En Villa Filippina las palabras de Scarpinato, Gratteri, Ingroia, Repici, Bongiovanni y Lodato
 
Por AMDuemila-19 de julio de 2022

"En vía D'Amelio, en 1992, no hubo un atentado, sino una verdadera masacre de Estado". Es unánime la opinión del exfiscal general de Palermo, Roberto Scarpinato, del exfiscal y hoy abogado, Antonio Ingroia, de Fabio Repici, abogado de Salvatore Borsellino y de varios familiares de las víctimas de la mafia, y del director de ANTIMAFIA Duemila, Giorgio Bongiovanni, quienes hablaron ayer en Villa Filippina con motivo del debate "Asesinados, Traicionados, Olvidados. 57 días después de Falcone: Paolo Borsellino" organizado con motivo del 30º aniversario de la masacre de vía D'Amelio.

Sin duda, fue una oportunidad para recordar a Paolo Borsellino y a los agentes de su custodia Agostino Catalano, Vincenzo Li Muli, Eddie Walter Cosina, Emanuela Loi y Claudio Traina, pero también para hacer un balance de lo sucedido en estos treinta años transcurridos desde aquel terrible 1992.

Y muchos, especialmente los jóvenes que llegaron a Villa Filippina siguiendo la marcha que partió de Piazza Magione, quisieron estar presentes en este evento donde las palabras estuvieron acompañadas de imágenes y arte, con la presencia de Sonia Bongiovanni que leyó el artículo de Saverio Lodato titulado "Convirtieron a la masacre de vía D'Amelio en una historia de policías y ladrones".

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Hay que ser "herejes" al buscar la verdad

Se abrió la velada con la emocionante e intensa intervención del subdirector de ANTIMAFIA Duemila, Lorenzo Baldo, quien, recordando las palabras pronunciadas hace unos años por Don Ciotti ("¡Sean herejes! Herejía viene del griego y significa elección. Hereje es la persona que elige y, en este sentido, es quien más que la verdad ama buscar la verdad”), hizo una fotografía del tiempo que estamos viviendo. Hoy "es un hereje el que afirma que el envío de armas a Ucrania por parte de nuestro gobierno es una profanación del artículo 11 de la Constitución. Que nos conducirá hacia una posible guerra mundial. Es un hereje el que pide la libertad de Julian Assange, 'culpable' de haber denunciado los crímenes del imperio americano y que hizo del periodismo un compromiso civil. Y son herejes los que acusan a nuestro gobierno de ser débil al pedir justicia para Giulio Regeni y de haber abandonado la lucha contra la mafia".

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Y continuó diciendo: "Es un hereje el que define al atentado de via d'Amelio como 'una masacre del Estado' y se dio cuenta cuán estrechamente vinculada está a las tratativas entre el Estado y la mafia. Es un hereje el que sigue buscando la verdad de esas tratativas. O el que invoca el derecho a la verdad. Así como los que dicen que la agenda roja de Paolo Borsellino está en manos de hombres del Estado. Y es un hereje el que tiene el coraje de decir, con los datos en la mano, que Nino Di Matteo no tiene nada que ver con el desvío de vía D'Amelio y que, en cambio, fue uno de los pocos que comprometió su propia existencia para seguir buscando la verdad". "Es un hereje el que tiene el coraje de decir que Attilio Manca es una de las víctimas de la Tratativa Estado-mafia detrás de la cual están los autores intelectuales externos a Cosa Nostra de las masacres del '92 y '93. Esos autores intelectuales que investiga la fiscalía de Florencia para arrojar luz sobre las sombras que permanecen sobre Dell'Utri y Berlusconi. Hereje es cualquiera que tenga el coraje de denunciar la infame reforma de Cartabia que, nos guste o no, cumple los deseos de Cosa Nostra".

"Y en este punto, también la Comisión Europea puede ser definida como hereje, ya que hace muy poco rechazó enérgicamente la reforma de Cartabia en el Informe sobre el Estado de Derecho 2022".

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"Es un hereje el que sigue luchando contra la mafia y contra toda forma de injusticia, para defender los derechos de todos, empezando por el del trabajo – prosiguió- aun cuando este último fue pisoteado por nuestro propio gobierno a través de innobles imposiciones. Y es hereje el que sigue amando, aunque haya sido traicionado o engañado y sepa que va al encuentro de su destino, como el que lucha cada día con una cruz al hombro y una sonrisa en los labios. Como los familiares de las víctimas de la mafia que invocan el derecho a la verdad y los testigos de justicia".

"Y todos esos jóvenes -que vuelven a estar aquí esta noche- son herejes que se rebelan contra la anestesia total que les impone un sistema de poder que quiere extinguir sus conciencias y su espíritu crítico".

"Esos jóvenes a los que una mujer extraordinaria, como Letizia Battaglia, amó con todo su ser. El vacío que dejó Letizia es inmenso. Pero igualmente inmenso es su ejemplo de vida que nos exige seguir poniendo todo de nuestra parte por un mundo más humano, apoyando a los justos, a los que buscan la verdad: a los herejes. Porque como dijo Don Ciotti: 'Hereje es el que se rebela contra el sueño de la conciencia, el que no se resigna a las injusticias. Que no piensa que la pobreza es una fatalidad. Un hereje es alguien que no cede a la tentación del cinismo y la indiferencia. Hereje es el que tiene el coraje de tener más coraje'".

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Bongiovanni: "Hay que estar cerca de los magistrados que intentan desenmascarar a los autores intelectuales externos"

Volviendo la mirada a 1992, al aislamiento y a la deslegitimación que sufrieron Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, para que la historia no se repita, el director de ANTIMAFIA Duemila, Giorgio Bongiovanni, recordó que hoy hay "magistrados que arriesgan la vida". Magistrados que "podrían asumir en la actualidad y en el futuro un poder, ya sea político o judicial, como el de entrar por la fuerza en ese lugar oscuro que estos magistrados han buscado iluminar, para encender una luz y desenmascarar a los autores intelectuales externos". Bongiovanni denunció que el artículo 15, inciso 1, previsto en la reforma del CSM (Consejo Superior de la Magistratura), "establece que, durante 6 años, el consejero que deja el CSM no puede presentarse a elecciones políticas de ningún tipo. Dentro del actual CSM hay magistrados que lo integran, entre ellos Nino Di Matteo y Sebastiano Ardita. Entonces, por ejemplo, si Nino Di Matteo quisiera presentarse a las elecciones del próximo año, no puede hacerlo. Es decir, es inconstitucional".

