Giulietto Chiesa, trágicamente desaparecido a finales de abril del 2020, fue un maestro indiscutible del periodismo y la política. Pero lo que más nos gusta recordar de él es su voz en contra de la corriente. Una figura intelectual como pocas, que en numerosos contextos se encontró gritando sola en el desierto. Chiesa, fiel comunista gramsciano, escribió para los principales periódicos italianos: de l’Unità a La Stampa y hasta Il Corriere della Sera. Trabajó como enviado especial en escenarios de guerra y fue invitado a muchos estudios de televisión por su experiencia y capacidad para ver más allá de las cortinas de humo. Pero, a pesar de haber trabajado con editoriales durante mucho tiempo, Giulietto Chiesa siempre fue un periodista libre, independiente, con las ideas claras y una gran honestidad intelectual.

Esta es una cualidad que incluso sus oponentes más acérrimos le han tenido que reconocer. Giulietto, colega y amigo, fue uno de los pocos periodistas italianos que siempre denunció, cuando fue necesario y aún a costa de un aislamiento sustancial, a los poderosos de turno de cualquier color. Precisamente por ello queremos recordarlo en ese extraordinario grito de libertad y justicia lanzado hace seis años, el 14 de noviembre del 2015, con motivo de la manifestación celebrada en Roma (en la que participaron miles de personas) en defensa del magistrado Nino Di Matteo, condenado a muerte por la mafia y rechazado por esos híbridos connubios que Chiesa siempre denunció.

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*Foto de portada: antimafiaduemila.com