Por Giorgio Bongiovanni-3 de septiembre de 2021

Hoy es el día del recuerdo, 39 años después de la masacre.

Hoy es el 39º aniversario de la muerte del general Carlo Alberto dalla Chiesa. Cuando lo mataron, el 3 de septiembre de 1982, yo tenía 19 años.

Mi recuerdo es vívido. Al día siguiente vi en los periódicos la foto del cuerpo del general y el de su esposa, Emanuela Setti Carraro, junto al agente de su custodia Domenico Russo, asesinados por la mafia, y me puse a llorar sin entender el motivo.

En ese momento todavía no me ocupaba de las mafias ni de los sistemas criminales.

Pero ese desconcierto y esa sensación de impotencia permanecieron.

El General dalla Chiesa, por otra parte, siempre permaneció dentro de mí. Y reapareció con fuerza en el año 2000, tanto que podemos decir que de alguna manera el General dalla Chiesa, así como Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, fueron los inspiradores de nuestra revista, ANTIMAFIADuemila.

Son nuestros Padres de la Patria. Mártires asesinados por la mafia, sí, pero también por voluntad y culpa de un Estado incapaz de protegerlos, en el mejor de los casos, si no cómplice. A continuación, reproducimos en su totalidad el artículo escrito el año pasado, en el que repasamos los hechos y misterios que aún hoy rodean al crimen.

Y sobre el que exigimos verdad y justicia.

Asesinato de Estado de un Padre de la Patria
 
38 años de la muerte del General dalla Chiesa, su esposa y el agente Domenico Russo
 
Por Giorgio Bongiovanni y Aaron Pettinari

¿Quién mató al general Carlo Alberto dalla Chiesa? ¿Fue asesinado solo por la mafia o alguien más quería su muerte? ¿Quién robó los documentos de la villa y del maletín? Estas son solo algunas de las preguntas que, 38 años después del atentado en vía Carini, Palermo, vuelven con fuerza a la luz. Preguntas que esperan respuestas, como ocurre con demasiada frecuencia en los crímenes excelentes que han atravesado la historia de nuestro país.

Por supuesto, sobre el asesinato no partimos de cero, pero aún hoy se sabe poco o nada de esos autores intelectuales externos que, probablemente, pidieron la eliminación del Prefecto que acababa de llegar a Palermo, y que se aseguraron de hacer desaparecer los documentos del maletín y de la caja fuerte de la casa donde vivía con su esposa.

Pero procedamos con orden.

El general Carlo Alberto dalla Chiesa fue asesinado el 3 de septiembre de 1982, junto con su joven esposa, Emanuela Setti Carraro, y el agente de su custodia, Domenico Russo. Una masacre que tuvo lugar en un instante, cuando los asesinos de la mafia flanquearon los autos en movimiento y dispararon con armas Kalashnikovs AK-47.

Totò Riina, interceptado en 2013 por la Dirección de Investigaciones Antimafia (DIA) en una conversación durante la hora de aire con Alberto Lorusso, había contado los momentos de aquel trágico suceso: "En cuanto salió con su esposa, lo seguimos de lejos. Podría haberlo hecho allí, para ser más espectacular, en el hotel, pero estas cosas me molestan... Al día siguiente le dije: 'Pino, Pino (se refiere a Pino Griego, conocido como 'Scarpuzzedda', uno de los asesinos más notorios de Cosa Nostra) ve a buscar estas cosas que... preparamos armas. Al primer disparo, al primer disparo nosotros los demás fuimos allí... éramos unos siete, ocho de los terribles, éramos terribles. Mientras tanto él ya estaba muerto, pero incluso muerto le disparamos allí donde estaba, apenas salió hizo... ta... ta... ta... y murió".

Las sentencias determinaron la responsabilidad de Cosa Nostra con las condenas definitivas de los asesinos (Raffaele Ganci, Giuseppe Lucchese, Vincenzo Galatolo, Nino Madonia, junto con los colaboradores de justicia Francesco Paolo Anzelmo y Calogero Ganci) y de los llamados "directores internos" a Cosa Nostra (Totò Riina, Bernardo Provenzano, Michele Greco, Pippo Calò, Bernardo Brusca y Nenè Geraci).