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A continuación, el director invitó a los numerosos presentes a pedir enérgicamente a la Consulta que "intervenga en este acto inconstitucional de la ministra y del actual gobierno, contra un solo magistrado. Una ley preventiva en su contra, porque él, junto a otros magistrados, es quien investigó el tema de la Agenda Roja, a los autores intelectuales externos y a la Tratativa Estado-mafia. Y temen el poder que podría tener ya sea como fiscal o como ministro. Este -añadió- es el gobierno del Estado-mafia, y si seguimos así volveremos otra vez a un régimen fascista. Están organizando todo para hacernos esclavos y convertir a este Estado en fascista. Otra que secretos de Estado. Defendamos a los magistrados que aún resisten y que buscan la verdad por medio de la protesta social. Y protestemos contra este gobierno que no solo no lucha contra la mafia, sino que tampoco quiere la verdad sobre los autores intelectuales externos. Porque este es un gobierno como todos los demás, al que yo defino como un Estado-mafia". Finalmente, como un inciso, reiteró enérgicamente que "Roberto Scarpinato no ocultó ni encubrió las investigaciones de los negocios de la mafia. Y Nino Di Matteo no desvió las investigaciones en vía D'Amelio".

Scarpinato: "La verdad sobre las masacres fue obstaculizada por el poder"

En su muy lúcido análisis, el exfiscal general de Palermo, Roberto Scarpinato, se preguntó las razones por las cuales, en estos treinta años, nunca se logró tener una verdad judicial completa sobre la masacre de vía D'Amelio, ni se pudo ir más allá de los ejecutores materiales para darles un rostro a los autores intelectuales y cómplices externos.

Según el magistrado, ahora jubilado, "por razones del sistema, que se relacionan con la realidad del poder en Italia" es que "ese mismo poder nunca ha permitido el enjuiciamiento y la condena de los autores intelectuales y cómplices externos de todas las masacres que marcaron a la Primera República"

Scarpinato, por lo tanto, destacó que todas las investigaciones sobre las masacres italianas han sido "sistemáticamente saboteadas y desviadas por representantes del aparato estatal" con una "misma metodología de desvío que va desde las masacres de los años '70 y '80 hasta las del '92 y '93".

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Los dos niveles informativos de Cosa Nostra

Según Scarpinato, "es imposible obtener la verdad sobre las masacres porque los secretos que se esconden detrás de las mismas, que vienen de lejos y llegan muy lejos, son del conocimiento de un reducido número de jefes mafiosos condenados a cadena perpetua. Y son ignorados por todos los demás hombres de honor, incluidos numerosos miembros de la comisión provincial de Cosa Nostra. Si se examinan detenidamente todos los resultados procesales de los juicios sobre las masacres, se puede comprobar que existe un doble nivel de información dentro de Cosa Nostra durante el período de las masacres".

"El primer nivel -recordó- comprende a los miembros de la comisión provincial y a los ejecutores materiales, a quienes sólo se les comunicaron los motivos estrictamente internos de las masacres, los intereses exclusivos de Cosa Nostra. El segundo nivel, por otro lado, fue mucho más restringido y estuvo reservado solo para algunos jefes muy leales a Riina -los Graviano, Bagarella, Messina Denaro- quienes, por otro lado, eran conscientes de la participación en el plan de masacre de sujetos externos, cuya presencia debía permanecer en secreto incluso en el interior de la organización mafiosa". La existencia de lo que Scarpinato llama un "doble nivel informativo" quedó en evidencia en la reunión convocada por el jefe de jefes en diciembre de 1991.

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"Sobre el contenido y los métodos de realización de este encuentro contamos con las declaraciones convergentes de tres colaboradores de justicia que formaban parte de la comisión provincial: Giovanni Brusca, Antonino Giuffrè y Salvatore Cancemi. Todos coinciden en que la reunión duró menos de tres cuartos de hora y Riina se limitó a informar a los participantes que comenzarían asesinatos y masacres para vengarse de enemigos como Falcone y traidores políticos que no habían cumplido con los compromisos asumidos con la mafia. Nada más. Riina no dice una palabra sobre el hecho de que esa reunión de diciembre de 1991 estuvo precedida por varias reuniones celebradas en el campo de Enna, durante las cuales él y un pequeño número de jefes, Benedetto Santapaola, Giuseppe Madonia de Caltanissetta y Benedetto Provenzano, tuvieron una largamente discutida reunión y luego fue  aprobada la adhesión de Cosa Nostra a un complejo plan de desestabilización política desarrollado por sujetos ajenos a dicha organización, que debía llevarse a cabo con masacres y asesinatos, y que debía también darle la espalda al viejo sistema político que ya no ofrecía protección, allanando el camino para la entrada al campo de una nueva entidad política que entonces estaba en proceso de formación. Riina no dice que en esa reunión en Enna se habían discutido detalles ejecutivos. El propio Rina había adelantado que todas las masacres debían reivindicarse bajo las siglas de 'Falange Armada'".

