La Corte de Apelaciones de Roma absuelve a la acusada por inexistencia del hecho

Por Lorenzo Baldo-16 de febrero de 2021

Absuelta. Mónica Mileti no tiene nada que ver con la muerte de Attilio Manca. La sentencia de hoy de la Tercera Sección Penal de la Corte de Apelaciones de Roma, presidida por Gianfranco Garofalo, baraja objetivamente las cartas sobre la mesa. En la sala del tribunal estuvo presente la parlamentaria Giulia Sarti, una de las signatarias del informe minoritario de la Comisión Antimafia sobre el caso Manca. A la espera de que se den a conocer los fundamentos, cabe señalar que la decisión de la Corte revoca diametralmente el veredicto de la primera instancia de Viterbo: un proceso farsa que terminó con la condena de Mileti a 5 años y 4 meses por haber vendido las dosis de heroína que mataron al Doctor Manca. Esta absolución nos obliga, por tanto, a abordar la principal cuestión que gira en torno a este misterio: si no fue Mónica Mileti quien llevó la heroína al departamento de Attilio hace 17 años, el cual procedió a inyectarse dos dosis en el brazo "equivocado", por cuanto era absolutamente zurdo: ¿quiénes fueron esos hombres que en la sombra entraron, realizaron la puesta en escena y luego salieron sin ser molestados? Lo cierto es que la solicitud de la familia del joven urólogo enviada al Dr. Garofalo el pasado 29 de diciembre, adquiere ahora una mayor importancia a la luz de la absolución de la sentencia. "Se ha caído la hipótesis de la Fiscalía de Viterbo –le dijo a AdnKronos Fabio Repici, quien junto a Antonio Ingroia defiende a la familia Manca– por lo que no hay elementos para decir que existió una venta de drogas a Manca". Por su parte, el abogado de Mileti, Cesare Placanica, afirmó con convicción: "Mi cliente quedó aplastada en una historia con la cual no tenía nada que ver". Y es exactamente en torno a su figura donde giran muchas cuestiones relacionadas con la muerte de Attilio. "La Fiscalía de Viterbo –declaró el propio Placanica el pasado 6 de enero a la AGI– me había dicho 'pero hágala confesar porque entonces al hecho lo calificamos bajo el quinto inciso y el quinto inciso está por prescribir'. Se lo expliqué a mi cliente y ella dijo, '¿pero puedo confesar algo que no hice?'". Entrevistado por Paolo Borrometi, el abogado Placanica fue bastante directo al precisar que le había explicado a Mónica Mileti que "en teoría ella podía confesarlo, porque obtendría una utilidad". Pero luego se hizo una pregunta: "¿Pero se puede inducir a una persona a confesar algo que no ha hecho? Ésta (Mileti, ndr) pagó por no decir un sinsentido que hubiese puesto una lápida a esta historia, porque en el momento en que ella hubiera confesado, la historia terminaba". La reacción de la madre de Attilio, Angelina Manca, fue inmediata: "Yo siempre lo he dicho –comentó acalorada– y es realmente doloroso, casi diecisiete años después del asesinato de mi hijo, leer las palabras del defensor de Mónica Mileti, que confirman definitivamente que la Fiscalía de Viterbo y el fiscal Petroselli en los últimos años sólo han trabajado para ocultar la verdad y poner una lápida al asesinato de Attilio". "Hoy –agregó– ya nadie tiene coartada: había organismos estatales que querían ocultar los hechos y por eso nos declararon la guerra, porque no íbamos a permitir que la memoria de Attilio fuera ensuciada tan indecentemente. Espero que mañana la Corte de Apelaciones de Roma se dé cuenta de que el juicio de Monica Mileti celebrado en Viterbo fue mucho más que escandaloso y finalmente decida escuchar a los arrepentidos que hablaron del asesinato de Attilio".