Todos los elementos que caracterizan a las grandes masacres de Estado estuvieron presentes en el asesinato del altísimo oficial del Arma, con desaparición de documentos y misterios. Y siempre fue el jefe de jefes, Totò Riina, quien confirmó que los documentos le fueron robados al general.

"Ellos -dijo el jefe corleonés- cuando se trató de esto... de dalla Chiesa... se lo dieron, joder, le abrieron, le abrieron la caja fuerte... sacaron todo lo que había". Y con ellos se refería a entornos ajenos a Cosa Nostra. ¿Servicios? Una posibilidad que es de todo menos descabellada.

Es un hecho conocido que alguien ingresó a la casa del prefecto, en Villa Pajno, durante la noche entre el 3 y el 4 de septiembre de 1982. Se dirigió a la caja fuerte y la vació.

La mañana del 4 de septiembre, de hecho, los familiares de Dalla Chiesa buscaron la llave para abrir esa caja fuerte, pero sin éxito. La llave reapareció recién la tarde del 11 de septiembre, en el cajón de una secretaria. Sin embargo, cuando se abrió la caja fuerte, no había nada dentro excepto una caja (vacía).

El maletín de cuero del general, en cambio, fue hallado en el 2013 en el sótano de los tribunales de Palermo. Estaba vacío, sin documentos.

Sin embargo, en el informe de inspección de la policía científica, que figura en el expediente judicial de la masacre de vía Carini, se certifica que poco después de las 21.30 del 3 de septiembre de 1982, Carlo Alberto dalla Chiesa (ya muerto desde hacía unos quince minutos dentro de su automóvil) tenía sobre sus piernas un maletín lleno de papeles. En otro informe, fechado el 6 de septiembre, hay una carta de transmisión de la brigada móvil de Palermo al Ministerio Público, pero solo se menciona la cartera del general. ¿Y los documentos? Desaparecieron en el aire.

Dalla Chiesa 2

En un video de la RAI, adquirido por los magistrados de la DIA por orden de la Fiscalía de Palermo, el maletín de cuero quedó inmortalizado en las manos de un militar del Arma.

En septiembre del 2012, en una carta anónima que llegó al entonces fiscal adjunto Nino Di Matteo, hoy miembro togado del CSM, se decía que "un oficial de Carabineros de servicio en Palermo estaba preocupado por sacar el maletín de cuero marrón que contenía documentos que quemaban, nombres especialmente candentes de investigaciones que dalla Chiesa estaba tratando de hacer por su cuenta". Además, se habló de un despacho reservado que el General dalla Chiesa habría tenido en el cuartel de Piazza Verdi, sede del mando provincial de Carabineros: "Estaba ubicado frente al comando del Rono y allí había carpetas, notas y mensajes".

La Fiscalía de Palermo, en la persona de los fiscales que investigaron la Tratativa Estado-mafia, reabrió el expediente y le tomó declaración a Nando dalla Chiesa como testigo.

Años después, no se supo nada más de esas investigaciones, pero las preguntas siguen siendo numerosas.

¿Por qué fue asesinado dalla Chiesa?

Para comprender los motivos por los que el general fue asesinado, probablemente, hay que prestar atención a esos famosos 100 días pasados ​​en la capital siciliana. Poco antes de partir hacia Sicilia le dijo al presidente del Consejo, Giulio Andreotti, estas palabras que ofrecen una posible interpretación: "No tendré respeto por esa parte del electorado a la que acuden sus grandes electores".

Así lo contó su hijo, Nando dalla Chiesa, en el libro "Delitto Imperfetto". "Mi padre nos dijo después de esa entrevista: 'Yo estuve en casa de Andreotti y cuando le conté todo lo que se dice de los suyos en Sicilia se puso pálido'". Palabras que fueron reiteradas en el juicio. Nando dalla Chiesa, acusó a los miembros de la corriente de Andreotti de la Democracia Cristiana, cuanto menos, de complicidad moral.