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Preguntas sin respuesta

Fragmentos del doble nivel de información también se encuentran en las declaraciones de Gioacchino La Barbera y Gaspare Spatuzza, cuando el primero informó sobre la presencia de un hombre, nunca identificado, que participó en todas las fases ejecutivas de la masacre de Capaci, y en las inspecciones previas para la preparación de dicha masacre. Gaspare Spatuzza dijo lo mismo sobre la presencia de una persona ajena a Cosa Nostra durante la operación de carga de explosivos en el Fiat 126 detonado en vía D'Amelio. Pero las preguntas son múltiples. "No se sabe quiénes eran los policías infiltrados en la masacre de vía D'Amelio a la que se refirió Franca Castellese, el 14 de diciembre de 1993, cuando fue interceptada mientras conversaba con su esposo Mario Santo Di Matteo, luego de que su hijo Giuseppe fuera secuestrado, cuando ella le imploraba a su esposo para que no hablara con los magistrados sobre los infiltrados policiales en la masacre de vía D'Amelio. ¿Son quizás los hombres de los servicios que irrumpieron en la escena en vía D'Amelio incluso antes que la policía y se adueñaron de la agenda roja? Cómo es posible que después de 30 años no haya sido posible conocer la identidad de estos hombres de los servicios que fueron reconocidos como tales por dos testigos que declararon en el juicio Borsellino quater: el superintendente adjunto Giuseppe Garofalo (que pertenecía a la Sección Volante) y Francesco Paolo Maggi, superintendente de la policía estatal al servicio de la Escuadra Móvil de Palermo. Cuál es la razón de este increíble silencio cómplice del Estado sobre la identidad de estos hombres de los servicios que ciertamente operaron en la masacre de vía D'Amelio. ¿Quiénes fueron advertidos con tanta rapidez que incluso le ganaron de mano a las fuerzas policiales en la explosión de vía D'Amelio? ¿Estaban de servicio en Palermo o habían venido de Roma en una misión? Y si venían de Roma ¿quién los había mandado? ¿Y cuánto tiempo antes les habían ordenado ir a Palermo? ¿Y dónde estaban las órdenes de servicio? Han pasado treinta años y no podemos responder a estas preguntas elementales".

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"Cómo supo Arnaldo La Barbera, la misma tarde del 19 de julio, que un Fiat 126 había sido utilizado como coche bomba, dejando filtrar este hecho a la agencia de noticias, considerando que el bloque del motor del 126 recién fue encontrado el 20 de julio. Cómo supo Arnaldo La Barbera, como dicen los fundamentos de la sentencia del Borsellino quater, que las placas aplicadas a ese Fiat 126 habían sido sustraídas en el taller de Vincenzo Orofino, tanto que a las 11 de la mañana del 20 de julio se envió a la policía forense a dicho taller, teniendo en cuenta que las placas sustraídas fueron encontradas recién el 22 de julio. En los fundamentos de la sentencia del Borsellino quater -recordó Scarpinato- los jueces plantean la hipótesis de que La Barbera tenía un infiltrado que le proporcionaba noticias. Y si hubo un infiltrado ¿por qué no dio la noticia antes de que se realizara la masacre? Tal vez no era un infiltrado para evitar que se llevara a cabo la masacre sino para seguir las fases operativas y asegurarse de que fuera un éxito. Y ¿quién le proporcionó a la mafia las indicaciones de los objetivos que debían atacar en las masacres del norte del '93? A los ejecutores materiales, incluso a Giovanni Brusca, se les dijo que fueron elegidos consultando los folletos turísticos. Pero esa es una gran mentira. Los colaboradores Tullio Cannella y Antonio Calvaruso, que protegieron la fuga de Leoluca Bagarella, y por ello recogieron algunas confidencias directamente de él, dijeron que Bagarella recibió insumos e indicaciones del exterior. Y esta circunstancia tuvo una confirmación precisa del colaborador de justicia Giuseppe Ferro, que fue condenado a cadena perpetua por haber facilitado la base logística utilizada por los autores de la masacre en via dei Georgofili, en Florencia, la noche del 26 al 27 de mayo de 1993. Ferro declaró en un juicio público que, tras la masacre de Florencia, Bagarella le pidió otra base logística en Bolonia para realizar una masacre en esa ciudad".

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"Y a las dudas planteadas por Ferro sobre la oportunidad y la conveniencia para Cosa Nostra de llevar a cabo otra masacre que hubiera causado muertes entre la gente común, Bagarella respondió que 'allá arriba quieren que se haga ruido'. ¿Quiénes eran los de arriba que querían culminar las masacres con un propósito subversivo que trascendía los intereses inmediatos de Cosa Nostra? ¿Quiénes fueron los que, el 2 de junio de 1993, colocaron un coche bomba en Via dei Sabini, a lo largo de la carretera que el primer ministro Ciampi debía recorrer ese día? ¿Quién llevó el coche al lugar donde explotó, en vía Palestro, en Milán? Hasta el momento, las investigaciones no han podido responder a esta pregunta. Como tampoco quién era la mujer rubia señalada por algunos testigos como la persona vista dentro de ese coche, en Milán, mientras hablaba gesticulando con un hombre momentos antes de que explotara".

"Podría continuar con estas preguntas y cada una de ellas podría dar una respuesta concluyente a aquellos que conocen todas las respuestas: los jefes asesinos de la mafia condenados a cadena perpetua y que forman parte del segundo nivel, el comité selecto de jefes mafiosos a los que Riina informó sobre las complicidades externas. Ellos lo saben. ¿Y por qué, a pesar de que saben todas las respuestas que permitirían revelar los secretos detrás de las matanzas, siguen callando?".

"Porque no quieren acabar como Antonino Gioè y Luigi Ilardo. Ellos también tienen familiares que pueden ser atropellados por un auto en la calle. El suicidio-homicidio de Antonino Gioè en la cárcel de Rebibbia fue una 'lectio magistralis' que hizo comprender a los mafiosos que nada los puede salvar ante la capacidad de una parte del Estado de penetrar hasta en los lugares más protegidos, como una cárcel, para eliminar quirúrgicamente a los que no saben guardar los secretos que involucran a autores intelectuales y cómplices externos".

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Secretos inalcanzables por "razones del sistema"

En su discurso, Scarpinato trató de explicar las razones por las que tantas preguntas, a pesar del tiempo, nunca parecen encontrar una respuesta. "No creo que podamos conocer acerca de estos secretos por razones del sistema. Cuando hablo de sistema me refiero a un sistema compuesto por dos caras del Estado: una abierta y oficial que actúa de acuerdo con los procedimientos legales; y un Estado oculto, invisible, profundo, que opera con desvíos e intervenciones quirúrgicas".

