Por Jean Georges Almendras, enviado especial a Palermo, Sicilia-23 de mayo de 2022

Palermo vive su calurosa jornada; su glamour turístico, abrazado a la indiferencia y a la conciencia. La conciencia de que allí mismo, en sus entrañas, late el pulpo del cáncer más dañino de la humanidad, que ha creado el hombre mismo: la mafia, ese mal, que por tratarse "de un fenómeno humano” está condenado a desaparecer, en palabras del extinto (e “inmortal” titularía mi amigo Alejandro Díaz en un reciente y sumamente descriptivo, y elocuente artículo) Giovanni Falcone, cuyo aniversario de muerte se celebra hoy una vez en su tierra natal, como un ritual (casi un compromiso ineludible) que por estos tiempos -felizmente- está siendo monitoreado por jóvenes que sienten que por sus venas corre la sangre de una antimafia despierta, militante y alerta.

Alerta, porque hay quienes, desde dentro mismo de una ciudad estigmatizada por el mal, se esmeran en venderla al mercado mundial, como una tierra de una mafia que está en declive. Y tanto es así, que hasta los políticos no se ocupan de señalarla, ni de denunciarla, optando más bien por ignorarla; esfumarla a la vista de todos, si acaso como intentando (en vano) taparla, como si con un mano se pudiese tapar el sol.

Camino por estas calles de Palermo (como tantos años atrás) y me sumerjo en la fantasmagoría de los recuerdos, que son cargados de bondad y de muy buenos momentos, con mis amigos de la revista Antimafia y los jóvenes de Our Voice; pero también me llueven recuerdos malos, de dolor, de sufrimiento: el dolor y el sufrimiento de una tierra maldecida por la mafia. Esa maldita mafia. Ese cáncer que se pretende esconder bajo las alfombras de la democracia y de la hipocresía, con actos solemnes, circundados de personajes de una vida política y social light y demasiado frívola, agazapada a las diplomacias carentes de contenido, y lo que es peor, llorando lágrimas de cocodrilo.

Horas previas a este 23 de mayo de 2022 (que no es solo un simple recuerdo del juez Falcone, su esposa y los custodias, cuyas vidas fueron cegadas por manos brutas y por mentes refinadísimas) fui testigo de uno de esos exponentes de la indiferencia institucionalizada, del llanto hipócrita, del lamento sin sal ni pimienta, del sentimiento de dolor complaciente a un sistema perverso contaminando (al todo y a todos) hasta el tuétano, como si estuviéramos en los años 90. Pero la mafia no se ha ido, ni se ha extinguido, más bien se ha fortalecido y se ha acomodado mucho más aún: nada más ni nada menos que en las instituciones, en los círculos de gobierno y en los bastiones de las economías y de los ámbitos empresariales, extendiendo sus tentáculos por el mundo, como mano de obra fulgurante de pingues ganancias, gracias, especialmente , al narcotráfico, a los negocios que hombres y figuras de gobierno promueven, estimulan, manipulan y llevan adelante, con pasión criminal sacrosanta. En Italia y fuera de Italia.

Jovenes en las calles de Palermo 2

Es el atardecer, sobre una zona costera, donde los paseos públicos se mimetizan con las marinas de yates, veleros, y cruceros, calles más allá de donde termina Vía Maqueda. Acompaño a unos jóvenes del Movimiento Our Voice para volantear panfletos. Volantes que lo dicen todo, para quien quiera verlo todo. Lo que recuerda aquello de que no hay peor ciego aquel que no quiere ver; y no hay peor sordo que aquel que no quiere escuchar. Es el mal que adolece Palermo y gran parte del mundo. Mejor dicho, creo que el mundo entero, a juzgar por todo lo que está aconteciendo en los cuatro puntos cardinales del planeta. Acontecimientos de variadas tonalidades, por supuesto, causando efectos de diverso tenor, color y sabor, y hasta olor.

"Giovanni Falcone. Passerella impegno di molti di pochi” 23 de maggio, ore 15 Corteo. Giovanile y artístico. Dipartamento de Giurisprudenza. Via Maqueda 172(PA). A 30 anni dalle stragui di Capaci e vía D'Amelio. La lotta allo Statto-Maffia  continúa ancora oggi” .

