Di Matteo: "El cargo daña el prestigio de la magistratura"
 
Por Giorgio Bongiovanni y Luca Grossi-7 de octubre de 2021

La ministra Cartabia pregunta y el Consejo Superior de la Magistratura (afortunadamente no todos) consiente. La elección de la ministra de Justicia, Marta Cartabia, para designar como su asesora en Políticas de Innovación Administrativa a la magistrada Antonella Ciriello, miembro del Comité Directivo de la Escuela Superior de la Magistratura, responsable de la formación y actualización de jueces y fiscales, ha generado mucha discusión. De hecho, un amplio frente de consejeros lo ve como un peligro para la imagen de la independencia de la Magistratura, derivado de la mezcla de los dos roles y agravado por el hecho de que el cargo en el ministerio se paga con un salario bruto anual de más de cincuenta mil euros. Sin embargo, la confirmación del nombramiento pasó, aunque por poco, con 14 votos a favor y 10 en contra, incluido el del consejero togado Nino Di Matteo, el primero en el Consejo en asumir una posición crítica: "Yo voté en contra de la resolución anterior y votaré en contra también en esta ocasión. Porque creo que podría perjudicar el prestigio de la magistratura autorizar un cargo de este tipo -en estrecha colaboración con el ministro de justicia- a un miembro del comité directivo de la Escuela Superior de la Magistratura. Sabemos cuáles son las tareas de la escuela superior -dijo Di Matteo- sabemos cuáles son los roles y funciones que cubren los miembros del comité directivo dentro de la escuela superior y cuán importante, entre estas funciones, es también para la Escuela Superior transmitir a distintos niveles todo el patrimonio que dentro de sí guarda el concepto de independencia de la magistratura de los otros poderes y del Poder Ejecutivo". "Me parece -agregó el magistrado- que puede perjudicar la imagen de la magistratura, la independencia de la magistratura y la independencia de la Escuela Superior de la Magistratura el hecho de que un miembro del comité directivo acepte un puesto remunerado de cincuenta y un mil euros anuales de colaboración directa como asesor de políticas de innovación administrativa de un órgano ejecutivo".

Las opciones del Consejo Superior pueden no ser compartidas y respetando el papel que el Csm tiene, no puede pasar desapercibido el hecho de que cada vez que se trata de contentar al ejecutivo se evoque el mantra de la "leal colaboración entre las instituciones".

Una vez más elogiado por el consejero de Unicost, Michele Ciambellini. Es cierto, de hecho, muy cierto, que tal relación debe existir, siempre que no se convierta en unilateral.

Ya hemos visto situaciones similares en el pasado. Por ejemplo, la del 22 de julio cuando el CSM -reunido en pleno- autorizó (con solo tres votos de diferencia, 8 en contra y 11 a favor) a seis magistrados para formar parte de la Comisión de Justicia del Sur (creada por la ministra de Justicia Marta Cartabia y la ministra para el Sur, Mara Carfagna) con el objetivo de identificar y resolver las deficiencias en las estructuras judiciales del Sur, incluyendo la resolución de cuestiones de logística e informatización. Durante la sesión, el consejero togado Nino Di Matteo y su colega Sebastiano Ardita (que votaron en contra) habían identificado algunos puntos críticos dentro de la propuesta. Pero incluso en ese caso los argumentos fueron ignorados por la mayoría y sacrificados en el altar de la "leal colaboración entre instituciones".

Varias veces en el pasado hemos definido al CSM como un Sanedrín que obstaculizaba el trabajo de sus servidores. Cómo olvidar al de la época de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, uno de los más nefastos de la historia a pesar de que, incluso entonces, existían sanas oposiciones.

Con demasiada frecuencia este órgano, en teoría independiente, se ha dejado contagiar por las lógicas políticas y sectoriales. Y todavía hoy no faltan "simbiosis" con el poder político. La esperanza está representada por magistrados como Nino Di Matteo, Sebastiano Ardita y otros como ellos, que aportan vientos de cambio. Una renovación que apunta hacia una magistratura más justa e independiente.