El exfiscal general de Palermo recordó entonces las palabras del colaborador de justicia Antonino Giuffrè, quien dejó constancia en acta de cómo, en el período en que había comenzado a hablar con los investigadores, le ponían bolsas sin agujeros en su celda. Una clara invitación a suicidarse.

La tratativa sobre las prisiones

Scarpinato destacó que, para los jefes, los secretos pueden ser, por un lado, "una prisión", pero por otro lado también son un "precioso capital comercial con el que pueden negociar, a cambio de su silencio, una 'estrategia de salida' que les permita salir de prisión evitando la cadena perpetua".

Y aquí es donde se juega la partida. "Luego de concluida la estrategia de masacres, los líderes condenados a cadena perpetua iniciaron de inmediato un segundo partido -añadió el magistrado- una larga tratativa para obtener cambios legislativos que les permitan acceder a permisos- premio, semi detenciones, libertad condicional, incluso sin colaborar con la justicia, limitándose a desvincularse y deponer definitivamente las armas. Una elección que el jefe Aglieri definió como una solución inteligente y concreta, porque por un lado permite que el jefe salga de prisión después de un cierto número de años y, por otro lado, permite que sus cómplices externos no se vean envueltos en la investigación debido a la falta de cooperación de los jefes. Y es un resultado que han conseguido varias veces".

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Scarpinato habló de todos esos intentos, desde Pietro Aglieri hasta los hermanos Graviano, de intervenir en temas como el 41 bis y la disociación. Una especie de diálogo que conduce hoy a nuevas reformas legislativas en la regulación de la cadena perpetua obstativa.

"Ya está próxima la reforma legislativa que, derogando la legislación especial aprobada tras las matanzas de Capaci y vía D'Amelio, permitirá a los asesinos acceder a los beneficios penitenciarios, y por tanto a obtener la libertad condicional, sin colaborar, como siempre quisieron -dijo Scarpinato- esa fue exactamente la solución propuesta por los jefes de las masacres desde los años inmediatamente posteriores a sus arrestos. Dado que no basta la prueba del cese de relaciones con Cosa Nostra para acceder a la libertad condicional, sino que también debe acreditarse la reeducación de los condenados, el legislador se ha cuidado de dejar constancia en las diligencias parlamentarias de que la negativa a colaborar no puede considerarse incompatible con la reeducación realizada porque cada persona debe tener derecho a su propio itinerario personal de reeducación. En particular, se consideró justificada la negativa a colaborar con la justicia de quienes motivan su silencio en el rechazo moral a acusar a otros. Estamos así ante la normalización cultural del código de silencio mafioso elevado al rango de ley constitucional. El Estado celebra el trigésimo aniversario de las masacres renunciando, en forma efectiva, a conocer los secretos que se esconden detrás de las masacres, de parte de los únicos sujetos que son capaces de revelar esos secretos".

Y luego agregó: "La reforma de la cadena perpetua obstativa debe ser llamada por su verdadero nombre: una amnistía generalizada para los jefes de las masacres que les reserva, a través de una disposición general, el mismo trato que en el pasado se les dio a cambio de su silencio a otros asesinos mafiosos, como Francesca Mambro y Valerio Fioravanti que nunca colaboraron y que salieron de prisión con libertad condicional después de 26 años, de la misma manera que otros jefes de las masacres mafiosas podrán salir de prisión".

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Para concluir diciendo: "En la febril expectativa de la reforma de la cadena perpetua obstativa, los jefes de las masacres, entretanto, han percibido con entusiasmo la decisión política de la ministra de Justicia, Cartabia, de sacar del Departamento de Administración Penitenciaria a Bernardo Petralia, magistrado proveniente de la fiscalía antimafia de Palermo, para reemplazarlo con el Dr. Carlo Renoldi, quien en el pasado calificó a los magistrados antimafia que se atrevieron a tomar una posición pública contra los intentos de abolir la legislación sobre la cadena perpetua y sobre el 41bis, como exponentes de 'una antimafia encaramada en el culto a sus propios mártires y aquejada de obtuso justicialismo'".

"El 21 de febrero del 2021, Giuseppe Graviano le envió una carta a la ministra Cartabia para felicitarlo, prodigándose en elogios por su excelente personalidad y por su extraordinaria competencia".

"¿Qué más nos queda por decir a nosotros, los que estamos 'atrincherados en el culto a nuestros mártires y sufriendo de obtuso justicialismo'? Después del asesinato del general Carlo Alberto dalla Chiesa, un ciudadano desconocido dejó un cartel en el lugar de la masacre en vía Isidoro Carini que decía: 'Aquí murió la esperanza de los palermitanos honestos'. No me extrañaría que algún día alguien dejara un cartel con las palabras 'aquí murió la esperanza de los ciudadanos honestos de saber la verdad sobre las masacres del '92 y '93".

La entrevista a Gratteri: "Quien tiene la agenda roja puede chantajear al poder"

Durante la conferencia se proyectó una entrevista exclusiva que ANTIMAFIA Duemila realizó hace unos días con el fiscal jefe de Catanzaro, Nicola Gratteri, con motivo de su nombramiento como ciudadano honorario de Capaci. El jefe de la DDA (Dirección Distrital Antimafia) de Catanzaro dijo que "la agenda roja tenía que ser el hilo de Ariadna para saber quiénes fueron los instigadores de la masacre de Capaci. Creo -añadió- que hasta que se la encuentre, hay que trabajar sin cansarse nunca de investigar, porque quienes la tienen pueden seguir chantajeando a partes del poder en este momento histórico, en 2022".