Después de todo, el prefecto dalla Chiesa había pedido poderes especiales para luchar contra la mafia del mismo modo que había luchado contra el terrorismo. Se los prometió el ministro Rognoni, pero en la práctica nunca le fueron dados.

Las otras hijas del General dalla Chiesa, Rita y Simona, también han intervenido varias veces a lo largo de los años para pedir verdad y justicia. Hace unos años Simona recordaba un hecho simple: "La mafia en ese momento no tenía ningún interés en matar a mi padre. Todavía no tenía los poderes para llevar a cabo lo que tenía en mente. Y ni siquiera podía realizar investigaciones específicas con precisión, porque ese no es el trabajo de un prefecto. Y la mafia también sabía que matarlo a él, a su esposa y al agente Russo, provocaría una reacción negativa de la opinión pública. Entonces ¿por qué lo iba a matar?".

Esta es una de las preguntas que hasta ahora ha quedado sin respuesta, sobre todo teniéndose en cuanta que en cien días su actividad contra Cosa Nostra recién comenzaba.

Que detrás del crimen no estuvo solo Cosa Nostra es un hecho que se hace cada vez más evidente. Claramente, no fueron hombres de Cosa Nostra los que entraron a la casa del Prefecto para vaciar la caja fuerte y, según dijeron los propios mafiosos y los colaboradores de justicia, detrás del crimen no estuvo solamente la mano mafiosa.

Sobre este punto cabe mencionar la escucha ambiental en la que el patrón Giuseppe Guttadauro, hombre de confianza del super fugitivo Bernardo Provenzano y en ese momento regente del distrito de Brancaccio, mientras conversaba con Salvatore Aragona, médico y también mafioso, declaró: "Salvatore... tu empezaste desde el ochenta y dos, en cambio... pero a quién carajo le importaba matar a dalla Chiesa... vamos, hablemos claro". "Y por qué teníamos que hacerle este favor". Los que interceptaron las palabras del jefe, en el 2001, fueron los magistrados de Palermo coordinados por el fiscal Nino Di Matteo, quien investigó al exgobernador de Sicilia Salvatore Cuffaro, luego condenado en forma definitiva por favorecimiento agravado a la mafia.

Incluso el colaborador de justicia Francesco Paolo Anzelmo, en el juicio, había declarado que esa masacre no fue determinada por la guerra mafiosa, sino que era "algo que había quedado afuera" y, posteriormente, los arrepentidos Tullio Cannella y Gioacchino Pennino aportaron más datos. El primero, cercano a Pino Greco Scarpuzzedda, había contado las quejas de este último por haber tenido que organizar el crimen ("No se quería el asesinato de dalla Chiesa... Se necesitaron al menos diez años para volver a enderezar el barco"); mientras que el segundo hablaba de la convergencia de intereses fuera de Cosa Nostra. Una pista seguida en su momento también por los jueces del primer maxi juicio. Tanto es así que los propios Giovanni Falcone y Paolo Borsellino hablaron de la "convergencia de intereses entre Cosa Nostra y los sectores políticos y económicos" en torno al crimen.

E incluso los jueces, en la sentencia de condena de los jefes, expresaron que "ciertamente es posible estar de acuerdo con quienes sostienen que persisten grandes áreas de sombra, ya sea en lo que respecta a las formas en que el general fue enviado a Sicilia para enfrentarse al fenómeno mafioso, como en la coexistencia de intereses específicos, dentro de las mismas instituciones, para eliminar el peligro que constituían la determinación y la capacidad del general".

Treinta y ocho años después, a pesar del tiempo transcurrido, no se puede dejar de esperar que sobre la muerte del General dalla Chiesa, el verdadero Padre de nuestra Patria, se alcance una verdad completa. Y para ello es necesario que la sociedad civil ya no se contente con verdades a medias, apoyando a los familiares y a ese poder judicial sano que no mira a nadie para volver a encender los reflectores y desenmascarar a esas "mentes refinadísimas" que se esconden detrás de los crímenes atroces de nuestra República.

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*Foto de portada: Letizia Battaglia

*Foto 2: antimafiaduemila.com