, no dejen de enviar a la ciudadanía mensajes de convivencia pacífica con ambientes notoriamente mafiosos, reconociendo plena legitimidad ética y social a las personas que han concertado acuerdos con la mafia, pisoteando así la memoria de quienes dieron su vida por la lucha contra la mafia", concluyó el hermano de Francesca Morvillo.

En junio pasado, con vistas a las elecciones municipales, el ex fiscal de Trapani había dado la voz de alarma sobre algunas figuras políticas condenadas por hechos mafiosos, como Totò Cuffaro y Marcello Dell'Utri, que habían apoyado al candidato, entonces electo, Roberto Lagalla. Y al candidato regional Renato Schifani, quien luego ganó las elecciones.

"Nadie le niega el derecho a Cuffaro a seguir viviendo y haciendo lo que quiera, por el amor de Dios, cumplió su condena y nadie dice que deba volver a la cárcel. El problema no es él, son los demás, los que lo cortejan y lo siguen", dijo el exmagistrado respondiendo a Cuffaro que había dicho: "Creo que tengo el derecho, constitucionalmente reconocido, y quizás también el deber de vivir mi vida como un ciudadano libre y cultivar mi compromiso político y social después de haber pagado mis errores con gran sufrimiento".

El problema, según Morvillo, "es que hay una parte de Palermo que le hace un guiño olvidándose de lo que representa", es decir, "una persona que ha sido condenada por complicidad con la mafia". En definitiva, "él tiene derecho a hacer lo que quiera", son los otros los que, sabiendo de su condena "siguen buscándolo", en una ciudad "en la que en estos días se habla de gente que sacrificó su vida para oponerse a esos ambientes -concluyó diciendo- y este señor fue condenado por favorecerlos".

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*Foto de portada: © Foto Deb