El magistrado luego habló de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino y de la hipocresía desenfrenada en los días de su memoria. "Falcone y Borsellino fueron burlados en vida incluso por magistrados y hombres de las instituciones", denunció Gratteri. "Cuando murieron, todo el mundo se subió a los escenarios para conmemorarlos". El fiscal luego se refirió a los turbadores días previos a la muerte de Borsellino. "Paolo Borsellino fue una persona que vivió los últimos dos meses de su vida sabiendo que iba a morir: mientras que la muerte de Falcone fue una sorpresa, la de Borsellino no lo fue. Su esposa, en juicio, dijo que su marido estaba cada vez más preocupado cuando regresó de Roma".

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"Y si es verdad, como lo es, que Borsellino anotaba todas las reuniones importantes y hacía consideraciones en esa agenda roja, no parece anómalo que mientras estalla la bomba que derriba las fachadas de los edificios, mientras las llantas, el aceite, la carne se queman, no parece extraño que haya habido una persona con la claridad y la frialdad de abrir la puerta, sacar el maletín y tomar la agenda roja". También habló de la agenda roja durante la conferencia que acompañó al premio que le entregaron el pasado 15 de julio, donde dijo:  "Cuando me escucharon en la audiencia del CSM para el cargo de fiscal nacional Antimafia, me preguntaron qué pensaba de las masacres y cuál sería mi enfoque y mi visión; si había que dedicar espacio, tiempo, energía y hombres a la masacre y lo que había pasado. Sostuve entonces -dijo Gratteri- que para mí era una prioridad. Habría creado un grupo de trabajo y ciertamente al frente de ese grupo de trabajo habría puesto a Di Matteo. Porque no cabe duda de que hasta que no se encuentre la agenda roja, la investigación no habrá terminado. Hay una conexión entre Capaci y vía D'Amelio y en esa agenda está la clave de los instigadores externos de la masacre de Capaci".

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Repici: "Para entender las masacres hay que mirar lo que pasó en 1989"

Para razonar y entender por qué ocurrieron las masacres de principios de los noventa, tal vez sea importante retroceder el reloj a 1989, cuando se hicieron "ensayos generales" de desvíos de las investigaciones y masacres. Ese es también, de hecho, el año del fallido ataque Addaura contra Falcone. Y es el año de la muerte del policía Antonino Agostino y su esposa embarazada, Ida Castelluccio. Fabio Repici, abogado de Salvatore Borsellino, pero también de la familia Agostino, recordó que Addaura "fue una acción de escarnio moral a Giovanni Falcone que encontró aplicación plástica con las letras del 'cuervo' a principios de junio de 1989". Tanto es así que incluso "en una audiencia en el juicio por el asesinato del policía Nino Agostino y su mujer Ida Castelluccio, el colaborador Giovanni Brusca dijo que Salvatore Riina, en aquel tórrido verano del '92, aplaudía las iniciativas burlonas contra Giovanni Falcone de un colega suyo".

Pero los ataques a Falcone no vinieron solo de Riina. Algunos hombres del Estado hicieron declaraciones "negacionistas, reduccionistas o minimalistas" tratando, básicamente, "de organizar los cimientos de un discurso que apuntaba a lo que un día Giovanni Falcone, delante de las cámaras, se vio obligado a decir: que había gente que decía que la bomba la había puesto Giovanni Falcone", recordó el abogado.

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Tras el atentado se produjo "el asesinato del policía Nino Agostino y su mujer Ida Castelluccio y se llevó a cabo el ensayo general del mayor desvío investigativo de la historia de Italia".

"Hoy está probado" que sobre el "crimen Agostino-Castelluccio se realizó un desvío verdaderamente ignominioso. El principal autor de ese desvío se llamaba Arnaldo La Barbera" (el mismo que será el protagonista del desvío de vía D'Amelio unos años después, ndr).

Repici recordó las palabras de Falcone tras el crimen, e la cámara ardiente, pero también el dato obtenido del jefe de policía Vincenzo Parisi, que "llegó a Palermo y dijo que el asesinato de Nino Agostino fue un crimen muy delicado. Porque se trataba del asesinato de un policía que realizaba actividades especialmente delicadas. Y se refirió a la búsqueda de fugitivos. Frente al jefe de policía que públicamente se pronuncia así, el comisario de Palermo (Masone, en ese momento) se pronuncia de la misma manera". Pero "sucede que un subalterno suyo, jefe de la brigada móvil, Arnaldo La Barbera, inicia investigaciones sobre las verdaderas causas del crimen, que él había descubierto. Porque es obvio: si en Sicilia mueren un policía y su mujer, sólo puede haber una razón, es un crimen pasional. Y así siguen las investigaciones. ¿Pero se entiende la relevancia de este hecho? Es decir, que el jefe de la Brigada Móvil desautorizó al jefe de policía, que quedó impotente frente a la pista falsa, y uno piensa: es el jefe de la Brigada Móvil, no va a tener una vida fácil, lo van a echar de inmediato. ¿Y qué sucede? Llegan las masacres de 1992. ¿Y quién es el principal autor del desvío de las investigaciones en via d'Amelio? Arnaldo La Barbera".

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La novela del Viminal 

¿Qué significan para nosotros todos estos hechos que ha descrito Repici? "Nos dicen que en el 'Estado profundo', en el cripto Estado o, en el doble Estado o Estado dual, como lo llamó Norberto Bobbio, hubo fuerzas que impidieron que un jefe de policía removiera a Arnaldo La Barbera de la jefatura de la Brigada Móvil de Palermo, para permitirle tres veranos después llevar a cabo un despiste que fue cometido con una coherencia realmente impresionante".

Según Repici, "parte de las acciones criminales que han decidido nuestros destinos provienen del Viminal (Palacio donde funciona el Ministerio del Interior). Dentro del Viminal, donde existen diferentes cadenas de mando, hay una cadena de mando oculta que permitió que pase lo que luego pasó".