Nuevo fiscal adjunto en Roma. Para el CSM: la implicación con Palamara es irrelevante

El pleno del CSM ha elegido a Sergio Colaiocco como nuevo fiscal adjunto en Roma, pero una vez más reina la división. Con trece votos a favor, Colaiocco asumirá el cargo de fiscal adjunto en la capital mientras que su colega, Nicola Maiorano, obtuvo ocho votos, incluido el del consejero togado Nino Di Matteo. En el pasado, el nuevo fiscal romano se ocupó de numerosas investigaciones que involucraban a destacados exponentes de la política nacional, desde Romano Prodi a Silvio Berlusconi, pero también hechos policiales, como el asesinato de Vanessa Russo, en el 2007, en el metro de Roma. Y de numerosos casos de secuestro de italianos en el extranjero, como los de Silvia Romano y el padre jesuita Paolo dall'Oglio. Tenemos el máximo respeto por sus méritos, pero, sin embargo, durante el pleno surgieron algunas críticas, señaladas una vez más por Di Matteo, que ponen de manifiesto la incapacidad del CSM para desprenderse de determinadas dinámicas internas.

"Mi intervención pretende abordar otro aspecto que me asombra no haya sido tratado hasta ahora y sobre todo que no haya sido objeto de las dos propuestas de resolución".

"Surge una situación lamentablemente emblemática, típica, en mi opinión, de una degeneración propia del sistema de corrientes internas y de una patología real de determinadas prácticas de los consejeros", dijo Di Matteo al explicar que con este sistema patológico "las solicitudes para participar en un cargo directivo se presentan con demasiada frecuencia, se cultivan y, si es necesario, se retiran -incluso in extremis- tras la propuesta de la comisión y unos días antes de la resolución de la deliberación asamblearia por indicación" del consejero perteneciente a la "corriente a la que pertenece o adhiere el candidato". "El candidato -dijo el magistrado- que adhiere a este sistema, que para mí es absolutamente patológico, sabe que tarde o temprano será recompensado" o por lo menos cuenta "con ser recompensado tarde o temprano".

Para Di Matteo, el referido esquema también se habría producido en el caso de Sergio Colaiocco, quien -según dijo- durante "un concurso previo para la asignación del cargo de fiscal adjunto de la Fiscalía de Roma" retiró "su solicitud para participar en el concurso" y que esto sucedió cuando Colaiocco se escribía vía chat con el entonces miembro del CSM, Luca Palamara.

En los chats ambos magistrados intercambian indicaciones explícitas sobre cómo proceder y cuándo. Colaiocco a Palamara: "Me volví a negar con decisión al ofrecimiento de M.I. pero insisten en que me quieren señalar. Básicamente confío en ti. Aunque estoy perplejo si debo retirarme o no. Dame 48 horas para hacerlo con tranquilidad. Ahora no me siento bien". Respuesta de Palamara: "Sergio este es el escenario que ya conocías, del que hablamos ayer, que solo sirve para generar oposición. Pero, por supuesto, tú decides. Un abrazo".

El 19 de setiembre, el Dr. Colaiocco le escribe otra vez a Palamara: "Quedo a la espera de tus instrucciones" y el 2 de octubre presenta la solicitud de revocación al Consejo y Palamara (como solía hacer en otras ocasiones) le responde: "¡¡¡Grande!!!" con tres signos de exclamación.

"No sé si lo que escriben o dicen corresponde en su totalidad a la verdad", comentó Di Matteo, "pero plantea un problema obvio en mi opinión: estamos en presencia de un candidato" que concursa por el mismo cargo "que, frente a la solicitud de un cargo tan importante, tan responsable, en relación a las decisiones que debe o puede tomar respecto al retiro de la solicitud, luego de la propuesta de la comisión se encomienda a Palamara. Espera instrucciones, uso sus expresiones, de Palamara".

"Por eso les digo que respecto a este tema habría esperado un análisis por parte de la Quinta Comisión. Pero como el análisis no se realizó, entonces les digo que daré mi voto a favor del otro candidato, el Dr. Maiorano, porque creo que quien concursa para un puesto de tanta responsabilidad y tan importante no puede aspirar legítimamente a él si ha demostrado en otro concurso, por el mismo puesto, adherir a ciertas lógicas. Que son las razones por las que su pregunta debía seguir las instrucciones de un consejero de referencia de su corriente".

Pero para el CSM este discurso no se sostiene. De hecho, como ilustra el consejero Ciambellini, los exámenes de los trabajos de Colaiocco en referencia a sus relaciones con Palamara fueron objeto de verificación por parte de la comisión que decidió considerarlos "no relevantes a los efectos de este procedimiento".

Por otra parte, Ciambellani agregó que el candidato al final habría actuado de manera "moderada" porque había escrito: "Dame 48 horas para hacerlo con serenidad".

Con el máximo respeto por las decisiones del CSM, de este último pleno surge un hecho objetivo: las formas degeneradas de ciertos comportamientos vinculados al sistema de corrientes internas siguen representando, para la mayoría de los miembros del Consejo, conductas basadas en las costumbres y no necesariamente censurables.

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*Foto de portada: Imagoeconomica