(“Giovanni Falcone. Pasarela de muchos, esfuerzo de pocos” 23 de mayo, hora 15. Marcha juvenil y artística. Departamento de Jurisprudencia. Calle Maqueda 172. A 30 años del estrago de Capaci y vía D´Amelio. La lucha al estado-Mafia continúa hoy”)

Casi sobre las aguas edificaron un estrado donde hay parlantes y logísticas para una muy buena realización de la actividad, que ha sido organizada por la Fundación Falcone. Un público, mayormente conservador y multitudinariamente institucional está acomodado en sillas ordenadas prolijamente, bajo un sol radiante. Sobre el escenario pasan uno a uno oradores, y algunos artistas. Logro escuchar halagos dirigidos respetuosamente a Giovanni Falcone, a su esposa, y a Paolo Borsellino, y a quienes sucumbieron con ellos, cumpliendo honradamente con su deber de custodiarlos, pero no logro escuchar dedos señalando, ni al Estado, ni al sistema político; y ni mucho menos escucho el clamor de apoyo, adhesión o solidaridad a Nino Di Matteo y a los jueces y fiscales y hombres y mujeres de la justicia que están siguiendo sus pasos. Sobre el escenario está también la hermana de Giovanni Falcone, María. La conocí hace muchos años, la entrevisté, dialogamos mucho sobre su hermano y la mafia. Por momentos siento que no ha cambiado nada, o, mejor dicho, por momentos siento que ha cambiado mucho. 

Los jóvenes de Our Voice, mis amigos queridos pocos panfletos han diseminado por esos lares; porque literalmente no había muchos jóvenes para recibirlos, y porque la institucionalidad allí instalada puso sus muros infranqueables convirtiéndonos a todos los que allí estábamos, panfletos en mano, como voces gritando en el desierto. Voceando gritos de justicia en el desierto de una tierra que se hace trampa al solitario, cada aniversario de los mártires, cuyos rostros, por estos días se ven por doquier, como si se tratara de un ritual de puro calendario, con gusto a cero denuncia, con excepción de quienes de verdad hacen parte de una  antimafia, que no sobrevive por inercia, sino porque lucha diariamente por las verdades que desde los poderes de turno, se pretenden distorsionar y manipular, siempre funcionales al poder mafioso ( o a decir verdad a la dictadura mafiosa), hoy impoluta, pero aguijoneada por quienes la confrontamos, a conciencia, a pura conciencia , verdaderamente.

Horas después, ya en pleno 23 de mayo, por la mañana, la otra cara de la moneda:  nuestros jóvenes y otros jóvenes que asisten y hacen parte de la Facultad de Jurisprudencia, vivieron el glorioso momento en que, con entusiasmo indescriptible, manos jóvenes desde una de las alturas del histórico edificio colgaron sendas fotografías de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, registro gráfico del momento preciso en que a ambos se les entregaron los títulos de abogado, en sus años jóvenes, cuando vivían sus sueños de sed de justicia (que no fueron sueños, sino hechos); sueños que los dieron de bruces con la eternidad, y con la historia de los hombres justos.

Treinta años después, jóvenes de otra generación ovacionaron a estos dos héroes, sin las formalidades ni las loas vacías que hoy son una costumbre. Martha, Thierno y Denis, tres pilares de Our Voice, acompañados -codo a codo- de otros jóvenes, de colectivos que hacen parte de esta lucha, y del Centro de Estudiantes de Derecho, se dieron cita en ese edificio; un edificio que fue y sigue siendo bastión de una denuncia que va mucho más allá del recuerdo, o de la memoria, porque la memoria -verdadera- es la que habla sin pelos en la lengua, sin mordazas, sin diplomacias y sin hipocresías dentro de una sola consigna, que nace desde el alma: hablar de la mafia de hoy, de la que sangra y de la que corroe, porque no ha sido ni erradicada ni volteada.

Y son los jóvenes los que deben darle la estocada final. ¡La lucha contra el Estado-mafia continúa!

¡Grito que hoy solo puede hacerlo la juventud de Palermo!

Sobre el mediodía de este memorable lunes, vivimos las horas previas de una movilización juvenil de altísima energía militante, prevista para la tarde, como antesala de la gran conferencia organizada por Antimafia Duemila. Una movilización con sólidas denuncias. Con sólidos contenidos. Con convincentes palabras.

Con fuerza de jóvenes, manifestándose en las calles, a la vista de las hipocresías y de los tibios de siempre y de ahora.

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*Foto de portada: Our Voice

*Foto 2: Antimafia Dos Mil