"Hoy queremos dar un mensaje claro y directo a nuestros dirigentes políticos que guardan silencio sobre la mafia. Frente a estas personas que han perdido hijos, madres, esposos, hermanos y hermanas, es nuestro deber detener y destruir a esta mafia", dijo Sonia Bongiovanni, líder del Movimiento Our Voice que organizó la sentada junto a ANTIMAFIADuemila, ahora en curso en Plaza Verdi, en defensa de la cadena perpetua obstaculativa y contra la concesión de permisos premio a los jefes irreductibles. "El gobierno está abriendo la posibilidad de que los jefes reciban permisos premio. Esta es una petición que la mafia siempre le ha hecho al Estado. Si esto sucede, sería como escupir en la memoria de Giovanni Falcone", grita Sonia, saludada con aplausos. "Les pido a todos los familiares de víctimas de la mafia que están dentro de las instituciones, como Sergio Mattarella, que tomen partido y que hablen", dice Sonia, refiriéndose a la actitud asumida por la Abogacía del Estado, y por ende del gobierno, de permitir que los jefes salgan de las cárceles.

"Un Estado que quiera saber la verdad sobre los autores intelectuales externos de las masacres trabajaría para que los mafiosos colaboren con la justicia, para conocer la verdad sobre quién estuvo detrás de la mafia. Queremos explicaciones del presidente Draghi, de los ministros Cartabia y Lamorgese".

"Este gobierno -agregó la joven- es un gobierno que guarda silencio sobre la mafia y es una mafia que está más presente que nunca en nuestras instituciones. Esto no me sorprende porque el nuestro es un gobierno integrado también por un partido fundado sobre la sangre de nuestros mártires. Y me refiero a Forza Italia que tiene como fundador a Marcello Dell'Utri, condenado en forma definitiva por concurso externo y por Silvio Berlusconi que, según la sentencia de primera instancia del proceso de la Tratativa, financió a Cosa Nostra hasta 1994. Tener a Forza Italia en el gobierno es una vergüenza. Como también es una vergüenza que como sociedad civil no hagamos nada. No quiero ver masacres, quiero saber la verdad porque este no es el país de la mafia. Es mi país y no el de la mafia".

Según la actriz y fundadora de Our Voice "la Tratativa Estado-mafia no ha terminado, quiero saber la verdad porque lo que pasó aquí hace años puede volver a pasar. Quiero ver unida a esta ciudad, Palermo, quiero ver a Sicilia, y a Italia, unidas. ¿Dónde está ese compromiso civil que se reclamaba desde la catedral el día del funeral de Borsellino? Esta ciudad debe cambiar y la haremos cambiar".

"¿Por qué el gobierno y las instituciones no fueron a los hogares de los familiares de las víctimas de la mafia, para preguntarnos qué pensamos de la abolición del 41bis?". Así se expresó Vincenzo Agostino, padre de Antonino Agostino, el policía asesinado el 5 de agosto de 1989, en la Plaza Verdi de Palermo donde se realiza una sentada organizada por ANTIMAFIADuemila y el movimiento Our Voice en defensa de la cadena perpetua dura y la certeza de la pena.

"¿Por qué no vinieron primero a mi casa, donde vi morir a mi hijo y a su esposa embarazada para preguntarme qué opino de la abolición del 41bis?".

"Estos son funcionarios del Estado vendidos, podridos. ¿Quién les ordenó a estos políticos que liberen a los jefes mafiosos y por qué razón no sacan las drogas y la violencia de las calles? ¿Por qué no les interesan los jóvenes?".

"Nunca hemos pedido venganza sino verdad y justicia", continuó diciendo Agostino. "Queremos que los que se han llevado a nuestros familiares permanezcan en prisión de por vida, como dijo la sentencia". "Queremos que el 41bis no sea tocado".