El atentado contra el subcomisario Germanà

Pero el rol del Viminal también se verá envuelto en un crimen que, tras las masacres, es el más sensacional de 1992. "Il El 14 de septiembre de 1992, en el paseo marítimo de Mazara del Vallo, el equipo asesino más clamoroso de la historia de Cosa Nostra (el conductor Matteo Messina Denaro y los francotiradores asesinos Giuseppe Graviano y Leoluca Bagarella) intenta matar al subcomisario Calogero Germanà. La historia del intento de asesinato de Germanà aún no ha sido suficientemente analizada. Porque la historia del intento de asesinato del subcomisario Germanà es la historia de un policía que tenía dos características: la primera, Paolo Borsellino, incluso después de la masacre de Capaci, lo quería en Palermo para colaborar con él y, por supuesto, el Viminale se lo negó. También hay una segunda característica: había sido delegado para realizar investigaciones que lo habían llevado a anotar algunas circunstancias particularmente delicadas, que partían 'del intento de ajuste' del juicio por el asesinato del capitán Emanuele Basile. Proceso que había sido instruido al inicio de su actividad en la fiscalía de Palermo por Paolo Borsellino, quien investigando ese intento de ajuste había llegado hasta un personaje que era senador, el senador Vincenzo Inzerillo".

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Este último estaba, explicó Repici, "en manos de los Graviano. El mismo Giuseppe Graviano, que luego le va a disparar al subcomisario Germanà. Pero en la misma investigación, el subcomisario Germanà también habla de un agregado masónico, del cual forma parte el notario Pietro Ferraro, que se había acercado al presidente de la Corte Penal que iba a juzgar a los acusados ​​del asesinato de Basile y, que incluso llegó a mencionar el nombre de un tal Luigi Savona, que aparecería en los documentos judiciales solo diez años después por las confidencias de Luigi Ilardo y que era el hombre que en los años '70 había patrocinado la entrada de Cosa Nostra a la masonería".

La aparición de la Falange Armada

El fiscal Scarpinato recordó que, en las reuniones en el campo de Enna, en un momento dado Riina sorprendió a sus asociados señalando que a partir de ese momento los ataques debían ser reivindicados en nombre de "Falange Armata". "Cosa que todavía no quedó del todo clara -subrayó Repici- la iniciativa de Salvatore Riina es la adhesión explícita a un proyecto golpista. Porque el primer crimen reivindicado en nombre de la Falange Armada fue el asesinato del educador penitenciario de la cárcel de Opera, Umberto Mormile, cometido por los hombres del clan Papalia ('Ndrangheta). Entonces tenemos a Totò Riina que, a finales del '91, decide sumarse a un proyecto que ya estaba en marcha".

"Pero hubo sugerencias de Domenico Papalia y de los hombres del clan Papalia para el asesinato del educador penitenciario Mormile y para la reivindicación en nombre de la 'Falange Armada'. El doctor Giuseppe Lombardo lo demostró en el juicio 'Ndrangheta Stragista: eran militares, yo agregaría hombres del SISDE (Servicio de Informaciones y Seguridad Democrática). Porque en cada uno de los hechos de los que he hablado, y se podrían encontrar otros de los cuales hablar, son siempre fracciones de la Policía Estatal y del SISDE. Los grupos desviados que en ese momento decidieron los destinos de nuestra historia".

"Pero hay un corazón negro en las desviaciones, que fue el motor de la aventura de las masacres de Cosa Nostra, y que está en el Viminale", siguió diciendo el abogado.

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"Me dijeron que el general Subranni es punciuto"

"Gracias a Lorenzo Baldo, hay que reconocerle el crédito por esto, las autoridades judiciales supieron en el 2005 que había imágenes de un capitán de los carabineros que, mientras los autos aún estaban en llamas en vía D'Amelio, tomó el maletín de Paolo Borsellino y lo sacó del lugar de la masacre. Ese capitán tiene un nombre y un apellido, se llama Giovanni Arcangioli. Fue sometido a juicio y recibió una sentencia de 'no ha lugar para proceder' en una audiencia preliminar. Sentencia que fue confirmada por el Tribunal de Casación. Pero es un hecho cierto -dijo Repici- que tomó el maletín sin hacer un informe de servicio, ni una nota, ni nada. Lo hizo a escondidas y lo sacó del lugar de la masacre. Y otro hecho cierto es que renunció a la prescripción".

Repici también recordó lo dicho por Agnese Borsellino acerca de la consideración que su esposo le hizo sobre el general Antonio Subranni. "Para Paolo Borsellino -recordó el abogado- Subranni era 'punciuto' (rito de afiliación a la mafia) y Agnese Borsellino declaró que su esposo le dijo: 'Cuando me contaron esto, me dieron náuseas'. Precisamente porque para él, el arma era sagrada. El Arma de Carabineros. No sé si Paolo Borsellino tenía en mente activar las investigaciones sobre licitaciones. Pero se puede decir que todo es plausible excepto que -prosiguió el abogado- quisiera colaborar con los subordinados de un 'punciuto'. Creo que podemos estar de acuerdo en esto".

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El Cuervo 2 y el contable Pietro Di Miceli

El 25 de junio de 1992 Paolo Borsellino se reunió con el entonces coronel Mario Mori y el entonces capitán Giuseppe De Donno. El entonces teniente Carmelo Canale "declaró bajo juramento ante la autoridad judicial que había organizado esa reunión a pedido de Paolo Borsellino porque éste quería verificar la sospecha de que el autor de un enésimo anónimo, que pasó a la historia como 'el anónimo del cuervo 2', había sido el capitán Giuseppe De Donno".

"Esta circunstancia fue denunciada bajo juramento por Carmelo Canale, y no recuerdo que haya sido juzgado nunca por calumnias, por nadie".

