El exfiscal de Palermo:

"En vía D'Amelio se cierra la reconstrucción que involucra a aparatos desviados del Estado"

Por Luca Grossi-9 agosto de 2022

La motivación de la sentencia podría ser "leída como una legitimación y un viático para dialogar con la mafia, para 'convivir' con ella siempre y cuando modere su agresividad volviéndose silenciosa". Una especie de relegitimación y justificación de la "convivencia entre Estado y mafia, de secretas transacciones entre Estado legal y Estado oculto, de remociones y amnistías permanentes mediante una amnesia colectiva".

Este fue el duro análisis que expuso el ex fiscal general de Palermo, Roberto Scarpinato, desde las columnas de 'Il Fatto Quotidiano', reiterando las palabras de su colega y consejero togado del CSM (Consejo Superior de la Magistratura), Nino Di Matteo.

En el contexto de esta historia, las columnas del antiguo régimen fueron restauradas: "personajes condenados por connivencia con la mafia" (Marcello Dell'Utri, ndr) han regresado al campo de la política; "en las salas del Senado se celebra la memoria de los jefes de los servicios secretos – como el general Gianadelio Maletti – condenados por el desvío de las investigaciones en Piazza Fontana; se normaliza la cultura del silencio al justificar como motivación éticamente compartible la elección de los mafiosos irreductibles autores de las masacres de no colaborar con el Estado; con la reforma de la cadena perpetua obstativa se autoriza la salida de los mismos de la cárcel, aun en ausencia de colaboración, sólo solo con la condición de que demuestren que han depuesto las armas y se han desvinculado definitivamente de la mafia; se aprueban a repetición leyes que atrasan el reloj de la historia a principios de 1900, restableciendo el triunfo de la jerarquía en la magistratura. Leyes que crean una magistratura alta y una baja y exaltan la figura de los jefes superiores con el fin de garantizar que los magistrados subordinados eliminen rápidamente el mayor número de procesos y no desperdicien recursos y tiempo en investigaciones complejas, de alto nivel riesgo y resultado incierto, como los delitos de los funcionarios de cuello blando y los del poder". Ante esto, es legítimo preguntarse: ¿por qué Estado murieron Falcone y Borsellino y por qué Estado se llevó a cabo la Tratativa? "El Estado que desvió tantas investigaciones sobre las masacres, desde Portella della Ginestra a Peteano, Milán, Brescia, Bolonia, hasta llegar a las del 1992-'93, o el Estado en el cual se reconoce esa parte de Italia que no quiere resignarse a convivir con los poderes criminales. Este fue en el pasado y sigue siendo para el futuro el punto político crucial de nuestro país y una de las incógnitas más inquietantes del futuro de nuestra democracia".

"El juego de prestidigitación probatoria por sustracción"

En las motivaciones de la sentencia de apelación del proceso de la Tratativa Estado-Mafia, no se gastó una sola línea en la sustracción de la agenda roja de Paolo Borsellino por parte de "hombres del aparato institucional"; "sobre la inducción forzada a Scarantino para que haga declaraciones falsas; sobre la presencia, revelada por Spatuzza, de una persona ajena a Cosa Nostra en el momento crucial de la carga de explosivos en el Fiat 126; sobre los 'infiltrados policiales' que Franca Castellese, el 14 de diciembre de 1993, le rogó a su marido Mario Santo Di Matteo que no mencionara a los magistrados, después de que su hijo Giuseppe hubiera sido secuestrado como consecuencia de su colaboración con la justicia; sobre las comprobadas y vivas preocupaciones de Borsellino hacia los hombres del SISDE; sobre el asesinato ordenado por Riina -en los mismos días de la masacre- del jefe mafioso de Alcamo, Vicenzo Milazzo, quien se había negado a sumarse a la estrategia de masacres, declinando tres veces las solicitudes recibidas de hombres del servicio secreto con los que se había reunido en presencia de un cuello blanco que fue identificado". Además, el Tribunal no se preguntó "por qué la DIA (Dirección de Investigaciones Antimafia), el cuerpo inter policial especializado en la mafia, creado por impulso decisivo de Falcone y dirigido por De Gennaro, amigo de Falcone y Borsellino que confiaban en él, fue inesperadamente excluido por la Fiscalía de Caltanissetta de las investigaciones sobre la masacre, favoreciendo en cambio, con un golpe de mano, al SISDE (Servicio de Inteligencia y Seguridad Democrática) de Bruno Contrada y Arnaldo La Barbera, otro sujeto relacionado al SISDE, con los resultados conocidos que condujeron en una dirección completamente diferente".

Roberto Scarpinato, leemos en el 'Fatto Quotidiano', explicó que tales omisiones argumentativas, imposibilitan de raíz "cualquier posibilidad de reconstruir las razones de la aceleración de la masacre que involucran a aparatos de Estado desviados". En pocas palabras si excluimos "que la aceleración estuvo determinada por el peligro de que Borsellino entorpeciera el resultado exitoso de la tratativa, queda como única alternativa residual el interés de Borsellino en el tema de las licitaciones de la mafia". Un verdadero "truco probatorio de prestidigitación por sustracción" mediante el cual se corta y se deja implícitamente fuera de escena "la posible complicidad de los funcionarios estatales", reduciendo a la "masacre de vía D'Amelio" a un mero acto contingente a los "intereses económicos de Riina y algunos funcionarios de cuello blanco".

Pero los esqueletos del armario del Estado, siguen estando ahí.

"Esqueletos que explican -prosigue Scarpinato- por qué las intervenciones de sujetos externos atraviesan ininterrumpidamente toda la secuencia de masacres, desde Capaci en mayo del '92 hasta las masacres del '93 en el continente, como surge de una pluralidad de evidencias y como informó la DIA en el '93, con un informe en el que se dice que 'detrás de las masacres hay un agregado de tipo horizontal, en la que cada uno de los componentes es portador de intereses particulares, perseguibles en el contexto de un proyecto más complejo en el que confluyen diferentes propósitos; y que detrás de los perpetradores de la mafia hay mentes dotadas de familiaridad con la dinámica del terrorismo y los mecanismos de comunicación de masas, así como con la capacidad de sondear los círculos políticos e interpretar sus señales'".

"Esqueletos que explican también el perfecto sincronismo operativo entre los mafiosos que hicieron detonar el coche bomba y la inmediata aparición en escena de miembros de aparatos institucionales que, gracias a su supuesto accionar insospechable, pudieron hacer desaparecer la agenda roja y así completar la obra. No bastaba con matar a Borsellino: si su agenda roja hubiera acabado en manos de los magistrados, el propósito de su repentina eliminación se habría frustrado. Y es claro que la agenda roja no fue robada para proteger a los mafiosos ejecutores de la masacre, sino a sus cómplices externos".

¿Por qué estos argumentos no aparecen en las 2971 páginas de los fundamentos de la sentencia de apelación?

También deberíamos preguntarnos por qué los magistrados (como Nino Di Matteo o Giuseppe Lombardo, ndr) que intentaron aclarar estos puntos, especialmente el de "complicidad de sujetos externos a las masacres de 1992-93", fueron "excluidos y marginados de diversas formas, algunos fueron sometidos a investigaciones disciplinarias y hasta penales y otros fueron puestos en el punto de mira de prolongadas campañas de deslegitimación".

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*Fuente: ilfattoquotidiano.it

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*Foto de portada: © Paolo Bassani