Vincenzo Agostino habló luego de la tragedia que aqueja a su familia: "Cuando me pasó esa desgracia yo tenía 52 años, hoy tengo 84. Llevo 32 años buscando la verdad y la justicia junto a mi esposa que hace dos años me dejó la tarea de seguir adelante" (Augusta Schiera Agostino falleció el 28 de febrero de 2019, ndr).

"Y hace unas dos semanas vi una luz, una bombilla se encendió en el túnel. Espero que algún día tenga toda la verdad que me gustaría compartir con todos los que me han apoyado".

"La señora ministra Marta Cartabia les quiere dar permisos premio a los asesinos, a los que mataron a nuestros hijos. ¿Permisos por qué? ¿Por haberlos matado?". Quien así habla, llena de rabia, es Graziella Accetta, madre del pequeño Claudio Domino. "Soy la madre de un niño de 11 años que ha estado esperando verdad y justicia durante 34 años", dice Graziella Accetta hablando en Plaza Verdi, donde se realiza la sentada de ANTIMAFIADuemila y Our Voice en defensa de la cadena perpetua obstativa.

"Las familias de víctimas de la mafia ya no tenemos hijos, madres, maridos". "Escuché el otro día que los 'pobres jefes' están dentro de cuatro paredes, pero mi hijo está dentro de cuatro pedazos de madera bajo el suelo". "Los jefes -continúa- pueden ver a sus hijos, yo no abrazo al mío desde hace 34 años". "Señora ministra si quiere abrir las puertas de las celdas, ábralas usted -repite-, ¿ha sentido alguna vez este dolor? Piense en esto, hay madres que ni siquiera podían volver a juntar a sus hijos como las víctimas de Pizzolungo y vía d'Amelio. ¿Y usted quiere darle derechos a quién? ¿A los asesinos? Los asesinos deben tener derechos humanos, pero dentro de la cárcel y deben cumplir toda su condena, hasta el último día. Esta es nuestra voluntad: la certeza del castigo", concluye Accetta.

"Estamos en la temporada del paso del cangrejo. El paso del cangrejo de un Estado que, en lugar de fortalecer su compromiso antimafia y afinar las herramientas para contrarrestar a una mafia cada vez más insidiosa y disfrazada detrás de los funcionarios de cuello blanco, da un paso atrás".

Así se expresa Antonio Ingroia, exfiscal adjunto de Palermo y hoy abogado, en un mensaje difundido en Piazza Verdi, donde se realiza la sentada organizada por ANTIMAFIADuemila y el movimiento Our Voice, bajo el título de "Ningún pacto" y en defensa de la cadena perpetua dura.

"Y al retirarse -continúa diciendo Ingroia- el compromiso del Estado nos empuja a todos los ciudadanos de espaldas contra la pared, con una mafia que amenaza con volverse poderosa y autoritaria, incluso a nivel militar en el territorio. No se trata de un enfrentamiento entre garantistas y justicialistas, o una cuestión de mantenimiento del Estado de derecho, o una cuestión de mantenimiento del orden público frente a fenómenos delictivos generalizados como las mafias", explica el abogado.

"Porque no estamos discutiendo las garantías del proceso ni el principio de presunción de inocencia. Aquí lo que está en juego son las modalidades de la detención que se deben aplicar a los jefes de la mafia, jefes de jefes. En fin, a todos aquellos jefes que se han manchado las manos con las temporadas más oscuras y sangrientas de nuestra historia".

"Modalidades de detención gracias a las cuales -añade Ingroia- se infligieron golpes muy duros, al menos a nivel militar, y ahora se abre la posibilidad de que estos jefes mafiosos regresen al territorio para reorganizar todo lo que se había desorganizado, para rearmar lo que había sido desarmado". "Esto -subraya el exfiscal- es lo que está en juego y lo que está en juego es un tema que concierne a la seguridad presente y a las perspectivas futuras de un país, de las generaciones jóvenes y de cada uno de nosotros, y es justo que la cuestión no se confíe solo a los especialistas sino también a los ciudadanos, que es justo que se movilicen porque es una batalla de la democracia y para mantener el Estado de derecho, porque un Estado que va con el paso del cangrejo y retrocede frente a los jefes, no es un Estado de derecho, ni es un Estado democrático. No hay ley y no hay democracia donde hay mafia", concluye Ingroia.