"Bueno, vamos a ver qué dice ese documento que llamó la atención de Paolo Borsellino. En él encontramos a un personaje central, un contador llamado Pietro Di Miceli, que era muy cercano a los miembros del poder judicial de Palermo y también a un fiscal adjunto. Pero sucede algo que Borsellino nunca podría haber imaginado, que sucede por casualidad en 1994, que aún hoy sigue sin respuesta, y que es probablemente otro de los secretos de Giuseppe Graviano. Porque en 1994 la mano derecha de Giuseppe Graviano -Cesare Lupo- fue interceptado usando teléfonos que estaban registrados a nombre de una empresa de la que era propietario. Los hermanos Graviano habían sido arrestados el 27 de enero de 1994. Así que en ese momento Cesare Lupo era el hombre más importante de los Graviano afuera. Los teléfonos fueron interceptados, pero no fue Cesare Lupo quien habló por teléfono, sino el contador Pietro Di Miceli, amigo de los magistrados. ¿Qué estaba pasando? Habló de las relaciones con el secretario de un ministro del gobierno de Berlusconi en 1994 y habló de ello utilizando el teléfono móvil del brazo derecho de Giuseppe Graviano, que fue el que le dijo a Gaspare Spatuzza el 20 de enero de 1994: 'gracias a Berlusconi y Dell' Utri tendremos el país en nuestras manos'. Nadie fue capaz de dar una respuesta".

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Ingroia: "Con el desvío de las investigaciones se encubrió al Estado"

"Si tuviera que hacer una consideración sobre las posibilidades de encontrar toda la verdad, o al menos la parte indecible, por la cual se han desviado las investigaciones, tendría que llegar a la amarga conclusión de que en las condiciones dadas creo que hay pocas esperanzas". Así comenzó su discurso Antonio Ingroia, exfiscal auxiliar de Palermo y hoy abogado, al hablar en la conferencia.

"Treinta años es demasiado tiempo", dijo Ingroia. Sobre todo, por una verdad "que no se conoce completamente". "Sentencias, unas definitivas, otras no" dicen "que la masacre de vía D'Amelio fue desviada por hombres de Estado -no solo por funcionarios que supongo han sido declarados culpables de la desorientación, aunque la acción haya prescripto- sino por otros jefes judiciales, de la policía y de los servicios, algunos de los cuales fallecieron. Un desvío investigativo de esta magnitud obviamente solo tiene sentido si sirve para encubrir al Estado y no a la mafia", explicó el abogado. "Y me imagino que los jueces que declararon prescripto el delito habrán escrito algo así en la motivación de la sentencia: la agravante por mafia no se aplica porque el desvío no se hizo para favorecer a mafiosos sino a hombres de Estado". Así, según Ingroia, que comentó la decisión de los jueces de absolver al policía Michele Ribaudo en el juicio por el desvío de vía D'Amelio y aplicar la prescripción a sus colegas Fabrizio Mattei y Mario Bo, "tenemos una sentencia que nos dice que la masacre de via d'Amelio es una masacre del Estado. Si se trata de una conciencia generalizada, podemos decir, al menos en este punto, que treinta años no han pasado en vano. Hemos adquirido la certeza de que via d'Amelio fue una masacre del Estado al punto que otros jueces han calificado este desvío como el mayor desvío en la historia del país", dijo. "Y si es así, significa que estamos en un nivel de juego casi sin precedentes en el Estado", sentenció.

"La masacre en via d'Amelio y el trasfondo de la masacre -añadió Ingroia- revelaron un nivel de interpenetración entre el Estado y la mafia que demolió la narrativa que los italianos siempre habían tenido sobre lo que era la mafia. Porque incluso los juicios a políticos, o a funcionarios del Estado, se presentaban como juicios a políticos o funcionarios más o menos coludidos, el clásico ejemplo de manzanas podridas en la cesta de manzanas sanas. Tal vez para centrar la atención en ese único acusado y absolver a toda la clase dirigente".

La masacre de Borsellino, por su parte, explicó el exfiscal, "según la lógica del estado profundo o deep State, reveló la existencia de un estado criminal que mata a hombres del Estado de la legalidad".

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2012, el año clave

Luego, durante la velada, Ingroia volvió sobre los pasos que lo involucraron en el arduo camino de la búsqueda de la verdad junto con compañeros magistrados de Palermo en el momento de la investigación de la Tratativa Estado-mafia, todavía en fase embrional, pero ya muy temida por las facciones de los poderosos del país.

"Creo que el año clave fue el 2012, el vigésimo aniversario", comenzó diciendo sobre este punto el ex magistrado. "Porque fue el año en que, al igual que en el 2011, llegamos a la investigación de la Tratativa Estado-mafia, momento en que los hombres del Estado estaban aterrorizados por la avalancha de declaraciones que surgieron con el aporte inicial de Massimo Ciancimino y luego las sucesivas adquisiciones de políticos que llamaban a la puerta para hablar de cosas que habían olvidado durante veinte años". Antonio Ingroia se mostró convencido de que este fue el año en el que "se pudo dar un verdadero punto de inflexión, el salto de calidad". Esa "subida de nivel" y esas intuiciones, sin embargo, fueron detenidas por los más altos cargos del Estado. "El obstáculo definitivo tiene un nombre y un apellido y fue el presidente de la República, Giorgio Napolitano, quien planteó un conflicto de atribución -oficialmente para proteger las prerrogativas del más alto cargo del Estado- que se sintió amenazado por un fiscal que se atrevió a escuchar sus sagradas palabras – pero que, en todo caso, debo decir muchos años después, tenía un fin, el de detener aquella investigación". La referencia es al conflicto de atribución planteado por el Quirinal tras el caso de las escuchas telefónicas de los magistrados de Palermo sobre el exministro Nicola Mancino y Giorgio Napolitano en la investigación de la tratativa. Las intercepciones que entonces -entre otras cosas- había establecido el Tribunal Supremo podían ser destruidas. "Ese conflicto de atribución significaba que el máximo cargo del Estado estaba señalando con el dedo a un fiscal subversivo que se atrevió a ir en contra del jefe de Estado, y también significaba 'darle la espalda a ese fiscal al que no se debía sustentar de ninguna manera' -explicó Ingroia- y así sucedió dentro del mundo judicial, informativo y político. Esa parte de la verdad quedó a oscuras".

