"Avola es un contaminador de pozos y me asombra que un periodista como Santoro, con su libro, se haya prestado a darle aliento a un personaje así".
Estas fueron las palabras de Salvatore Borsellino, hermano del juez Paolo asesinado en la masacre de vía D'Amelio el 19 de julio de 1992, al comentar las declaraciones del exjefe mafioso de Catania que se transmitieron ayer en el especial de La7 sobre la mafia.
Maurizio Avola, quien en 1994 había comenzado a colaborar con la justicia, afirmó haber participado en la masacre en la que el juez de Palermo perdió la vida junto con su escolta. "Ya en el pasado, con sus declaraciones, Avola esbozó la estrategia de los falsos arrepentidos de la mafia -recordó Borsellino a AdnKronos- mezclando verdades y mentiras para socavar la credibilidad de los verdaderos arrepentidos. Sus revelaciones, si es que así las podemos llamar, apuntan a cuestionar algunas verdades surgidas del Borsellino quater y tienden a devolverle la 'virginidad' a ese Estado desviado que participó en la masacre de vía D'Amelio, para restituirle la credibilidad al ROS". ¿El objetivo? "Prestarle servicios a los 'servicios' en nuestro país siempre paga", dijo Borsellino, quien optó por no ver el especial de La7. Borsellino dijo sentirse confortado por la elección de la Fiscalía de Caltanissetta de intervenir, subrayando la falta de confiabilidad del exjefe de Cosa Nostra: "Mi temor era que esta Fiscalía, que lamentablemente en el pasado dio lugar a falsas declaraciones y desvíos investigativos, pudiera también aceptar este desvío del desvío".
Posteriormente, en una publicación en Facebook, fue aún más duro: "Espero que el libro de Santoro y el bombo mediático que acompaña a su lanzamiento, sean sólo lo que me parece, un lamentable intento de recuperar notoriedad por parte de un periodista al final de su parábola descendente, de un experiodista de investigación que en la época de Samarcanda dio algo al mundo de la información, y que para recuperar un poco de notoriedad y unas monedas de derecho de autor se ha reducido a dar crédito a un contaminador de pozos, un presunto colaborador de la justicia vacilante y ambiguo que, incluso en sus pasadas declaraciones, había esbozado claramente la estrategia de los falsos 'arrepentidos' de la mafia, mezclando verdad y falsedad para ganar credibilidad y al mismo tiempo contaminar el verdad, deslegitimar a los demás, verdaderos colaboradores de justicia".
"Eso espero -prosigue- pero al mismo tiempo me temo que en cambio, detrás de todo esto, haya una maniobra para intentar socavar los puntos fijos finalmente alcanzados a través de la sentencia Borsellino Quater, para intentar avalar la pista falsa del ROS basada en el expediente de adquisiciones mafiosas como elemento desencadenador de la masacre de vía D'Amelio, para sacar al Estado desviado de esta y otras masacres y restaurar una virginidad que ya la había perdido, irremediablemente, desde hace tiempo".
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*Foto de portada: © Imagoeconomica