"Ha llegado el momento de empezar a gritar fuerte porque nosotros en Italia no podemos permitirnos el lujo de olvidar las figuras de Giovanni Falcone, de Paolo Borsellino, de todas las víctimas inocentes de la mafia y de todos aquellos, testigos de la justicia, que denunciaron a la mafia. Escuchar todo esto es inaceptable".

Esto dijo el testigo de la justicia Ignazio Cutrò en el comunicado enviado y que fue leído en la sentada de Palermo. El empresario le pidió entonces a toda Italia "¡que grite fuerte que la mafia es una montaña de mierda! Y que todo esto no debe pasar, los mafiosos deben cumplir las penas impuestas en el culo a la mafia".

"Quienes hoy contribuyen a aflojar el régimen carcelario obstativo a los jefes mafiosos irreductibles, asumen una enorme responsabilidad política y social", dijo el exfiscal del proceso de la Tratativa Estado-mafia, en un mensaje sobre el tema de la prisión perpetua obstaculativa o dura, reiterando además que los que pueden regresar a sus casas desde la cárcel "nunca han hecho una revisión crítica de su pasado. Al salir de la cárcel, aunque sólo sea con un permiso transitorio, podrán, o mejor dicho deberán, de acuerdo con las obligaciones de la organización a la que pertenezcan, retomar las filas y el mando de la organización".

Ciertamente si esto sucediera se correría el riesgo "de que volvamos a las épocas de sangre", dijo Teresi, "entonces, quienes asuman hoy esta responsabilidad ya no tendrán derecho a participar en ceremonias conmemorativas a las víctimas de la mafia y ni siquiera a sentarse junto a los miembros de su familia. No se puede permitir que estas personas disfruten de beneficios sin un mínimo de revisión crítica y colaboración. Porque el riesgo es que volvamos a las temporadas sangrientas".

Además, el exfiscal quiso recordar que las mafias "en el 92 tuvieron que recurrir a masacres para obtener el beneficio de aflojar la prisión dura que se introdujo con el régimen al que se refiere el artículo 41 bis del sistema penitenciario" pero que hoy podrían "conseguir lo que quieren sin siquiera disparar un disparo y sin utilizar un gramo de TNT. Este sería un paso atrás muy serio por el que nadie debería abogar. Espero que este diseño no se lleve a cabo. Y que el Tribunal Constitucional se mantenga en el rigor del régimen carcelario duro para quienes no tuvieron ninguna colaboración con el Estado. Porque es la única forma de saber que la prisión realmente ha resuelto el problema de la reeducación de estas personas".

Hoy en la Plaza Verdi de Palermo la intervención de la hija de Barbara Rizzo fue intensa. "Durante años he estado buscando la forma de superar el luto, la injusticia, el dolor que había marcado mi vida y que interrumpió mi infancia. Al crecer me di cuenta de que "el dolor es un hecho personal pero la mafia, la vida criminal, no" –dijo Margherita con contundencia–, "pero a nosotros nos han condenado a la cadena perpetua de convivir responsablemente con el dolor. No solo la "mafia" nos ha robado lo que más queríamos, sino que también tenemos que sufrir el peso de juicios que muchas veces no nos dan respuesta a nivel judicial, y nos quedamos solos para buscar las razones" a la vez que somos obligados a asistir "cada vez más a una ampliación de las garantías puestas a favor de los condenados y a una reducción de la figura de quienes han sufrido el delito" y luego "si bien por un lado creo en la función reeducativa de la pena, también creo que los mafiosos no deben ser tratados como delincuentes comunes. El mafioso debe colaborar, debe contribuir a escribir la verdad".