En la carta dirigida al presidente Garofalo, los padres del joven urólogo –vergonzosamente destituidos como parte civil en el juicio de Viterbo– habían pedido que se llame a prestar declaración testimonial a colaboradores de justicia del calibre de Carmelo D'Amico, Giuseppe Setola, Giuseppe Campo, Stefano Lo Verso, Antonino Lo Giudice, así como al arrepentido Biagio Grasso de Milazzo. De hecho, el leit motiv que se encuentra en las declaraciones de los citados colaboradores de la justicia tenía y sigue teniendo un componente explosivo, a saber, que Attilio Manca "fue asesinado, por la mafia y por miembros de los servicios secretos". Conforme a las indicaciones de los arrepentidos, la hipótesis más plausible sigue siendo que el prestigioso urólogo –uno de los primeros en Italia en operar un cáncer de próstata por vía laparoscópica– pudo haber sido llamado para ayudar al exjefe de Cosa Nostra Bernardo Provenzano (antes, durante o después de la operación de cáncer de próstata a la que se sometió este último en Francia en el 2003), para luego ser asesinado como testigo inconveniente de la red de protección institucional que garantizó la fuga durante cuarenta años del jefe de Cosa Nostra.

"Esas declaraciones (las de los cinco colaboradores de justicia, ndr) –había remarcado en la carta la madre de Attilio Manca– fueron recogidas por las oficinas judiciales de Messina, Palermo, Caltanissetta y Roma. El Ministerio Público y la defensa de los imputados los conocieron en Viterbo. Sin embargo, en el juicio contra Mónica Mileti nadie quiso que se escuchara a esos colaboradores de justicia". "No alcanzamos a entender –agregaba– por qué la acusada podría haber renunciado a pruebas que le hubieran sido útiles". Para Gino y Angelina "la única respuesta plausible" es la que les dio la propia Mileti hace unos años, en la única ocasión en que atendió el teléfono. "Yo a Attilio lo amaba –les confió– pero ya es suficiente, déjenme vivir... me creó tantos problemas haberlo visto ese día y vivido todo lo que pasó...". Cuando le preguntaron si se daba cuenta de que era una especie de "chivo expiatorio" detrás del cual se escondían otras personas, alzó la voz para afirmar con convicción: "Sí, lo sé...". Y después de haber insistido en el punto: "Es hora de hablar, hazlo por un padre y una madre que se arriesgan a morir antes de tener siquiera una pizca de verdad", Mileti se quedó callada un momento, y luego cortó la conversación.

"Espero –concluyó Angelina Manca– que la Fiscalía de Roma entienda que, a partir de este momento, tiene la obligación legal y moral de frenar el negacionismo culpable mantenido hasta hace poco y dedicarse, como es su deber, a identificar y enjuiciar a los asesinos de mi hijo Attilio". Palabras contundentes, que ahora confluyen en esta sensacional absolución. Lo que arroja más sombras sobre el modus operandi de la fiscalía de Viterbo. Una Fiscalía que, a la luz de lo declarado por el abogado Placanica, debería al menos aclarar esa referencia explícita a Mónica Mileti ("hágala confesar"). Declaraciones inquietantes, por decir lo menos, sobre las que se necesitan más conocimientos para desentrañar las sombras que quedan. Sombras que, tras la absolución de hoy, reaparecen para oscurecer el pedido de archivo del caso Manca solicitado y obtenido por la Fiscalía de Roma en el 2018.

Volver a retomar el caso, a partir de la absolución de hoy, con un nuevo impulso investigativo –que hunda sus raíces en todas las áreas de sombra que han quedado inexploradas– es un imperativo que nace en la petición de verdad de una familia agotada por 17 años de pura injusticia. Para dos padres ancianos y un hermano, lo único que queda es seguir exigiendo justicia. La misma que, en los últimos años, ha sido pisoteada –cuanto menos por indolencia– por quienes, al ocuparse del caso, lo han administrado impúdicamente.

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*Foto de portada: © cortesía de la familia Manca

Información: www.attiliomanca.it