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Magistrados que asustan a ministros y corrientes internas

¿Qué pasó después? ¿Después de otros diez años? "Creo que lamentablemente hemos retrocedido, hay más retrocesos que avances", dijo Ingroia. "Ha habido una normalización gradual, incluso dentro del poder judicial, porque se tuvo que someter un poder judicial que había demostrado ser desobediente al sistema. Y esto sucedió con medidas disciplinarias o amenazas de medidas disciplinarias, como las que me aplicaron a mí, las de Di Matteo o las de Scarpinato, solo porque había leído una carta dirigida a Paolo Borsellino demasiado atrevida, con la circunstancia no casual de que, si volvemos a esos días de enojo en 1992, los únicos que recogieron esa misma ola de indignación y reacción contra las instituciones fueron ocho magistrados, mucho más que el resto", recordó el abogado. "Fuimos nosotros quienes presentamos la renuncia, en protesta, al fiscal Giammanco, pero no solo a él, sino a todo el Estado que había enviado a Borsellino a la muerte. Y si miramos lo que pasó en los siguientes veinte años, los que han hecho carrera ¿son los ocho que renunciaron o los que estaban al lado del fiscal Giammanco? Estos últimos son personas que hoy ocupan altos cargos dentro y fuera del poder judicial. Olvidamos muchas cosas, como que los peores enemigos en vida de Falcone tuvieron la desvergüenza de presentarse ante la opinión pública como los únicos herederos de Falcone, como ejemplos de la prudencia de Falcone y Borsellino, ya que que nunca daban entrevistas según dijeron, cuando las más grandes denuncias Borsellino las hizo en debates y entrevistas, arriesgándose a un procedimiento disciplinario".

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Ingroia destacó el aislamiento al que se ha visto sometido un magistrado como Nino Di Matteo en estos largos años. "Di Matteo fue marginado primero en la fiscalía de Palermo por el fiscal Franco Lo Voi, después en la Fiscalía Nacional Antimafia por el Fiscal Nacional Antimafia y luego, como evidentemente constituye una amenaza, se insertó una regla ad hoc contra él en la reforma Cartabia, para que no se le ocurra hacer como Antonio Ingroia y postularse a la política; no sé si Di Matteo piensa en hacer tal cosa pero mientras tanto alguien obviamente le teme", denunció el exmagistrado entre fuertes aplausos del público asistente. "Yo creo que esta disposición de la reforma Cartabia tiene nombre y apellido, y es el de Nino Di Matteo. Se trata de una disposición claramente inconstitucional que permite a los fiscales más poderosos de Italia presentarse como candidatos, y por tanto usar, dado que ésta es la acusación, su función judicial para preparar la incursión en política, mientras que para los componentes del CSM, por otro lado, hay incompatibilidad absoluta. Cuál es la lógica de esto, me gustaría escucharlo de la ministra Cartabia, pero claro, no lo dice porque solo hay una razón, y es el miedo a Di Matteo".

La responsabilidad de todos y cada uno

Según Ingroia, "si en treinta años aún no se ha encontrado la verdad sobre vía D'Amelio, también es de alguna manera responsabilidad de cada uno de nosotros como ciudadanos". Por eso "tiene que haber un reclamo de verdad y justicia, debe haber un reclamo de verdad sobre la agenda roja, sobre quiénes desviaron las investigaciones, sobre quiénes fueron los funcionarios de la policía que estaban por encima de Arnaldo La Barbera y el fiscal Tinebra. Está claro que estos fueron los desviadores, pero también recibían órdenes. Si se encuentra al autor del último desvío, tal vez se encuentre al que ordenó ese desvío. Los dos van de la mano. Porque si fue una masacre de Estado, el mismo instigador del desvío fue el instigador de la masacre", explicó técnicamente Ingroia.

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"Necesitamos librar pequeñas batallas, demos una señal -prosiguió- movilicémonos contra la ley Cartabia y tal vez podamos recolectar firmas para un referéndum derogatorio de la ley Cartabia y si se aprueba la abolición de la cadena perpetua obstativa, hagamos un referéndum derogatorio de esa abolición. Digo esto porque creo que debemos actuar contra la Italia de las pistas falsas, la mentira y el Estado criminal y masacrador. Nosotros y ustedes debemos hacernos portadores de este mensaje. Falcone y Borsellino fueron mártires de la legalidad constitucional, hoy más que nunca, aún con la flagrante violación de la constitución que fue desfigurada -subrayó el ponente- creo que cada uno de ustedes debería moverse como Falcone y Borsellino. No pido actos de heroísmo sino actos de ciudadanía en nombre de la constitución, para defenderla. Sería la mejor manera de conmemorar el trigésimo aniversario de la masacre de vía D'Amelio".

Un llamado para los hijos de Borsellino

Al final de la intervención, el exfiscal lanzó un mensaje dirigido a los hijos de Paolo Borsellino, quienes en los últimos años también se han concentrado en atacar a magistrados, como Nino Di Matteo y otros, en esencia acusados ​​injustamente de haber tenido, de alguna manera, responsabilidades en el desvío de la investigación de la masacre. "Creo que en el trigésimo aniversario de la masacre de Borsellino debe hacerse un llamado a los hijos de Borsellino. Tienen toda la razón al estar indignados con un Estado asesino y engañoso que traicionó a un hombre que le era demasiado leal. Pero creo que se equivocan si permiten que sus palabras y algunas intervenciones sean aprovechadas para agredir a Nino Di Matteo que es un magistrado recto y que, como todos nosotros, hizo todo lo posible por descubrir la verdad. Pero la verdad no la pueden descubrir solo los magistrados, también se necesita el aporte de todos".

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*Foto de portada: © Paolo Bassani / Deb Photo

*Foto 2: Lorenzo Baldo, subdirector de ANTIMAFIA Duemila

*Foto 6: El director de ANTIMAFIA Duemila, Giorgio Bongiovanni

*Foto 7: Roberto Scarpinato, exfiscal general de Palermo

*Foto 14: Sonia Bongiovanni, directora del movimiento artístico Our Voice

*Foto 16: Fabio Repici, abogado de la familia Agostino

*Foto 17: Vincenzo y Flora Agostino

*Foto 22: La intervención del abogado, exfiscal, Antonio Ingroia

*Foto 26: Sonia Bongiovanni lee a Saverio Lodato