"Los mafiosos están dispuestos a disfrazarse de disociados para conseguir su propósito"
 
Por AMDuemila-15 de abril de 2021

"En un sistema penal y penitenciario caótico como el nuestro, la renuncia del Estado a la cadena perpetua por delitos mafiosos corre el riesgo de cumplir un deseo muy codiciado por los jefes de Cosa Nostra, dispuestos a disfrazarse de disociados para cumplir su propósito".

Estas son las palabras del consejero togado del Consejo Superior de la Magistratura (CSM), Sebastiano Ardita, entrevistado por Adnkronos para comentar la decisión del Consejo sobre la cadena perpetua obstativa (obstaculativa). Para la Corte Constitucional, la disciplina de la cadena perpetua, que hace de la colaboración "la única vía" para que el condenado recupere su libertad "vulnera los artículos 3 y 27 de la Constitución y el artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos".

"Esta es la barrera que hace de la colaboración la única puerta de entrada a los beneficios, la cual no es un automatismo, sino solo una forma de sostener firmemente una pena prevista por el ordenamiento jurídico y de defender a la comunidad de un poder criminal real -dice Ardita- la única herramienta segura para prevenir el riesgo de evasión peligrosa, riesgo que se ampliaría con las herramientas diseñadas para los merecedores que ahora podrían ser utilizadas incluso por aquellos que pretenden alcanzar la libertad para reorganizar los sistemas criminales". Y añade: "Tenemos que partir del reconocimiento de la necesidad de no renunciar a la prevención antimafia -contenida en esta sentencia- para repensar la legislación contra Cosa Nostra, a los fines de evitar que los jefes históricos alcancen sus objetivos".

"La Constitución de 1947 implementó un sistema penal riguroso y respetuoso de los derechos individuales de los reclusos. Aceptó la cadena perpetua como pena máxima, aunque el fenómeno mafioso -todavía invisible- era de hecho desconocido. En los años que nos separan de la sanción de la Constitución ha crecido en proporción geométrica la agresión de la mafia y del terrorismo contra los ciudadanos; sin embargo, la interpretación 'evolutiva' de esos principios terminó negando la constitucionalidad no solo a la cadena perpetua en sí, sino incluso a su aplicación a los autores de delitos graves de la mafia", siguió diciendo el magistrado de Catania.

"En realidad, el problema no son los automatismos, sino la efectividad, credibilidad y coherencia del sistema penal -concluyó Ardita, quien durante muchos años estuvo en la DDA donde se ocupó de juicios contra la mafia-. En un sistema coherente y riguroso nadie se escandalizaría si un mafioso, ya fuera de la organización y con muchas ganas de rehacer su vida, pudiera tener una nueva oportunidad tras una seria evaluación".

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*Foto de portada: © Imagoeconomica