El exmagistrado Leonardo Agueci quiso recordar, a través de un mensaje, que hace unos días se llevó a cabo la jornada del recuerdo y conmemoración de las víctimas inocentes de la mafia, que fue culpable de crímenes atroces, llegando incluso a matar a mujeres y niños.

"La cadena perpetua infligida a los responsables de estos crímenes -dijo Agueci- constituye un contrapeso, aunque insuficiente, a la terrible cadena perpetua emocional y sin beneficios que sufren los familiares de las víctimas. Sin embargo, parece que estas consideraciones -dijo durante las manifestaciones del 21 de marzo- pertenecen a otra época, con el regreso al primer plano de la idea (también aceptada por los llamados a representar a las instituciones) de que los jefes mafiosos condenados a cadena perpetua pueden ser considerados a la par de todos los demás condenados, a los efectos de otorgarles ciertos beneficios penitenciarios, aun sin haber manifestado la elección irrevocable de colaborar con la justicia".

Agueci enfatizó con fuerza que "basta recordar que la Corte se ha pronunciado en repetidas ocasiones a favor del trato penitenciario más severo para los jefes mafiosos, reconociendo su plena legitimidad".

"Entonces es bueno recordar que, de la experiencia investigativa acumulada a lo largo de los años, ha surgido -sin sombra de duda alguna- que la privación definitiva de todo contacto entre los jefes mafiosos detenidos y sus ambientes de procedencia ha evitado históricamente la consumación de muchos otros delitos gravísimos, y que otros han sido evitados por el efecto de la información obtenida a través de las opciones de cooperación con la justicia, por lo cual el tratamiento penitenciario en vigor sigue siendo sin duda un incentivo".

Ciertamente, como reiteró el exmagistrado, "el aspecto más alarmante de estas discusiones es sin duda provocado por la señal de subestimación del fenómeno mafioso, que sale a la luz" porque parece "que queremos olvidar la habilidad milenaria y reconocida de la mafia para adaptarse a todos los contextos y por tanto implementar esas estrategias de sumersión y disfraz camaleónico que, en momentos de mayor compromiso represivo por parte del Estado, siempre le han permitido ofrecer una imagen de sí misma que es inofensiva, si no tranquilizadora, pero capaz de ocultar su persistente peligrosidad".

Considerando que las recientes declaraciones de los palacios institucionales sobre "fines utópicos de resocialización" de los condenados por mafia, acompañadas de "declaraciones genéricas (e indoloras) de disociación" que, según algunos, deberían representar el paso del desprendimiento definitivo de la solidaridad hacia la organización "rápidamente terminaría siendo un camino fácil para reparar el tejido asociativo que se había interrumpido".

Porque después de su eventual liberación de prisión, los jefes mafiosos regresarán para ocupar "los mismos roles que ocupaban antes en la asociación delictiva".

Finalmente, el exmagistrado dijo que "nunca debemos olvidar, en conclusión, que la atenuación del trato carcelario siempre ha representado el principal objetivo de todas las estrategias de condicionamiento y presión adoptadas por la mafia hacia las instituciones estatales".

"30 años después de haberlos matado, con la abolición de la cadena perpetua, están a punto de dar el golpe de gracia a Paolo Borsellino y Giovanni Falcone", según Salvatore Borsellino, hermano del juez Paolo, asesinado por Cosa Nostra el 19 de julio de 1992. "Están a punto de pagar la última y más pesada factura firmada en el transcurso de esa perversa tratativa que le costó la vida a mi hermano y que constituyó la renuncia total al Estado de derecho", dijo el fundador del movimiento Agendas Rojas en un mensaje de video transmitido en Plaza Verdi, donde se realiza una manifestación en defensa de la cadena perpetua obstaculativa organizada por ANTIMAFIADuemila y el movimiento Our Voice. "El Estado ha cedido completamente el paso al Estado-mafia, ahora nuestra lucha debe convertirse en una verdadera lucha de resistencia. ¡Nunca nos rendiremos!", concluyó Borsellino.

"Lo decimos de inmediato, porque es nuestro pensamiento: este no es un país normal, este es el país de las masacres, de los misterios y hasta de las negociaciones. La cadena perpetua, el 41 bis y la ley de arrepentidos se encuentran entre los primeros puntos de la lista de solicitudes que Cosa Nostra había presentado al Estado para detener ese río de sangre de principios de los noventa". Así se expresó con gran fuerza el Jefe de Redacción de Antimafia 2000, Aaron Pettinari, subrayando también que "hay fronteras que hay que trazar" y que no podemos olvidar que "cientos de representantes de las instituciones, magistrados, políticos, sacerdotes, periodistas, ciudadanos y niños han sido asesinados".

También dijo que, si la Corte Constitucional otorgara permisos premio a los jefes de las masacres, se volverían a encender "las esperanzas de jefes prominentes como Giuseppe y Filippo Graviano, Leoluca Bagarella, Biondino, Madonia, los 'Ndranghetistas, los de la Camorra, etc.". Y se daría "la enésima señal grave en la lucha contra la mafia".

Ciertamente, como dijo Pettinari, "con esta situación se corre el riesgo, por un lado, de ver a jefes peligrosos fortalecer su rol de liderazgo dentro de las organizaciones mafiosas, y por el otro de tener cada vez menos colaboradores de justicia. Volver sobre estos puntos es una bofetada a quienes han sacrificado su vida y también a los resultados que se han logrado hasta ahora".

Por otra parte, el redactor en jefe de ANTIMAFIADuemila dijo que "los mensajes que llegan son devastadores e inaceptables" ya que "afirmar que los condenados a cadena perpetua por asesinatos mafiosos no serían libres de elegir colaborar, porque se expondrían al riesgo de vida, equivale a afirmar que el Estado italiano no se ha mostrado capaz de garantizar la seguridad de los colaboradores y sus familiares, circunstancia claramente negada por la realidad histórica, que demuestra que los sistemas de protección adoptados han garantizado efectivamente la seguridad de varios centenares de colaboradores y sus familiares, que fueron trasladados a un lugar protegido, con nuevas identidades y con la posibilidad de iniciar nuevos caminos de vida".

El mensaje sería, por lo tanto, demoledor "porque si se justifica el derecho al silencio de los jefes mafiosos y asesinos condenados a cadena perpetua, ya que, según la Corte, en Italia en el 2019 la mafia sería aún más fuerte y más temible que el Estado, con más razón debería justificarse el silencio de los empresarios que pagan el precio de la protección y de todos aquellos que son sometidos a la intimidación de la mafia".

Y, por tanto, la posibilidad de que los mafiosos sean puestos en semilibertad desmotivaría "cualquier impulso de colaboración, permitiendo así que la mafia logre el objetivo de privar al Estado de una herramienta que ha demostrado ser preciosa para desestabilizar los equilibrios internos de las organizaciones criminales al desarticular sus estructuras" por cuanto "la abolición de facto de la cadena perpetua para los asesinatos de la mafia, también habría eliminado el único disuasivo real temido por los mafiosos que siempre se han resignado a tener que cumplir largos años de prisión como precio de su propia carrera criminal, pero en cambio temen fuertemente la cadena perpetua que los priva para siempre del poder adquirido y de la posibilidad de disfrutar de la riqueza acumulada", y luego nuevamente "memoria significa conciencia, significa tratar de seguir trabajando duro para comprender lo que hubo detrás de las masacres y detrás de tantos delitos excelentes y de otro tipo, con la conciencia de que la lucha contra la mafia es una lucha por la libertad, por la democracia en defensa de todos los ciudadanos y especialmente de los más débiles. No queremos fingir que se acabó la emergencia, que las masacres son sólo un recuerdo lejano, que ya no se dispara más... No queremos pretender que cuando los jefes vuelvan a la libertad no van a ocupar los mismos roles que tenían antes".

-¡Palermo e nostra y non de Cosa Nostra!

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*Fotos: © Emanuele Di Stefano / Our Voice / Antimafiaduemila